Relaciones

"Tenía muchas dinámicas tóxicas con las mujeres de mi entorno"

Aumentan los grupos que hacen encuentros y actividades para acompañar a hombres que quieran salir del modelo de masculinidad hegemónico

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Revisando la experiencia de ser hombres

BarcelonaEn septiembre de 2021, Aitor Romero tomó una decisión que le cambió la vida. No es que entonces las cosas le fueran especialmente mal, al menos a primera vista: tenía una relación de pareja estable en la que llevaba varios meses de convivencia y todo iba bien. Y así era en la forma, pero no en el fondo. Había algo que lo inquietaba, que lo confrontaba en muchas cosas como hombre. Hablándolo con su compañera, le comentó la existencia de los grupos de hombres y Aitor encontró el perfil de Instagram de EntreHomes. Se presentaban como un proyecto de acompañamiento terapéutico y pedagógico especializado en la condición masculina. Con aquel follow empezó todo.

Poco después asistiría a una primera reunión informativa y posteriormente tomó la decisión de involucrarse más y apuntarse a uno de los grupos de trabajo. "Me di cuenta de que, aunque yo creía que no era una persona machista y que estaba junto al movimiento feminista, tenía muchas dinámicas tóxicas en mi vida y con las mujeres de mi entorno, que no estaba sabiendo gestionar", recuerda Aitor, que reconoce que necesitaba "un empujón" para cambiar algunas maneras de hacer y pensar con las que no se sentía cómodo. Así empezó un periplo de trabajo personal y colectivo que aún no ha terminado, un viaje con una meta precisa: cambiar una parte de sí mismo que no le gustaba.

Espacios de trabajo

Romero fue a parar a Refem-nos homes, uno de los diversos espacios de trabajo que propone EntreHomes y en el que un grupo de hombres se adentra conjuntamente en hacer una revisión vivencial de la experiencia de ser hombres y en repensar su masculinidad. El conductor del grupo es Rai Crespi, fundador de este proyecto nacido en 2015. En EntreHomes quieren promover procesos de conciencia y transformación personal y colectiva que impulsen el desarrollo de nuevas formas de ser hombres más conscientes, plurales e íntegras. "Nuestro trabajo es el de acompañar a los hombres en este cambio que nos está sugiriendo el feminismo, entendiendo que las dinámicas que relacionan qué es ser hombre en este mundo están cambiando", detalla Crespi, que habla de la existencia de un modelo masculino hegemónico pero no uniforme y que genera diferentes formas de sentirse. "Es un modelo rígido y nosotros vamos hacia una mayor flexibilidad. Aquí buscamos la diversidad, la apertura, el desbloqueo, ir dejando las cosas que nos sobran", explica.

Neus Molina, profesora de comunicación en el grado de estudios socioculturales de género de la Universitat Autònoma, explica que todavía hoy "la masculinidad sigue construyéndose en contraposición a lo que se considera femenino, es decir, a hechos como mostrar capacidad de liderazgo, que pueda establecer relaciones de subordinación o se sienta que aporta el peso económico, social y cultural en el entorno familiar". Grupos como EntreHomes son, en parte, resultado de la nueva conciencia social surgida de la cuarta ola feminista, de ahí que los considere "necesarios e imprescindibles" para romper esa masculinidad hegemónica. "Tradicionalmente, son las mujeres las que se han constituido como espacios de encuentro no mixto y es muy interesante que los hombres copien este modelo poniendo en el centro el diálogo, la relación con el cuerpo o la intimidad", apunta la académica .

El caso es que es evidente que nos encontramos en un momento de cambio de mentalidad en cuanto a conceptos como las nuevas masculinidades, que forman parte del debate público, y la existencia de centros y grupos como el que dirige Rai Crespi , que han proliferado en los Països Catalans. "Que exista una agenda feminista nos ha ayudado a señalar e identificar algunos aspectos: la socialización de género, el poder, los privilegios y las vivencias", explica el director de EntreHomes, que ha podido constatar cómo cada vez hay más hombres que se plantean todos estos temas y lo hacen desde varias vertientes. En su centro de Gràcia se realizan terapias de manera individual y también para grupos, jóvenes o adultos, y según la experiencia de cada persona. Los hay centrados en la paternidad u otros para hombres que han ejercido violencia; además, también se realizan intervenciones sociales y talleres en escuelas y empresas.

La importancia del camino

Concretamente, Rai lleva grupos de adultos sin ninguna circunstancia específica, que es donde participa Aitor Romero. Son hombres que quieren revisar su relación tanto con las mujeres como con los demás. "Es muy complejo, porque algunos vienen con muchas capas y muy profundas, de muchos años con un bloqueo y una estructura de género muy férrea, pero otros ya ves que están mucho más abiertos", explica el fundador de EntreHomes. Para romper estas capas hace falta tiempo y espacio. "En el grupo hay el caso de un hombre –detalla– que tuvo una relación muy complicada de violencia mutua y que ha necesitado tres años para poder hablar abiertamente de ello. En cambio, otro te lo cuenta el primer día. Cada uno tiene su manera de hacerlo, pero lo que importa es el camino".

Una vez que uno comienza una terapia como esta no sabe si será exactamente lo que estaba buscando, pero posiblemente sí lo que necesitaba. “Esperaba algo muy reflexivo, donde hablar mucho de violencias machistas y de feminismo. Pero no me encontré esto”, recuerda Romero, que recuerda cómo fue su primera sesión y cómo evolucionó poco tiempo después: “De repente formaba parte de un círculo con hombres con un juicio gigante, ya que eran completos desconocidos. Pasados los meses era un espacio amoroso, bonito, donde escucharse y acompañarse. A mí me ha cambiado la vida porque no solo he podido hacer un proceso vinculado a mi masculinidad, también he encontrado un espacio de cuidados y confianza entre hombres iguales”.

Según explican en EntreHomes, en estos cursos se trabaja mucho el vínculo, las relaciones entre hombres, los costes de la masculinidad, la reparación de heridas y con el tiempo se va abriendo la mirada y la conciencia de los poderes y privilegios sin rechazo, con una mirada responsable y curiosa. En este sentido, Rai Crespi remarca la gran cantidad de culpa con la que vienen los hombres a sus grupos: “Poder compartirla es humanizarla y un primer paso en la prevención para que no vuelva a ocurrir. Este ha sido el éxito del proyecto”. En EntreHomes apuestan por un feminismo que incluye a los hombres como sujeto, como personas que también están en un proceso de cambio que “tampoco es fácil”, explican.

Personas como Aitor Romero, ya con bastante trabajo hecho, confirman la mejora experimentada después de participar en este grupo, ya no solo con respecto a su relación con el género femenino, sino también, y especialmente, con los propios hombres. “A mí hasta ahora me había costado mucho relacionarme con los hombres de forma amorosa, siempre habían sido más una amenaza que unos compañeros. Y claro que he tenido amigos maravillosos, pero no nos relacionábamos desde la escucha y el cuidado”. Eso sí, Rai Crespi remarca que la perspectiva de género no debe perderse nunca y hay que asumir la vida con “las gafas violetas puestas, pero saber quitárselas de vez en cuando, porque los ejes de opresión también pueden ir por otros lados”.

De momento cada vez son más hombres los que están haciendo este tipo de terapias, pero Neus Molina alerta de que la mayoría de estos grupos “salen de unos entornos culturales muy concretos. El reto es intentar que este tipo de trabajo se extienda y vaya más allá de esos colectivos autoconscientes de sus privilegios”. Es decir, superar el sesgo cultural y de clase para llegar a más hombres. Rai Crespi también quiere ir en esa dirección, porque, entre otras cosas, "no puedes dedicarte a esto si no quieres hacer el mundo un poco mejor de lo que es hoy".

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