EE.UU.- Rusia

Biden amenaza a Moscú con “sanciones duras” si no rebaja la tensión en Ucrania

Los EE.UU., en coordinación con aliados europeos, continúan en alerta por una posible invasión rusa

Encuentro virtual entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente de los EE.UU., Joe Biden.
08/12/2021
4 min

WashingtonJoe Biden y Vladímir Putin no se veían desde junio y no hablaban desde julio. En este medio año, entre entonces y ahora, las tensiones clásicas, habituales e históricas entre los Estados Unidos y Rusia, que para muchos están en el peor momento desde la Guerra Fría, no se han rebajado lo más mínimo. Más bien al contrario: la tirantez en la frontera con Ucrania está a punto de estallar, de pasar a un punto de no regreso.

Para evitar la catástrofe y que la crisis no empeore, los dos líderes se han llamado por videoconferencia para decirse a la cara preocupaciones y reproches, amenazas y peticiones. El resultado, como mínimo de cara al público, ha sido el previsible, sin ninguna sorpresa ni sustancia concreta más allá de lo que ya se esperaba: Biden amenazando con "fuertes medidas económicas" si Moscú no frena los indicios que llevan a pensar que invadirá Ucrania pronto –los servicios de inteligencia de los EE.UU. calculan que podría producirse a finales de enero del 2022– y Putin negándolo y pidiendo garantías de que la presencia militar de la OTAN no se acercará a su frontera.

Biden y Putin llegaban advertidos por sus jefes diplomáticos, que hace unos días se vieron en Estocolmo y marcaron el grado de tensión. Han sido poco más de dos horas (dos horas y un minuto para la Casa Blanca, dos horas y cinco minutos para el Kremlin) de las cuales solo ha trascendido públicamente el saludo inicial: buenas palabras y buenos deseos habituales, protocolarios y cordiales. "Ojalá la próxima vez nos podamos ver en persona", ha dicho Biden a Putin.

A parte de esto, todo a puerta cerrada. De lo que pasa dentro solo se sabe lo que cada gobierno quiere transmitir y expresar a su público. Y desde la Casa Blanca, el mensaje está claro: las "profundas preocupaciones" de Biden en el tema ucraniano solo se resuelven con una desescalada , retirada de los miles de soldados desplegados en la frontera y regreso a la vía diplomática.

Si no es así, Washington, en consonancia con sus aliados, aplicará "medidas económicas fuertes y otros tipos en caso de escalada militar". "Estamos preparados para hacer lo que no hicimos en 2014", ha advertido el asesor en seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, en referencia a los momentos posteriores a la invasión de Crimea.

No hay detalle concreto de estas "otras medidas" ni si implicarían explícitamente despliegue de armamento o tropas –a pesar de que las insinuaciones apuntan que sí–, pero hay suficientes indicios para saber a que hace referencia cuando se habla de sanciones económicas: castigos al círculo próximo a Putin, al sector energético y bancario ruso y, según la CNN, se está estudiando incluso la posibilidad de una "opción nuclear" como la desconexión de Rusia del sistema de transferencias internacionales de datos bancarios Swift.

Toda una serie de amenazas que tienen que servir de elemento disuasorio para que Moscú apueste por una vía alternativa a través de la diplomacia. Según la CNN, los EE.UU. están empezando a estudiar posibles planes de evacuación de ciudadanos norteamericanos por si la estrategia de disuasión no funciona y acaba decidiendo invadir militarmente Ucrania, una decisión que según los servicios de espionaje Putin todavía no tiene clara.

Las demandas de Putin

La conversación, según la Casa Blanca, ha sido un tira y afloja de los dos presidentes que ha servido para dejar claro y de manera transparente el sentimiento de cada cual, sin compromisos ni concesiones.

Desde el Kremlin, las quejas han sido las esperadas. Durante la conversación, "franca y profesional", tal como lo han descrito desde Moscú, Putin ha criticado que la Casa Blanca esté intentando poner todas las culpas sobre los hombros rusos, y que la tensión que se vive no es cosa suya, que hace mucho tiempo que dicen e insisten que no quieren ningún tipo de confrontación.

Rusia hace tiempo que propone un pacto de seguridad con la OTAN que incluya "garantías" vinculantes que no expandirán su presencia hacia el este, cada vez más cerca de la frontera rusa, y que nunca aceptarán Ucrania y Georgia dentro de la alianza militar.

Una condición que la OTAN ya ha avanzado, de entrada, que no aceptarán de ninguna de las maneras . Washington y Moscú se han emplazado a seguir hablando sobre los temas "sensibles" en la cuestión ucraniana.

Coordinación con los aliados europeos

Justo después de la cumbre, Biden ha llamado a sus homólogos de Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, en una de las últimas acciones internacionales de Angela Merkel como cancillera germánica. Las acciones punitivas que plantea el gobierno norteamericano en caso de invasión rusa en Ucrania tendrán una respuesta coordinada con los aliados europeos, y así lo han hecho saber.

"Responderemos a cualquier agresión (rusa) ampliando las sanciones existentes. Estamos dispuestos a tomar medidas restrictivas adicionales en coordinación con nuestros socios", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Una de las incógnitas más importantes es saber cuál será la respuesta en el tema del gasoducto Nord Stream 2, que tiene que alimentar energéticamente a Alemania desde Rusia, y que los EE.UU. quieren parar de cualquier manera posible.

Desde Ucrania, los mensajes son todos de agradecimiento con la posición de los EE.UU. y los aliados europeos en la defensa de su soberanía e integridad territorial y los esfuerzos para rebajar la tensión a la frontera. Especialmente en un momento en el que cada vez sienten que hay más despliegue de material militar ruso: según Kíev, el envío de tanques y francotiradores tiene como misión "provocar" y entonces sentirse con la justificación para poder iniciar la invasión de la parte oriental ucraniana.

Una situación que nadie quiere que acabe pasando, empezando por el ministro de Defensa, Oleksí Reznikov, que en una entrevista a la CNN ha advertido que la entrada de tropas rusas en Ucrania provocará una "masacre realmente sangrienta" y que tendrá consecuencias "desastrosas" no solo para su país, sino a escala humanitaria: los cálculos son que entre cuatro y cinco millones de ucranianos se convertirán en refugiados que buscarán salvación en otros países de Europa.

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