Brasil

Una confusión evitó que diez personas subieran al avión que se estrelló en Brasil

El emotivo testimonio de uno de los implicados que se salvó ha dado la vuelta al mundo

ARA
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Los restos del avión en la localidad de Vinhedo, en Brasil

BarcelonaEs habitual confundirse con la puerta o hora de embarcar en un aeropuerto, pero las consecuencias suelen ser mucho más negativas que las que sufrió este viernes Adriano Assis en el aeropuerto de Cascavel, en Brasil. El hombre, natural de Río de Janeiro, debía coger el vuelo de la compañía Voepass con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos-São Paulo, que se estrelló en Vinhedo, a menos de 100 kilómetros de su destino. Las 62 personas que viajaban, 58 pasajeros y cuatro tripulantes, murieron.

Assis, según ha explicado a Jornal Hoje, llegó demasiado temprano, sobre las 9.40, a la puerta de embarque y fue a tomar un café. "Esperé, pero ni los paneles de información ni la megafonía decían nada sobre el vuelo", afirma. Entonces, Assis perdió la noción del tiempo, y sobre las 10.30 volvió a la puerta. "Había una cola enorme. Esperé hasta las 10.41, más o menos, cuando un chico del personal me dijo que no entraría nadie más [en el avión] porque el embarque había sido una hora antes", explica.

Emocionado, Assis narra que entonces se discutió con el chico porque quería subir al vuelo. "Y así fue, me salvó la vida", afirma Assis, quien reconoce al periodista que, si el personal no hubiera hecho su trabajo y lo hubiera dejado en el suelo, "quizás no estaría haciendo esta entrevista".

Otras diez personas, que cogían el vuelo para hacer escala en el aeropuerto de Guarulhos, tampoco subieron al avión. Como habían cogido los billetes con la compañía LATAM, que operaba el segundo vuelo de sus viajes, no hicieron cola en el mostrador de Voepass. De hecho, según explica uno de los afectados en Jornal Hoje, se quedaron en el mostrador de LATAM, justo al lado del de Voepass, y cuando se dieron cuenta del error, y se pusieron a la cola que les correspondía, ya no estuvieron a tiempo. De nuevo personal de la compañía les negó el acceso. "Le pedí que me dejara entrar, que necesitaba hacer ese vuelo. Lo máximo que me podía hacer era darme otro vuelo", explica el testigo, que reconoce que cuando se enteró del accidente "le temblaron" las piernas" y lo "agradeció a Dios".

El avión no había reportado ninguna emergencia

Las autoridades brasileñas todavía trabajan por determinar las causas del accidente. Por el momento confirmaron que el avión estaba en condiciones regulares de vuelo y que no reportó ninguna emergencia. "No hubo ninguna comunicación [del piloto del avión] con los órganos de control sobre si había alguna emergencia", ha explicado este sábado el director del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos (Cenipa) de la Fuerza Aérea Brasileña, Marcelo Moreno.

Moreno espera, pues, que las cajas negras, que rescataron el viernes, puedan ofrecer alguna pista sobre lo ocurrido. "Primero extraeremos las informaciones de la grabadora de voz de la cabina y después de la grabadora de los datos del vuelo", aseguró. Moreno afirma que todavía es demasiado temprano para hablar de las diferentes hipótesis que han planteado los especialistas, como la posibilidad de que se hubiera formado hielo en las alas de la nave. "De momento no podemos afirmar si esto fue algo decisivo o no", confiesa. El avión se desplomó sobre una zona residencial de la localidad de Vinhedo, en la provincia de Sao Paulo, aunque no causó ningún herido ni destrozos importantes en tierra.

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