Rusia recluta (y engaña) cubanos para ir al frente a Ucrania

Un joven que luchó en el frente denuncia al ARA haber sido víctima de mafias que les ofrecían trabajo en el sector de la construcción

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Tres soldados sostienen la bandera cubana, en una imagen de archivo

Buenos AiresHace meses que varios medios de comunicación internacionales apuntan el reclutamiento, desde Rusia, de jóvenes cubanos para ir al frente a Ucrania a luchar. Con la promesa de un pasaporte ruso y de un sueldo mensual de aproximadamente 2.000 euros, algunos hombres cubanos han emprendido su viaje ante la situación de emergencia económica que atraviesa el país caribeño. Algunos han denunciado haber sido engañados y reclutados como mercenarios de forma ilegal a través de ofertas de trabajo de constructor en las redes sociales. El ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se ha desvinculado de ello: "Cuba no forma parte del conflicto bélico en Ucrania. Está actuando y actuará de forma enérgica contra quien, desde territorio nacional, participe de cualquier forma del tráfico de personas con fines de reclutamiento o mercenarismo para que ciudadanos cubanos hagan uso de las armas contra cualquier país".

El Yadiel (nombre ficticio) tiene 36 años y es de La Habana, donde trabajaba como peón en el sector de la construcción. El pasado junio su primo le explicó que, a través de tal Tania (nombre también ficticio), le había llegado información de un "buen trabajo" en Rusia: en la construcción, igual, pero cobrando 240.000 rublos, unos 2.000 euros, un sueldo inimaginable por nadie ahora mismo en la isla, que atraviesa una grave crisis económica y de escasez. Con la intención de mejorar la calidad de vida de su familia, Yadiel no lo pensó mucho y envió su documentación al número de teléfono indicado Al poco rato recibía un correo con unos billetes de avión para el día siguiente: un vuelo de Varadero a Moscú, que compartió con una cuarentena de hombres jóvenes como él. , les recibió la tal Tania, con dos colaboradoras suyas, y les indicó que subieran en un minibús hasta un hotel, donde durante tres semanas siguieron llegando más cubanos, explica Yadiel en conversación por videollamada con el diario AHORA. Durante aquellos días se dedicaron a dar clase de ruso hasta que les propusieron firmar un contrato laboral: el documento tenía más de 20 páginas y estaba escrito en ruso, con lo que no entendieron nada.

"Justo antes de firmar el contrato –explica–, Tània nos dijo que era para ir a la guerra". Ante el desconcierto, les aclaró que no irían a primera línea del frente sino a la tercera, "lo que después resultó mentira", aclara el Yadiel. En el contrato, además, constaba una remuneración mensual de 200.000 rublos, que después no recibían por completo porque Tania y sus compañeras se quedaban una parte. "A estas alturas, con el tráfico de personas, ya serán millonarias", dice mientras hace que no con la cabeza. En ese momento, Yadiel explica que se sintió traicionado y atrapado: "No tenía más opción que firmar: estaba en un hotel militarizado ni siquiera sé muy bien dónde, no tenía dinero, ni contactos ni amistades, había cámaras para todo por todas partes. ¿Dónde querías que fuera?", pregunta. Discutió con su primo, que estaba en la misma situación que él. "Todos fuimos de Cuba engañados –lamenta–, y no había más opción que seguir adelante". Se les llevaron a una unidad militar en Ucrania, donde recibieron entrenamiento, y de ahí hacia el frente.

Ahora está en Moscú, en casa de un amigo. Hace tres meses, la ola expansiva de una bomba le dejó prácticamente sin poder andar. Aún se está recuperando, tiene mucho dolor y un riñón que no le funciona bien. Ya no tendrá que volver a pelear: "Los contratos son de un año, así que cuando me recupere me darán el pasaporte ruso y una casa. Sé de algunos cubanos que ya lo han conseguido", asegura. A la pregunta de si le gustaría volver a Cuba, responde que sí, pero que no lo hará porque le da miedo ser acusado de mercenario y entrar en prisión. Pretende trasladar a su familia a Rusia: "Les echo de menos". Durante semanas, les escondió que estaba en la frente, hasta que salió en imágenes de la televisión cubana. "La guerra es lo más feo que puedas llegar a imaginarte", dice mientras le tiemblan las piernas.

Cuba y Rusia, naciones hermanas

En un impecable desfile militar, 9.000 soldados conmemoraban el Día de la Victoria el pasado jueves en la plaza Roja de Moscú. El 9 de mayo se celebra la victoria de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre la Alemania nazi, en 1945, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial. En un discurso solemne, el presidente ruso, Vladimir Putin, se refirió a la guerra con Ucrania: "Rusia hará todo lo posible para evitar un enfrentamiento global, pero no vamos a permitir que nadie nos amenace". Dos días antes había sido investido para su quinto mandato. Entre los invitados al desfile, estaba su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel. En una reunión entre ambos mandatarios, el presidente cubano deseó "éxito en Rusia" y se manifestó contra "la manipulación geopolítica del gobierno de Estados Unidos y las amenazas de la OTAN".

El presidente ruso, Vladimir Putin, entrando en el Kremlin en el inicio de la ceremonia de investidura

Cuba y Rusia mantienen relaciones diplomáticas y de amistad desde hace décadas: después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y del bloqueo económico de Estados Unidos a la isla en 1962, Cuba se convirtió en un aliado clave de la URSS, de quien aumentó su dependencia económica durante la Guerra Fría . Desde la caída del Muro de Berlín hasta hoy, Cuba y Rusia han mantenido estrechos vínculos. En 2000 el flamante presidente Putin visitó la isla donde, conjuntamente con Fidel Castro, pidió el fin del bloqueo económico. Ambas naciones sostienen un discurso contra el imperialismo estadounidense en connivencia con la Unión Europea.

Del día a día en la frente, el Yadiel destaca el "buen trato y compañerismo" de los soldados rusos. Está convencido de que Rusia lucha "por la libertad de Ucrania", y que las redes de tráfico ilegal de personas actúan a espaldas de los gobiernos ruso y cubano, a los que no responsabiliza de lo que les ha pasado a él ya los suyos compañeros: "Los que estamos aquí sólo buscábamos una manera de mejorar nuestro nivel de vida trabajando, en lugar de arrojarnos al mar en una balsa".

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