El suicidio de una maestra destapa la presión de los padres a los docentes surcoreanos
Miles de profesores se manifiestan en Corea del Sur en contra del acoso que sufren por parte de alumnos y familiares
PekínMiles de profesores se han manifestado en Corea del Sur y han hecho huelga en protesta contra las presiones que sufren padres, alumnos rebeldes y centros educativos. El detonante que ha llevado a los profesores a las calles ha sido el suicidio de una maestra que era acosada por los padres de un alumno conflictivo. No es algo aislado. Según datos oficiales, entre enero de 2018 y junio de 2023 un centenar de docentes, mayoritariamente de primaria, se quitaron la vida al no soportar la presión.
La joven maestra, de 23 años, se suicidó el 18 de julio. La encontraron muerta en el interior de un armario en el aula donde daba clase. En su diario han quedado reflejados el miedo, la angustia y la desesperación que vivió en los últimos meses. Constata la presión de muchos padres que la bombardeaban con constantes llamadas y quejas, incluso los días festivos. La situación empeoró con la pelea de dos alumnos en clase, en la que uno lesionó al otro clavándole un lápiz.
Desde su muerte se han sucedido pequeños actos de reivindicación y velatorios en su memoria que al final han cristalizado en un gran movimiento de protesta. El pasado sábado, unos 200.000 educadores se manifestaron por las calles de Seúl, según la Federación Coreana de Asociaciones de Maestros (FCAM). El lunes, más de 50.000 secundaron un paro desafiante al ministerio de Educación, que había advertido de que no podían ejercer el derecho de huelga. Se organizaron y buscaron subterfugios como bajas por enfermedad, días libres o cierres de colegios por motivos técnicos y se concentraron en las calles de Seúl.
Desprotegidos por la ley
Los docentes alegan indefensión ante el acoso, descontrol en las aulas y un aumento del trabajo administrativo que se suma a las horas lectivas. Aseguran estar desprotegidos desde la aprobación en el 2014 de la ley de bienestar infantil diseñada originalmente para prohibir el abuso contra los menores, pero con una redacción muy ambigua. Acusan a los padres de utilizarla para evitar castigos a sus hijos, ya que cualquier profesor acusado de abuso infantil es automáticamente suspendido y apartado del trabajo. El miedo a las denuncias condiciona el trabajo de los profesores, que no suelen contar con el apoyo del centro educativo, puesto que tiende a dar la razón a los padres para evitar más problemas.
Reñir por mal comportamiento, intentar controlar a niños abusadores o castigar a un alumno puede ser considerado abuso infantil o abuso emocional. Los profesores aseguran sentirse impotentes para poder controlar las clases ante la pérdida de autoridad. Seis de cada diez profesores sufren abuso verbal por parte de los alumnos todos los días, según la FCAM.
La alta presión del sistema educativo surcoreano, que fomenta la competitividad entre los estudiantes para acceder a las mejores universidades, tiene un fuerte impacto en los educadores. Los profesores deben lidiar con padres enfadados por las malas notas de sus hijos o que buscan trato de favor y amenazan con denuncias. Los docentes, empleados del estado, exigen directrices claras al ministerio sobre cómo implementar la disciplina en las aulas.
Las autoridades educativas son conscientes del problema y han intentado mediar prometiendo reformas. Por ejemplo, el ministerio de Educación ya ha anunciado una nueva regulación que obligará a los padres de los alumnos a programar con tiempo las entrevistas con los maestros y obligará a los centros a no exigir a los profesores responder desde los teléfonos personales las llamadas de estos padres.
Impacto en la sociedad
Las protestas de los maestros han sacudido la sociedad. No solo el ministro de Educación ha intentado mediar para rebajar el conflicto prometiendo una reforma de la ley de bienestar infantil, sino que incluso el presidente Yoon Suk Yeol ha emitido un comunicado en el que se compromete a “hacer todos los esfuerzos posibles para restablecer la autoridad docente y normalizar el campo educativo”.
El fracaso del sistema educativo es evidente. El acoso y la violencia entre los alumnos han aumentado, y el país tiene una de las tasas de suicidio de menores de 20 años más alta del mundo. También se ha incrementado el número de profesores que se jubilan o abandonan la profesión. En 2022 más de 12.000 docentes dejaron su trabajo, un 12% más que el año anterior y un 43% más que hace seis años.