Berlín, Londres, Málaga y, sobre todo, Kiev: así es la diáspora rusa

El éxodo ruso, que tiene mucha historia y muchas caras, se extiende en todo el mundo

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Festival de invierno ruso a Trafalgar Square, Londres

Dortmund (Alemania)Berlín. El barrio occidental de Charlottenburg se ganó a inicios de los años 20 un apodo que todavía perdura: Charlottengrad. Allí fue donde fueron a parar miles de rusos –se calcula que 360.000–, muchos de los cuales eran de clase alta e intelectuales que huían de la Revolución de Octubre de 1917. Hoy en el mismo barrio continúa habiendo una gran comunidad rusa.

París. En el decimotercero departamento de la capital francesa hay un barrio muy discreto denominado la petite Russie. También en los años 20 la ciudad fue centro de acogida de miles de rusos. En las puertas de París, la población de Boulogne-Billancourt se pasó a llamar popularmente Billankoursk, también por la gran comunidad rusa que se reunía allí.

Londres. El explosivo crecimiento de la City empieza con la caída de la Unión Soviética. Y no es casualidad. Hoy se calcula que viven unos 250.000 rusoparlantes en la capital británica. Por eso hay quien lo denomina Londongrad.

El éxodo ruso tiene mucha historia y muchas caras. Los destinos escogidos tienden a ser los más próximos geográficamente o culturalmente, pero la diáspora se extiende por todo el mundo.

Precisamente Ucrania fue el país que más emigrantes rusos (58.000) acogió durante el año pasado, según datos del portal de estadísticas Statista. Ex repúblicas soviéticas como Tayikistán (30.230), Armenia (24.840), Kazajistán (24.350), Uzbekistán (20.800), Kirguistán (18.550), Azerbaiyán (11.550), Moldavia (11.100), Bielorrusia (7.700), Turkmenistán (3.200) y Georgia (3.120) le siguen el paso. El primer país que no formó parte de la URSS que lidera el recibimiento de emigrantes rusos en 2021 es Alemania (2.660), seguida de China (2.220), India (2.130) y Vietnam (2.020). En Estados Unidos también ha habido, a pesar de que a la baja, mucha emigración rusa. En 1997 acogieron casi a 10.000 rusos. Diez años más tarde, a unos 2.000.

La cifra de ciudadanos con pasaporte ruso residentes en estados miembros de la Unión Europea en 2021 también lo encabeza Alemania, con 235.469 personas procedentes de este país, según Statista. La seguirían Estonia (83.989), España (81.911), Francia (55.322), Turquía –candidata a adherirse a la UE– (40.201), Letonia (40.073), República Checa (39.805), Italia (39.755), Austria (33.340), Finlandia (28.866), Bulgaria (28.482) y, ya con más diferencia, Suiza (16.099), si bien este país acumula la gran parte de las fortunas de los multimillonarios rusos. Según el medio digital alemán Capital, los rusos ricos tienen más de 100.000 millones de dólares escondidos en los bancos suizos.

Costa Brava y Costa Dorada

En el estado español, es en la zona de Alicante donde los rusos con poder económico han comprado más viviendas. También en Málaga y en Catalunya han adquirido muchas propiedades, sobre todo a partir del cambio de siglo. Al abrirse rutas aéreas entre ciudades rusas y el Prat o Girona, muchos turistas rusos con capacidad adquisitiva acabaron adquiriendo residencias, especialmente en la Costa Dorada y la Costa Brava. Estos inversores y sus familias se han valido del acceso a la Golden Visa, que les garantizaba de facto la residencia en el estado español si hacían una inversión inmobiliaria de 500.000 euros y demostraban que disponían de capital para mantenerse con la familia en España.

De manera más agresiva procuró Reino Unido captar inversiones rusas. Para asegurarse ser capital financiera mundial puso facilidades para que los oligarcas aparcaran el dinero al lado del Támesis. El dinero ruso está en todas partes: en clubes de fútbol, en lands escoceses, en cadenas de librerías, en diarios muy leídos, en fundaciones, museos... Y en donaciones a partidos como el del premier Boris Johnson, que cuando era alcalde de Londres llegó a presumir: “Londres es para los millonarios algo así como la selva de Sumatra para los orangutanes”.

En Francia, la mayoría de rusos son residentes en París, pero, en proporción, Niza, en plena Costa Azul, es un nido rusófono. En Italia, los rusos gestionan 2.500 empresas, según el diario La Repubblica.

Se reduce la inmigración

Si bien Rusia es uno de los países del mundo que acoge más población de otras nacionalidades, desde 2005 ve como su saldo de migración se va reduciendo, porque también se están yendo miles de rusos al extranjero. Hay diversos factores: hostilidades con países fronterizos, catástrofes naturales, mínima tolerancia dentro de la propia población (ideología patriótica y homófoba), pocas posibilidades de formación, infraestructuras insuficientes para la enorme superficie del país, la inflación, la quiebra de las empresas, el débil mercado de trabajo, los sueldos bajos, las pocas posibilidades de ascenso social, el sistema sanitario malo, la criminalidad, la corrupción, la represión política, la falta de libertades. “Los jóvenes en Rusia solo tienen hoy dos posibilidades: emigrar o callar”, ha sintetizado la premio nobel de literatura Herta Müller en Der Spiegel.

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