Kim Jong-un hace de Corea del Norte la fábrica de armas de Vladímir Putin

Moscú y Pyongyang intercambian alimentos por todo lo que Kremlin necesita para sostener el esfuerzo bélico en Ucrania

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Putin y Kim Jong-Un durante su encuentro en la región rusa de Amur

PekínLas fábricas de armamento de Corea del Norte trabajan a toda máquina para proveer al ejército ruso en la invasión de Ucrania a cambio de ayuda económica, sobre todo alimentos y materias primas. Desde Corea del Sur han advertido en los últimos días que el régimen de Pyongyang habría enviado unos 6.700 contenedores de material bélico a Moscú desde la cumbre que celebraron Kim Jong-un y Vladimir Putin en septiembre.

Las fuentes surcoreanas calculan que podrían haber suministrado más de tres millones de proyectiles de artillería de 152 mm o 500.000 proyectiles de lanzacohetes de 122 mm. Esta misma semana el departamento de Estado estadounidense ha publicado un informe que incluso eleva el envío de contenedores con munición a 10.000.

En declaraciones que recoge la agencia de noticias Yonhap, el ministro de Defensa surcoreano, Shin Won-sik, ha asegurado que Pyongyang está priorizando este tipo de comercio y que las fábricas de armamento destinado a Rusia estarían trabajando en el máximo de su capacidad, mientras que el resto sólo opera al 30% debido a la escasez de electricidad y de materias primas.

A cambio, Rusia envía a Corea del Norte un volumen de contenedores un 30% superior al de los contenedores que recibe. Vladimir Putin suministra principalmente alimentos, junto con materias primas, así como piezas que se utilizan en la fabricación de armas.

Oportunidad para Kim Jong-un

La invasión de Ucrania ha resultado una oportunidad para Corea del Norte para estrechar lazos con Moscú. La depauperada economía norcoreana ha encontrado alivio en la venta de armas a Rusia. Desde 2006 ya raíz de la primera prueba nuclear de Pyongyang, la comunidad internacional ha ido imponiendo sanciones al régimen. La economía se ha resentido del aislamiento y la dictadura también se ha ido cerrando a las inversiones que en un momento ofreció Corea del Sur para desarrollar una zona económica especial en la frontera.

Desde Seúl, Shin aseguraba que los precios de los alimentos en Corea del Norte parecen estabilizados y que hay menos escasez gracias a la ayuda rusa. También ha advertido de los efectos que puede tener esa estrecha colaboración en el terreno militar: si Moscú sigue necesitando munición es posible que con el tiempo acabe también aumentando la transferencia de tecnología militar a Pyongyang, según el ministro surcoreano. Kim Jong-un buscaría tecnología relacionada con aviones y equipos terrestres, un equipamiento que resulta amenazante para sus vecinos, así como ayuda para desarrollar submarinos de propulsión nuclear.

El líder norcoreano declaró a principios de año Corea del Sur como su “principal enemigo” y renunció a cualquier posibilidad de reunificación. Por el momento, el ministro de Defensa cree probable que Corea del Norte obtuviera cooperación rusa para conseguir poner en órbita a su primer satélite espía el pasado noviembre. El líder norcoreano ha anunciado que lanzará otros tres en el 2024.

China siempre ha sido el principal aliado de Corea del Norte y la fuente de financiación, pero ahora Pyongyang y Moscú comparten la situación común de estar sometidos a fuertes sanciones internacionales, lo que les deja las manos libres para cooperar. Las empresas chinas deben hacer equilibrios para evitar las sanciones y por primera vez la UE condenaba hace unos días a tres empresas chinas por haber ayudado a Rusia. Las buenas relaciones entre Putin y Kim Jong-un se han escenificado con la llegada en febrero del primer grupo de turistas rusos en Corea del Norte. El pasado año el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, anunció que Corea del Norte sería recomendado como destino turístico.

El suministro de armas norcoreanas a Rusia es una pésima noticia para Ucrania. La invasión entra en el tercer año con el ejército de Kiiv debilitado y con escasez de munición. Rusia está lanzando varias ofensivas por mover las líneas del frente y conquistar terreno. Ucrania sufre por el retraso de la ayuda militar occidental. En Estados Unidos, los republicanos bloquean la aprobación del presupuesto de 60.000 millones de dólares que ha solicitado el presidente Joe Biden para seguir apoyando el esfuerzo bélico de Kiiv.

Rusia, pese a tener grandes pérdidas, tiene mayor capacidad para hacer frente a una guerra larga de desgaste. Además de su propia industria armamentística, ahora las fábricas de Corea del Norte pueden dar a Moscú cierta tranquilidad sobre la munición, que seguirá llegando al frente de guerra.

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