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Locos por las zapatillas: las redes disparan el coleccionismo

Los especialistas diferencian entre los verdaderos amantes de los modelos antiguos y quienes sólo buscan el reconocimiento en internet

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Algunas de las zapatillas de la colección de Orlando Chico

BarcelonaAunque en otros ámbitos la tendencia es ir reduciendo objetos físicos y cambiarlos por los digitales, la moda ha sabido dar la vuelta a la modernidad: no sólo estamos en una era de consumismo desaforado, también la facilidad para comprar y vender que ofrecen las redes, sea desde aplicaciones como Vinted o Wallapop o páginas del estilo Todocoleccion, ha favorecido el auge de las ganas de acumular y también de las colecciones.

Es el caso de pasiones hasta hace nada residuales, como la de las camisetas de equipos de fútbol, ​​que se han revalorizado hasta el punto de abrirse tiendas físicas especializadas y ser una de las piezas más buscadas en internet . "Son objetos de culto", explica Albert Valor, con casi medio millar de ejemplares en su casa, convertida prácticamente en un museo. La otra es la de las sneakers, modo inglesa de definir las zapatillas deportistas. La palabra proviene del verbo to sneak, es decir deslizarse o moverse con sigilo, haciendo referencia especialmente a las zapatillas deportivas como el tenis y el baloncesto.

Una subasta de zapatillas antiguas en Sotheby's.

Coleccionar zapatillas deportivas es casi tan habitual como ocurre con los muñecos Funkos y se pagan auténticas barbaridades por ejemplares únicos. ¿Ejemplos? Unas Omega Sports Apple Computer Sneakers de los años 90, repartidas entre empleados de Apple, se vendieron a subasta por 50.000 dólares, o una colaboración entre Nike y Carhartt, en un modelo con el nombre de Eminem, del que sólo se hicieron 10 pares, se compraban a 9.000 dólares. Son precios excesivos pero la mayoría de colecciones van aumentando con pares que oscilan entre los 100 y los 300 euros. El modelo exclusivo está muy cotizado, pero esto no siempre es lo que busca un coleccionista. Para Orlando Chico, experto en moda casual y creador de Suelas de goma, podcast sobre la cultura sneaker, hay que diferenciar entre los reales y los simples acaparadores de zapatillas: "El objetivo de un coleccionista es reunir una serie de zapatillas que tengan cierto valor sentimental. Pero últimamente hay muchos jóvenes que sólo quieren sumar ejemplares y lo que buscan es caché, «me gusta» en redes sociales o, incluso, valor en una reventa", explica este especialista, que pone ejemplos de modelos queridos por los nostálgicos delsneaker: Las Nike Air Jordan I, unas zapatillas que rompían con las normas de la NBA, porque hasta entonces sólo se llevaban zapatillas negras en la liga, o las primeras Air Max, que abrieron la puerta de los cuartos de aire. Modelos queridos y valorados por los nostálgicos de los ochenta y noventa y que son la alegría de la corona de todo amante del género.

Algunos de los modelos que tiene Jonathan Martínez en su colección.

Si hacemos caso de este experto, el valor de una colección de zapatillas no es tanto el económico, ni el hecho de sumar un gran número de pares de zapatillas porque sí. Aquí lo que importa es el valor sentimental. "Entre la mayoría de los coleccionistas, que son gente nacida entre los ochenta y los noventa, lo que buscan son zapatillas de baloncesto, series de televisión o películas de esa época hasta los inicios de los 2000. También las ediciones limitadas, que pueden estar diseñadas por un icono pop, artistas o una tienda de renombre global", aclara el creador de Suelas de goma, que marca el 2005 como el año en que empezó la afición de las zapatillas de edición limitada, con las Nike Dunk SB NYC Pigeon, diseñadas por Jeff Staple.

Uno de estos coleccionistas más puros es Jonathan Martínez, que lleva más de 35 años skater y rueda por Terrassa y sus alrededores. "El mundo de la zapatilla de skate me gusta desde que empecé a patinar, cuando tenía 12 años. De mayor directamente se transformó en una obsesión", explica Martínez, que principalmente colecciona modelos de la misma marca, DC Shoes . "Es una firma con la que me siento identificado desde sus inicios. Su equipo de profesionales estaba repleto de skaters que me gustaba cómo patinaban y vestían", dice. Entre ellos, las zapatillas con la firma de un nombre muy especial, Josh Kalis, leyenda del skate de Filadelfia y uno de los patinadores callejeros más estilosos de siempre. "No ha dejado de sacar modelos con su nombre, tanto nuevos como reediciones; éstas las colecciono especialmente porque mantienen un aire de la ropa de los años noventa", aclara Martínez, que cuenta con una colección de casi un centenar ejemplares, la mayoría de DC Shoes. Además, también tiene otros pares de conocidas marcas de skateboard, como Es o Axion.

Los compradores de ediciones limitadas y zapatillas exclusivas operan principalmente por internet, donde hay una selva donde elegir y elegir. “Hoy en día es prácticamente imposible encontrar una zapatilla de edición limitada en una tienda”, dice Orlando Chico, que explica cómo conseguirlas: “A menudo funcionan vía raffle, un sorteo al que tienes que inscribirte y esperar para ver si te toca. Solo entonces podrás comprar”. Y si no te toca, siempre puedes acudir a una reventa con precios muy hinchados: “La cosa se ha ido un poco de madre con los modelos antiguos. Muchos ven negocio y se aprovechan para comprar todas las que pueden y después revender a precios de escándalo”, dice Jonathan Martínez. Sea como fuere, las recomendaciones de todos los especialistas siempre comienzan con la misma premisa: “Comprar con un poco de cabeza, que todavía te echarán de casa”, dice riendo el skater egarense.

Unas Nike dedicadas a los skaters de Sants

Entre los modelos de edición limitada y muy queridas por los coleccionistas más nostálgicos encontramos unas muy curiosas y familiares: las Nike dedicadas a la plaza de los Països Catalans, del barrio de Sants de Barcelona. Se diseñaron hace casi veinte años y hoy en día son prácticamente inencontrables.

La persona detrás de ese modelo, el Nike SB Zoom Team Edition Barcelona, ​​es Iván Jiménez, uno de los profesionales catalanes dedicados a los sneakers y moda urbana más reputados del mundo. Residente en Los Ángeles, donde ha trabajado para marcas tan conocidas como Nike, Adidas o Element, recuerda cómo fue la puesta en marcha de esta pieza de culto: "El equipo de Nike me pidió que hiciera unos zapatos dedicados a la ciudad y la plaza de los Països Catalans,” explica Jiménez, que como otros muchos skaters locales había aprendido a patinar en su adolescencia en este spot, considerado entonces como una de las pistas más completas del mundo para la práctica de esta modalidad. "Monté una presentación con referentes, paleta de colores e ideas y empecé a trabajar con el diseñador jefe de Estados Unidos. Pocos meses después ya tenía una muestra que representaba lo que quería", recuerda.

La zapatilla tenía varios elementos reconocibles de la plaza y la inscripción "SNT" (por Sants) en la lengüeta. "Aún la veo ahora y me parece genial: tuvimos unas zapatillas de nuestra plaza que se vendieron en todo el mundo", explica Jiménez. Y es así, porque inicialmente las Nike de homenaje a los patinadores de Sants y en Barcelona no debían salir de Europa, pero su éxito las hizo correr por todo el mundo.

Hablando con otro patinador de la época, Roger Ferrero, uno de los fotógrafos que más y mejor han inmortalizado la escena barcelonesa de skateboarding, lo recuerda como un "homenaje y un reconocimiento", que no solo se quedó en unas zapatillas hoy valoradas a precio de oro: "Nike incluyó un CD con un documental sobre la historia y los skaters de la plaza. Todos quedamos muy contentos", dice Ferrero. Sin duda, un recuerdo imborrable para quienes lo vivieron y una prenda muy cotizada por los coleccionistas, que actualmente la pueden encontrar por unos 400 euros aproximadamente en subastas de internet.

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