Reportaje

10 estatuas para recordar 10 perros excepcionales

Ejemplos de fidelidad, estos animales protagonizaron historias tan emotivas que se los recuerda con estatuas. En otros casos, son famosos por haber hecho historia, tanto en el espacio como en la Tierra.

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10 estatuas 
 Para recordar 10 perros excepcionales

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. Un ejemplo de fidelidad que nos ha dejado historias tan sorprendentes que el mundo está lleno de estatuas para recordarles. Perros que protagonizaron actos heroicos o que se ganaron el corazón de la gente por no querer abandonar nunca a sus propietarios.

1. Zinneke Pis (Bruselas)

El artista belga Tom Frantzen, siguiendo la tradición de Bruselas de tener estatuas que orinan, como el famoso Manneken Pis, consiguió permiso del ayuntamiento para hacerle una estatua a su perro. El animal aparece levantando la pata para orinar. La estatua está en la esquina de las calles Rue des Chartreux y Rue du Vieux-Marché-aux-Grains. En 2015 un coche embistió la estatua, que ya está restaurada.

El perro italiano Fido

2. Fido (Borgo San Lorenzo)

En 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, un obrero de los Hornos Brunori de Borgo San Lorenzo llamado Carlo Soriano encontró un cachorro malherido. Lo trajo a casa y ya no se separaron. Fido lo acompañaba cada día hasta la plaza donde cogía un autobús hacia su trabajo. El 30 de diciembre de 1943 Carlo murió durante un bombardeo, pero Fido volvió cada día a la plaza donde su amo cogía el bus, hasta 1958. Es decir, más de 5.000 días. El alcalde de Borgo San Lorenzo, cerca de Florencia, acabó concediendo al perro una medalla de oro y en 1957 inauguró su estatua, con Fido presente, como podéis ver en la fotografía. La estatua está en la Piazza Dante de Borgo San Lorenzo, ante el ayuntamiento.

3. Alabay (Ashgabat)

Es la estatua más grande dedicada a un perro, eso seguro. Gurbanguly Berdymukhamedov, el dictador de Turkmenistán, inauguró en 2020 esta estatua dedicada en los perros de la raza Alabay, un perro pastor de Asia central, cogiendo como modelo el perro del presidente. La estatua mide más de seis metros, con pantallas en la base donde aparecen imágenes de esta raza, considerada “patrimonio nacional” de Turkmenistán.

Bobby en Edimburgo

4. Bobby (Edimburgo)

John Gray era un vigilante nocturno de Edimburgo que solía llevarse a su perro, un terrier llamado Bobby, en sus rondas por la ciudad. Cuando Gray murió, Bobby hizo guardia ante la tumba cada día durante 14 años, hasta su muerte en 1872. La historia, explicada por la prensa, hizo fortuna. Y Lady Burdett-Coutts, que presidía la sección femenina de una asociación contra el trato cruel hacia los animales, inició una colecta para hacerle una estatua, obra de William Brodie. La obra, de granito, corona una fuente. La podéis encontrar en la esquina de las calles Chambers Street y Candlemaker Row, al final del puente del Rey Jorge IV.

5. Bobbie (Silverstone, Oregon)

En agosto de 1923 Frank y Elizabeth Brazier, un matrimonio de Silverstone (Oregon), atravesaron medio país para ver a unos familiares en Wolcott (Indiana ). Durante el viaje, Bobbie, su mascota, se asustó al ser atacado por unos perros en una gasolinera. Y la familia lo perdió. Seis meses después, Bobbie apareció en el hogar de los Brazier después de haber andado más de 4.105 km. El animal, un terrier escocés, estaba sucio y herido, pero se recuperó después de un viaje en el que atravesó ríos y bosques nevados en pleno invierno. Bautizado por la prensa como el “perro maravilla”, es un atractivo turístico de Silverstone. La estatua está en la calle Water Street, ante la casa de los Brazier.

La famosa Laika

6.Laika (Moscú)

Laika era una perra mestiza que malvivía por las calles de Moscú hasta que la pillaron unos señores con uniforme para incluirla en el programa espacial de la URSS. Dicen que los científicos la escogieron por sus guiños, pensando que la gente la querría al ver sus fotografías. Acertaron. El 3 de noviembre de 1957, Laika dio la vuelta a la Tierra arriba del Sputnik 2. No fue hasta el año 2002 que se supo que Laika ya estaba muerta antes de dar la primera vuelta al planeta. La estatua, inaugurada en 2008, está cerca de la base militar donde Laika fue entrenada, en un patio interior de la calle Verkhnyaya Maslovksa, cerca de la estación de metro Dinamo.

7. Malchik (Moscú)

Otro perro ruso, pero con un destino muy diferente. Malchik rondaba por la estación de metro de Mendeleievskai, donde se ganó el corazón de los viajeros y los trabajadores. En 2001 una joven de 22 años llamada Iuliana Romanova lo apuñaló seis veces después de que Malchik se peleara con su perro. Acto seguido huyó. Una periodista que pasaba cada día por la estación investigó el caso, y no paró hasta identificarla. Era una joven modelo que sería condenada a seis meses en un psiquiátrico. En 2007 la estatua fue inaugurada en la estación gracias a las donaciones de la gente.

8. Fala (Washington)

Es el único perro propiedad de un presidente de Estados Unidos que tiene estatua. Este terrier escocés fue el regalo de Navidad a Eleanor Roosevelt, la mujer de Frankin D. Roosevelt, en 1940. Durante cinco años vivió en la Casa Blanca, donde la prensa informaba de sus entuertos, puesto que solo hacía caso al presidente, que lo alimentaba personalmente. En 1944 corrió el rumor de que el presidente lo había olvidado durante una visita a una base militar en Alaska, y que había enviado un barco de la marina para buscarlo, hecho que la oposición política utilizó para atacarle. Tras muerte de Roosevelt, vivió con Eleanor. En 1997 se inauguró un monumento a Roosevelt donde aparece Fala, a su lado. De hecho, la tumba del perro también está junto a la del presidente.

El polémico Waghya

9. Waghya (Mahad)

¿La estatua de un perro puede acabar provocando un conflicto religioso? En la India, sí. Waghya era el perro del rey Shivaji Maharaj. Un líder del siglo XVII reivindicado por el nacionalismo indio moderno, puesto que creó el Imperio Maratha. Según la leyenda, cuando el rey murió y fue incinerado, el perro no se movió del lado del cuerpo en la pira funeraria, hasta morir quemado. En 2012 un grupo extremista religioso robó la estatua, situada en el Fuerte de Raigad, al considerar que esta leyenda ensuciaba el nombre del rey. La estatua fue recuperada y sigue a las puertas de este fuerte en Mahad, la capital del Imperio Maratha, situada al sur de Bombay.

10. Hachiko (Tokyo)

Es un perro tan famoso que tiene varias estatuas en Japón. La más conocida está en la salida número 8 de la estación de Shibuya. Hachiko era un perro de la raza Akita que fue adoptado por el profesor universitario Hidesaburo Ueno, un reconocido ingeniero agrónomo. Hachiko acompañaba cada día al profesor Ueno hasta la estación de Shibuya, esperando su retorno de la universidad. Pero en 1925 Ueno murió repentinamente cuando daba una clase al sufrir una hemorragia cerebral, y el perro esperaría cada día su regreso en la estación. Tan popular se hizo su historia que le hicieron una estatua en 1934, con Hachiko presente. El perro moriría en 1935. Fue disecado y está en el Museo de Ciencias Naturales de Tokyo. La estatua original se fundió durante la Segunda Guerra Mundial, pero se hizo una nueva en 1947. 

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