América Latina

Chile rechaza por segunda vez una nueva Constitución, esta conservadora

El país culmina sin éxito el proceso constitucional iniciado con la revuelta social de 2019

Personas celebrando los resultados del referéndum por la nueva constitución en Chile
Natàlia Pérez
18/12/2023
3 min

Santiago de ChileChile ha rechazado este domingo, y por segunda vez consecutiva en poco más de un año, una propuesta de Constitución que pretendía enterrar definitivamente la carta magna vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. Después de cuatro años, el país culmina sin éxito un proceso constituyente abierto en el 2019 por una revuelta social que levantó masivas protestas durante meses.

Con el 55,7% de votos, la ciudadanía ha votado en contra del nuevo proyecto, de esencia conservadora porque ha sido redactado por un órgano constitucional formado por una mayoría de ultraderecha y de la derecha tradicional. Para muchos, se trataba de un texto "más regresivo" que el actual y que "recortaba derechos adquiridos". La opción a favor del nuevo redactado se ha quedado con un 44,2% de los sufragios y la participación -en una elección con voto obligatorio- ha llegado al 84,4%.

Un hombre disfrazado de Papá Noel votando en Chile

"Con estos resultados, se cierra el proceso constitucional durante nuestro mandato: las urgencias son otras", ha dicho al final del recuento el presidente chileno, Gabriel Boric, que aunque él no ha tomado partido por ninguna de las dos opciones , su coalición sí ha hecho campaña contra el texto. El mandatario, que se ha ahorrado tener que estampar la firma a una norma que no era en absoluto de su agrado, ha señalado que el proceso constitucional “no ha logrado encauzar las esperanzas de tener una nueva Constitución redactada por todos”. "La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile", ha concluido.

Por su parte, el líder de la extrema derecha, José Antonio Kast, que se había erigido como el defensor de la propuesta sometida a plebiscito, ha reconocido la derrota "con claridad y humildad" y ha expresado "la esperanza” de que con esta votación “se cierra una etapa triste” de la historia de Chile y también “el ciclo de discusión constitucional”.

Cansancio e indiferencia

La sociedad chilena ha afrontado el segundo proceso constituyente desmotivada y cansada por un proceso que se ha dilatado más de lo previsto y que, para muchos, ha dejado a un lado las urgencias de la ciudadanía, como las mejoras en seguridad, pensiones y salud.

“Siempre voto por responsabilidad civil, pero estoy cansada de este tema y creo que todo seguirá igual”, decía a Ara Carolina, de 32 años, mientras preparaba su voto en un colegio electoral del centro de Santiago. Gladys, de 65, votaba para que “el país cambie las leyes contra la delincuencia”, que es lo que más le preocupa. A sus 33 años, Alberto habla de “fatiga y frustración” por tener que escoger el mal menor entre “el status quo del modelo actual o algo peor”.

Una mujer muestra su voto

Los votos nulos y blancos (juntos suman casi el 5% de los votos) han más que duplicado las cifras del proceso anterior y las excusas presentadas a la policía para no acudir a las urnas y evitar una multa –unas 350.000– han triplicado las cifras del plebiscito anterior.

El primer intento constitucional terminó en septiembre del 2022 con más del 60% de los votos en contra de otra propuesta de carta magna que, en aquella ocasión, tenía un tono marcadamente progresista y proponía cambios considerados más radicales que los sectores moderados y conservadores calificaron de “refundacionales”.

Camino de las reformas

Con la vista puesta en las elecciones municipales (2024) y presidenciales (2025) y el proceso constituyente finalizado, Boric pretende ahora enfocarse en las reformas clave de su Gobierno que, casi dos años después de llegar al poder, todavía no podido concretar. “He ordenado reanudar lo antes posible la gestión de la Reforma de Pensiones y el Pacto Fiscal de crecimiento y distribución más justa de la riqueza (reforma tributaria) y redoblar los esfuerzos de la gestión en seguridad para ganar la batalla a la delincuencia, el narco y el crimen organizado”, ha explicado durante su discurso.

Chile votó por segunda vez una nueva Constitución.

El progresismo chileno se ha encontrado en la disyuntiva de tener que escoger entre la Constitución que había rechazado durante décadas o un nuevo texto que consideraba aún más conservador. Ante esta paradoja, la izquierda y la centro-izquierda se agarran ahora a la posibilidad de reformar la actual carta más fácilmente gracias a una rebaja, aprobada el año pasado, de las mayorías necesarias del Congreso para aplicarle modificaciones.

La oposición, en cambio, ha dejado claro que considera legitimada la norma constitucional actual por partida doble. "Por segunda vez, ha quedado ratificada la Constitución vigente", ha dicho el líder de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, de la coalición de derecha, que también ha pedido "ser coherentes con la respuesta democrática del país".

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