Josep Abril: "La moda es un estilo de vida, no un trabajo de nueve a cinco"

BarcelonaCuando a finales de los años ochenta Wim Wenders recibió el encargo del Centro Pompidou de París para realizar un short film sobre el mundo de la moda, la primera reacción fue de desecho. "Yo no tengo nada que ver. Me interesa el mundo, no la moda", les soltó. Pero cuando masticó la propuesta pensó que no había que menospreciarla tan apresuradamente y que quizá podía explicar la moda desde otra rendija. Además, había alguien que vivía en Tokio que hacía tiempo que le tenía intrigado por culpa de una chaqueta que se había comprado años atrás. Cuando se la ponía se sentía distinto. No era tanto una cuestión formal como emocional: esa pieza le hacía viajar a su propia infancia como si alguien hubiera sido capaz de entretejer la esencia de un recuerdo. Estrenada en 1989, Notebook on cities and clothes es una inmersión fascinante en el proceso creativo del creador japonés Yohji Yamamoto y también un diario personal de Wenders sobre la identidad. ¿Qué dicen de nosotros las ciudades en las que vivimos? ¿Qué dice de nosotros la ropa que traemos?

Tres décadas y pico más tarde, una historia con ciertas similitudes ocurre en Barcelona. Una institución cultural –en este caso CaixaForum– contacta con el diseñador Josep Abril y le pide que proponga contenidos de moda para su nueva plataforma audiovisual. La pandemia rompió las reglas del juego y muchos de los que ejercían una profesión creativa se vieron obligados a reinventarse. Abril todavía mantiene su estudio en Gràcia y una marca de autor con la que ha firmado una treintena larga de colecciones de hombre. “La realidad es que hay mujeres que visten también mi ropa. Parto de la sastrería clásica y de una base masculina, es cierto, pero al final yo no elijo quién se compra mi ropa”, puntualiza. Hace tiempo que se ha descabalgado de las pasarelas y de la tiranía de ambas colecciones al año. “Ahora voy a mi ritmo, haciendo colecciones pequeñas y ropa a medida. También diseño vestuario para obras de teatro y óperas, uniformes para hoteles... Pero sobre todo me he centrado en la dirección creativa”, asegura. Por eso la propuesta de CaixaForum fue un regalo caído del cielo. Y también un reto para alguien no acostumbrado al mundo audiovisual.

“Me propuse explorar la moda como indumentaria, no como tendencia. Además, quería contarla poniéndola en contacto con cuatro disciplinas: la literatura, la música, las artes plásticas y las artes escénicas. La primera premisa fue buscar a una productora que a nivel de imagen fuera muy potente y también quería que el director o directora de cada capítulo no estuviera contaminado por el lenguaje de la moda. Algo como ocurre con Wenders en el documental que hizo sobre Yamamoto”, apunta. El pasado otoño se estrenó en la plataforma CaixaForum+ el primer capítulo de la serie: Fashion vs. words, dirigido por Claudia Mallart. "Supo dar un aire muy poético a la hora de mostrar cómo la palabra influye en la indumentaria", asegura. El hilo conductor es El canto de los meses (1901) de Víctor Català –nombre de pluma de Caterina Albert– y dos historias personales que acaban confluyendo mágicamente: la del fotógrafo valenciano David Gómez Maestre y la del diseñador marroquí Karim Adduchi. Moda, palabra y paisaje concentrados en un estético short film de 25 minutos y que en algunos instantes –por ese juego de color, volumen y textura del folclore castellano– te transporta a un desfile de la Academia de Amberes.

Aunque el primero en exhibirse fue Fashion vs. words, el primero en grabarse fue Fashion vs. music, que se estrenará dentro de la programación del Moritz Feed Dog, el festival de cine de moda de Barcelona que desde hoy y hasta el domingo ocupará los cines Bosque.

“La moda y la música comparten muchos códigos y eso es lo que hemos querido plasmar. Hemos aprendido muchísimo”, asegura Abril sobre el documental dirigido por Marc Corominas y en el que la periodista británica Katie Baron recita una trepidante revisión histórica en la que menciona colaboraciones tan memorables como la de Antoni Price y David Bowie, Jean-Paul Goude y Grace Jones, Jean-Paul Gaultier y Madonna y Nicola Formichetti y Lady Gaga. Ahora bien, el peso de la historia recae en el proceso de creación del vestuario de Maria Arnal para la gira del álbum Clamor, que la cantante catalana hizo en colaboración con el diseñador mallorquín Pau Aulí. Un proceso luminoso en el que el juego y la improvisación hilvanan notas musicales, fotografías antiguas y tejidos blancos y que se refuerza con un alegórico fashion film donde las mujeres protagonistas lucen un vestuario de fantasía que firman la joven Carla Lázaro y el propio Abril. “Siempre me ha gustado explorar la vertiente más creativa de la moda. Y te diré más: para mí la moda no es un trabajo de nueve a cinco, es un estilo de vida, es otra forma de comunicar”, confiesa. Y vuelve a reivindicar lo que hizo Wenders en Notebook of cities and clothes, el documental que casualmente cerró la primera edición del Moritz Feed Dog en la ya lejana primavera de 2015.