Escándalo

La corona noruega da un paso más para hacer frente al escándalo de Marius Borg

Mette-Marit y Haakon han decidido restringir el acceso del hijo de la princesa a la propiedad real

Marius Borg en un acto en Oslo en el 2020
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BarcelonaEn agosto el hijo de la princesa de Noruega saltó a la prensa internacional como presunto autor de una brutal agresión a su exnovia, que tuvo que ser ingresada con una conmoción cerebral. Desde entonces el goteo de nuevas informaciones sobre el comportamiento agresivo, temerario y con tendencia a las adicciones de Marius Borg, hijo de Mette-Marit y su exmarido, el empresario Morten Borg, no han dejado de perjudicar la imagen de la corona noruega. Pero aunque Mette-Marido y el príncipe Haakon han hecho frente a los escándalos, la opinión pública les recriminaba la falta de firmeza para controlar a su hijo. Ahora, los herederos de la corona han tomado nuevas medidas.

Según ha avanzado el diario Se Og Hør, Mette-Marit y Haakon han restringido el acceso del hijo de Marius a la propiedad real. Por un lado, la decisión pretende dar respuesta a los conciudadanos noruegos que creen que los príncipes no son suficientemente vehementes al alejar al primer hijo de la princesa –que no forma parte de la línea sucesoria–. Por otra parte, como una medida de seguridad de la propia casa real, ya que también trascendió que Borg había celebrado fiestas en la residencia oficial de Mette Marit y Haakon, en las que se habían provocado daños a patrimonio mobiliario real.

Una juventud tormentosa

Pocos días después de que trascendiera la presunta agresión de Marius Borg a su expareja, él hizo público un comunicado de disculpa como respuesta al escándalo mediático generado: "Cometí lesiones corporales y destruí objetos de un apartamento en pleno estado de ebriedad por haber consumido alcohol y cocaína después de una discusión. Tengo diferentes trastornos mentales, lo que significa que durante mi infancia y mi vida adulta he tenido diferentes retos. , por lo que he pasado por diferentes tratamientos. Ahora retomaré este tratamiento de forma muy seria".

Pero el comunicado, que pretendía aliviar la tensión pública, no logró calmar los ánimos tras hacer público que Borg, de 27 años, llevaba tiempo luchando contra la adicción a las drogas. Además, una semana más tarde, el hijo de la princesa reanudó el contacto con su expareja llamándole desde un número oculto pese a que se le había impuesto una orden de alejamiento.

Para rematarlo, el diario Se og Hør también hizo pública una conversación que tuvo el hijo de la princesa con dos detectives de la policía para una entrevista preventiva a causa de la preocupación que había despertado su consumo de drogas. Los policías recomendaron al joven que dejara consumir drogas, por las repercusiones legales y mediáticas que podía acarrear. Pero él respondió: "No se les permite [a los medios] escribir al respecto. Es un acuerdo. No hay nada en el que tenga que reflexionar, no estoy preocupado por ello".

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