Isabel II, la reina de Inglaterra, cumple 96 años
El aniversario, de un perfil discreto, marca de manera oficiosa el inicio de la celebración del Jubileo de Platino, que tendrá lugar en junio
LondresLa familia real británica no escapa a la lógica de cualquier otro clan: cuando menos conviene, uno de los miembros se descarrila y causa un pequeño o un gran incendio. Uno más. Y 24 horas antes de que Isabel II celebre este jueves su 96.º aniversario, su nieto del dorado exilio californiano, el príncipe Enrique –que ya suficiente incendios ha causado a la firma desde que renunció con Meghan Markle a las obligaciones de la Corona en enero de 2020–, ha vuelto a crear polémica y titulares de indignación con una entrevista con la cadena norteamericana NBC.
Enrique, que visitó a la reina la semana pasada, ha declarado que quería asegurarse de que la abuela está "protegida" y rodeada de las "personas adecuadas". Comentario que es una patada en la cara del círculo de hierro del Palacio de Buckingham, que supuestamente encorsetaría a la reina, y que recoge, implícitamente, lo que su madre, Diana de Gales, denunció en una famosa entrevista a la BBC en 1995: los "hombres de gris", los ayudantes de cámara de los Windsor que, según la princesa del pueblo dijo entonces, controlaban todos sus movimientos. Enrique, además, ha apuntado, también, que todavía no sabe si participará en las celebraciones del jubileo de los setenta años del reinado, que se harán en junio. Y, si no participa, la ofensa será mayúscula.
Tanto daño han hecho los comentarios de Enrique –y tanto ha tocado la moral– que esta mañana uno de los tabloides británicos de más difusión comenta que la irrupción del príncipe ha eclipsado la difusión de la nueva fotografía de la monarca para celebrar sus 96 años, que se ha hecho pública esta pasada noche. La de las fotos familiares es una tradición más del clan Windsor, que siempre comparte una instantánea de su felicidad y de sus privilegios con los súbditos –quizás igual de felices, pero mucho menos privilegiados– con motivo de una fecha señalada.
En este caso, la imagen muestra a la reina, "más feliz que nunca" –como también apunta esta mañana el Daily Telegraph–, entre dos de sus fell ponies, una raza de equinos del norte de Inglaterra. ¿Por qué se la muestra con los dos bichos de una blancura inmaculada? Por el amor a los caballos de la reina y porque los ponis formarán parte de las celebraciones del Jubileo de Platino, que empezarán el próximo mes con el Royal Windsor Horse Show, preámbulo de los actos que se han programado del 2 al 5 de junio –los residentes en Reino Unido disfrutarán de un fin de semana de fiesta de cuatro días, un hecho excepcional en el país– con el que se marcarán los ya mencionados 70 años de la ascensión al trono, que tuvieron lugar el 6 de febrero. El autor de la foto de los ponis es Henry Dallal, que ya retrató a la reina para el 90.º aniversario.
Hoy la agenda de la reina es muy tranquila. Pasa el día en Sandringham, una de las propiedades reales, donde se aloja en la Wood Farm. La elección de la propiedad donde se consumirán las horas de una jornada tan especial no se ha dejado al azar. Sandringham –al nordeste de Inglaterra– es conocida como la casa de Norfolk del duque de Edimburgo, que murió hace poco más de un año.
Después de recibir ayer y anteayer las visitas del primer ministro, Boris Johnson, y del jefe de la oposición laborista, Keir Starmer, durante el fin de semana recibirá también a familiares y amigos próximos. Sin embrago, lo que no ha revelado la comunicación de palacio es si su majestad hará una audiencia especial para recibir, en persona o virtualmente, la Barbie de la colección Tributo que el fabricante de juguetes Mattel pone hoy a la venta para honorar los mencionados 70 años en el trono. La muñeca se puede conseguir en las tiendas de Londres de Harrods, Selfridges, Hamleys y John Lewis, y también en Amazon. Con un vestido de marfil con lazo azul, la Barbie real presenta detalles extraídos del pasado de la monarca. Por ejemplo, luce una recreación de la tiara que utilizó el día de la boda y lazos rosa y azul modelados a partir de los que le regalaron su padre, Jordi VIè, y su abuelo, Jordi Vè.
El de la Barbie no es el único homenaje a la reina. Hace unos días también se puso a la venta el libro Duty: a love letter to queen Elizabeth II, que recoge una muestra del trabajo del artista canadiense Owen Grant Innes, que incluye 27 obras de arte que representan diferentes etapas de la vida de Isabel II. Es, al fin y al cabo, una exaltación más del icono global en el que la monarca se ha convertido a lo largo de las siete últimas décadas.
Problemas de movilidad
Isabel II ha reducido significativamente sus apariciones los últimos meses. El pasado domingo no pudo asistir a la misa de Pascua que tradicionalmente tiene lugar en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor. En las últimas apariciones, de hecho, la monarca ha usado un bastón, comprensible para alguien de su edad y que sufre "problemas de movilidad", como han revelado desde el Palacio de Buckingham. Tantos que tampoco participó en la misa del día de la Commonwealth, que tuvo lugar en marzo en la abadía de Westminster.
Ya hace tiempo, de hecho, que solo hace lo que se han denominado "tareas ligeras". A lo sumo, interviene en audiencias virtuales desde el castillo de Windsor. Así, hace dos semanas se reunió de este modo con el personal del Royal London Hospital con motivo de la apertura oficial de la unidad Queen Elizabeth. Durante la videoconferencia habló sobre su combate contra el covid-19, y dijo: "Deja una sensación muy cansada y agotada esta horrible pandemia, ¿no?"
El último día que se la vio en público fue el 29 de marzo, en la abadía de Westminster, al servicio de acción de gracias en memoria del príncipe Felipe, su marido. Una aparición eclipsada por su decisión de permitir que el príncipe Andrés, todavía con la sombra del escándalo de sus abusos a una menor y la relación con el pederasta Jeffrey Epstein, lo acompañara a la iglesia de la mano.
El estado de salud de la monarca es, pues, un tema continuo de conversación de la prensa y las redes sociales. Pero, si nos tenemos que creer a Enrique, en la misma y polémica entrevista con la cadena NBC emitida ayer comentó que la semana pasada vio a la reina "en buena forma".
Se non è vero, è bien trovato. Y es que el país y la propia monarquía británica necesitan que Isabel II siga en el trono tanto tiempo como sea posible. Porque al día siguiente la conciencia de fin de una época sorprenderá a los británicos y quizá a todo el mundo, convencido hasta ahora de que la reina de Inglaterra es eterna. Claro, hay razones para creerlo: 96 años, 70 de los cuales sentada en el trono, no es ninguna minucia.