El ataque ruso a Ucrania

Putin y Xi Jinping miden la solidez de su alianza en Samarcanda

Los presidentes ruso y chino se encontrarán cara a cara por primera vez desde la invasión de Ucrania

El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping.

TianjinLos presidentes chino y ruso miden la solidez de su “alianza sin límites” en la primera reunión presencial después de la invasión de Ucrania. Los dos líderes participan en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) que se reúne en Uzbekistán desde este jueves. Al margen de la cumbre, Xi Jinping y Vladímir Putin mantendrán un encuentro bilateral en el que analizarán las consecuencias de la invasión de Ucrania. El presidente ruso llega al encuentro debilitado por el éxito de la contraofensiva ucraniana. En cambio, Xi Jinping puede ejercer de líder fuerte con capacidad de ayudar económicamente a su aliado. Y se espera que los dos mandatarios mantengan la posición de unidad ante Occidente.

Así lo indican los preparativos del encuentro: Yang Jiechi, el principal diplomático del Partido Comunista, un cargo que está por encima del ministro de Asuntos Extranjeros, aseguraba en un comunicado que su país está dispuesto a trabajar con Rusia para desarrollar "el orden internacional en una dirección más justa y razonable”. La semana pasada la tercera autoridad de China, Li Zhanshu, presidente de la Asamblea Popular Nacional, hacía un viaje oficial a Rusia y dejaba mensajes contundentes como que los dos países tenían que trabajar para contrarrestar “la interferencia extranjera, las sanciones y la jurisdicción extraterritorial”. Por su parte, la diplomacia rusa ha defendido la soberanía china sobre Taiwán y ha criticado la presión de los Estados Unidos.

Pekín y Moscú, debilitados

A pesar de los juegos diplomáticos, la desaceleración de la economía china y la larga e incierta guerra contra Ucrania colocan a los dos socios de esta “alianza sin límites” en un escenario muy diferente de cuando la anunciaron el febrero pasado. Por aquel entonces Xi Jinping inauguraba unos Juegos Olímpicos de Invierno y exhibía el éxito de sus medidas para controlar el covid-19. La aparición de la variante ómicron y la perseverancia en mantener la política de covid cero han comportado bloqueos y cuarentenas continuas por todo el país que han tenido impacto en la economía porque han roto las cadenas de producción y logística.

Y Vladímir Putin ha visto cómo la invasión no ha sido la guerra relámpago prevista y ha puesto al descubierto las debilidades de su ejército. Para Xi Jinping no es una buena noticia que Putin tenga dificultades, porque debilita su figura de estadista. A Pekín no le interesa la desestabilización de Rusia.

De momento, la situación es cómoda para China, que se ha convertido en un salvavidas económico de Rusia. De todas maneras, Pekín ha ido con mucho cuidado de no saltarse las sanciones internacionales que, eso sí, ha criticado duramente. El comercio entre los dos países ha aumentado un tercio este año. China compra más gas y petróleo rusos a un precio más bajo y puede inundar el mercado ruso de productos chinos para sustituir a los occidentales. Moscú y Pekín utilizan el rublo o el yuan para las transacciones.

Geoestrategia en Asia Central

Xi Jinping ha visitado Kazajistán antes de ir a la cumbre de Samarcanda. La OCS está formada por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Índia y Pakistán. Irán participará como país invitado. Que el primer viaje oficial fuera de China de Xi Jinping desde que empezó la pandemia a principios del 2020 esté en Asia Central e incluya la entrevista con Putin demuestra cómo prioriza el presidente chino esta región y su alianza con Rusia.

Moscú y Pekín han rivalizado históricamente por su influencia en la región, pero ahora Putin no está en condiciones de reforzar la presencia rusa debido a las sanciones internacionales.

En cambio, China ha hecho grandes inversiones en las repúblicas exsoviéticas a través de la iniciativa conocida como la Nueva Ruta de la Seda, un plan de infraestructuras para crear nuevos corredores comerciales. Las inversiones también han generado deudas millonarias que se pueden renegociar en esta reunión.

Asia Central ha sido una pieza clave para Pekín, que se quiere expandir hacia el oeste a través de rutas terrestres. Al gobierno chino le preocupa que en caso de conflicto bélico con Taiwán se le impongan sanciones y tenga dificultades para abastecerse o comerciar por mar.

Para Xi Jinping también es importante que países de mayoría musulmana y algunos con frontera con la región del Xinjiang le manifiesten apoyo. Especialmente después del informe de la ONU que considera que China ha cometido crímenes contra la humanidad con la represión contra los uigures y otras minorías musulmanas.

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