Derechos laborales

La UE cede ante Glovo y Francia en la nueva ley 'rider'

El Consejo y el Parlamento Europeo dan a los estados la competencia de decidir cuándo un repartidor es autónomo y cuándo es asalariado

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Un repartidor de Glovo.

BruselasLa directiva que propuso la Comisión Europea para proteger a los trabajadores de plataformas digitales como UberEats, Glovo o Deliveroo se ha ido diluyendo hasta el punto de que, este jueves, el Consejo y el Parlamento Europeo han acordado dejar en manos de los Estados miembros establecer qué criterios determinan que un repartidor de este tipo de compañías es autónomo o asalariado. De esta forma, se elimina de la propuesta legislativa europea la lista de condiciones obligatorias que todos los países europeos habrían tenido que tener en cuenta a la hora de valorar qué tipo de contrato deben tener los llamados riders.

De hecho, las instituciones europeas ya habían llegado a un principio de acuerdo el año pasado en el que la directiva europea sí marcaba cuáles eran estos criterios, pero a última hora Francia, que ha llegado a un acuerdo bilateral con las plataformas , se echó atrás. Alemania, que es el mayor estado e influyente de la Unión Europea, también mostró dudas. Además, las grandes empresas que podrían verse directamente afectadas por esta nueva legislación europea presionaban para evitar que los criterios los fijara Bruselas y que, por tanto, les marcaran las administraciones estatales.

La medida europea, que pretendía reducir la elevado número de falsos autónomos en este sector, de un principio era bastante ambiciosa. Señalaba siete aspectos que hacían de un repartidor un falso autónomo, obligando a las empresas a hacerle contrato de asalariado si cumplía al menos tres de las siete condiciones. Algunas de las más destacadas eran, por ejemplo, que se le exija al trabajador llevar uniforme o distintivo de la empresa para la que trabaja, y que tenga un sueldo fijo o con un tope de remuneración.

Entre el resto de requisitos también figura el hecho de que elrideresté sometido a un seguimiento digital de los pedidos que realiza, que tenga horario delimitado, que la empresa no le deje trabajar para otras compañías o para clientes suyos, así como que sea penalizado con menos entregas o peores si algún día no quiere o no puede prestar los servicios.

Cabe recordar que se trata de uno de los procesos legislativos más destacados de la Unión Europea en materia laboral de los últimos años. Sobre todo a raíz de la pandemia de cóvido, este tipo de repartidores se han multiplicado y han ido ganando peso en el mercado laboral europeo. Según la Comisión Europea, actualmente en el bloque comunitario existen unos cinco millones y medio de falsos autónomos que trabajan para grandes plataformas digitales, y un total de 28 millones de personas que se dedican a trabajos de este sector. Además, prevé que en 2025 esta cifra alcance los 43 millones.

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