Con ojos de juego

El arcoíris Waldorf: Desmontando el juguete ideal

Hay juguetes que se ponen de moda y que gustan más a padres que a hijos

El arcoíris Waldorf
  • Tipo de juguete: piezas curvas de madera de diferentes medidas superpuestas
  • Edad: evolutiva, de los 10 meses a los 10 años
  • Posibilidades: muy versátil, ideal para la construcción, el juego simbólico y los minimundos
  • Metodología/pedagogía: Waldorf

Seguro que has visto muchas veces este juguete haciendo bonito detrás de una madre influencer en Instagram. Es el arcoíris Waldorf. Diferentes piezas de madera de diferentes medidas arqueadas y superpuestas que dan mil posibilidades de juego.

¿Pero por qué mis hijos no le hacen caso?

Si la tienes en casa y tus hijos no le están haciendo caso es porque seguramente les ha llegado demasiado temprano. Solo tienes que esperar a que le encuentren la utilidad, a pesar de que también hay que aceptar que quizás nunca les gustará.

Hay juguetes que nos enamoran a los adultos, que crean tendencia y se ponen de moda. Hace tres años, muchas familias la compraron para la primera Navidad de sus hijos. Pero se quedó haciendo bonito en un estante.

¿Cuándo es el mejor momento para ofrecer este juguete?

Es bastante probable que no le hagan caso hasta pasados los 3 años. Cuando empiezan a desarrollar la imaginación y pueden transformar un objeto que, aparentemente no es nada, en muchas cosas. El arcoíris Waldorf es un gran juguete si les llega a las manos en el momento correcto. Si no es así, simplemente no jugarán. Pero también tenemos que estar preparados para que, simplemente, nunca jueguen. Es como cuando nos regalan una raqueta magnífica, pero no nos gusta el pádel. 

¿Por qué es un gran juguete?

Es uno de nuestros juguetes preferidos porque está fabricada de forma artesanal con madera y está teñida con los tonos del arcoíris. Es abierta y versátil por excelencia y ofrece mil opciones constructivas y simbólicas. Además de permitirles construir y hacer toboganes, pueden usar las piezas para hacer vallados para los animales, una cuna para una muñeca, o túneles y puentes por donde hacer pasar a los coches.

Conclusión

Si tenéis el arcoíris Waldorf y tienen menos de 3 años, guardadlo. Cuando empiecen a dejar volar la imaginación, a transformar un bastón en una espada, le podréis sacar el polvo. Primero la necesidad, después el juguete: porque no olvidamos que el juego siempre va de dentro hacia fuera.

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