Cumbre del G-20

La lucha contra el hambre y la crisis climática, claves en la última cumbre del G-20 de Biden

Brasil acoge el encuentro de una treintena de líderes mundiales, que abordará también la crisis de las instituciones de gobernanza global

El presidente de EEUU, Joe Biden, en una visita a Manaus, en la Amazonia, antes de asistir a la cumbre del G20 en Río de Janeiro.

Río de JaneiroLa ciudad de Río de Janeiro lleva meses preparada para la cumbre de líderes del G-20, que se celebra este lunes y martes en el recinto del Museo de Arte Moderno de la ciudad brasileña. Bajo la presidencia temporal de Brasil y bajo el lema “Por un mundo más justo en un planeta más sostenible”, el encuentro pone tres cuestiones en el centro: la lucha contra el hambre extrema y la pobreza, una propuesta de reforma de los organismos de gobernanza global , y la crisis climática y la transición hacia energías renovables.

Se espera la asistencia de todos los líderes a excepción del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el que pesa una orden de detención internacional. Y será el escenario de la despedida internacional de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, a dos meses de que Donald Trump vuelva a ocupar la Casa Blanca.

El G-20, formado por 19 países de cinco continentes más la Unión Africana y la Unión Europea, incluye naciones emergentes y desarrolladas que representan dos tercios de la población mundial, el 85% del producto interior bruto mundial y el 75% del comercio internacional. Entre los países pertenecientes se encuentran Estados Unidos, China, India, Japón, Reino Unido y Arabia Saudí, mientras que España es un invitado permanente.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha mantenido un liderazgo activo durante su presidencia del G-20, con el objetivo de “reinsertar a Brasil como un actor respetado y participante de las discusiones globales tras el gobierno de Jair Bolsonaro, que se distanció de cualquier discusión multilateral”, dice al ARA Lívio Ribeiro, investigador del Instituto Brasileño de Economía (Ibre). "Lula quiere reanudar la tradición brasileña de ser un agente neutral en el escenario internacional, un interlocutor que habla con todo el mundo, y que en ciertos temas como la diversidad, el hambre y el medio ambiente tiene una posición de liderazgo". La propuesta estrella del brasileño es el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que busca implementar políticas públicas a escala global para beneficiar a unos 500 millones de personas y que cuenta con el compromiso de todos los miembros del G-20.

Además, a lo largo de todo el año Lula ha promovido la discusión de la creación de un impuesto global para los multimillonarios que, por ahora, no reúne el consenso necesario para convertirse en realidad.

El Sur Global quiere ganar influencia

En el encuentro en Río está previsto que se aborde la crisis de las instituciones de gobernanza global. El G-20 busca trabajar sobre los puntos acordados en el Pacto del Futuro del pasado mes de septiembre en la Asamblea de Naciones Unidas, donde se puso sobre la mesa una reforma del Consejo de Seguridad, así como del Fondo Monetario Internacional y de la Organización Internacional del Comercio, que también están representadas en la cumbre.

El objetivo de esta reforma sería que las naciones emergentes y del denominado Sur Global ganaran representatividad en estas organizaciones, en las que no tienen mucho peso a la hora de tomar decisiones. Según Ribeiro, estos países pueden tener "un papel relevante y asertivo en la construcción de políticas para limitar los efectos de la crisis climática".

La lucha contra el cambio climático y la transición energética es otro punto clave de esta cumbre. Si bien Lula ha prometido una erradicación total de la deforestación de la Amazonia de cara a 2030, muchas personas en Brasil están desilusionadas con su negativa por cortar de pura cepa el uso de combustibles fósiles, y aún más por la intención de explorar un nuevo yacimiento de petróleo offshore, a unos 500 kilómetros mar adentro de la desembocadura del río Amazonas.

“Es una región muy importante para la biodiversidad y las comunidades tradicionales e indígenas que viven”, explica a la ARA Bruna Pavani, investigadora del Instituto Internacional para la Sostenibilidad (IIS): “Es contradictorio con lo que, a su vez, está promoviendo Lula”. Pero lo que más preocupa a la experta es la reciente elección de Donald Trump, que es abiertamente negacionista del cambio climático.

El presidente de China, Xi Jinping, también asistirá a la cumbre, tras pasar por Perú para inaugurar el mayor puerto chino de América Latina. Y contra todo pronóstico, por su cuestionamiento en la Agenda 2030, el presidente argentino, Javier Milei, también participará y se encontrará, por primera vez de forma formal con Lula, con quien ha manifestado diferencias ideológicas y personales. También se cruzará con el presidente el gobierno español, Pedro Sánchez, que ha mantenido una disputa personal y una crisis diplomática abierta con el líder argentino, llegando a nombrar a un nuevo embajador español en Buenos Aires.

Este encuentro en Río ha incluido, por primera vez, el G-20 Social, una iniciativa creada por Lula para incluir a las organizaciones no gubernamentales del mundo en las discusiones que se llevarán a cabo en la reunión de líderes. La iniciativa continuará el próximo año bajo la presidencia del G-20 de Sudáfrica, como ya se ha avanzado.

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