Borrell defiende el diálogo con los talibanes por razones humanitarias

La UE enviará a dos personas a Qatar para "poner un pie" en Kabul

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El Alto Representante de la UE, Josep Borrell.

Estrasburgo"La potencia militar más grande del mundo, tras haberse gastado 300 millones de dólares al día, no ha conseguido ganar la guerra en el país más pobre de la Tierra". Para el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, el fracaso de la intervención norteamericana en Afganistán es la prueba de que la vía militar no resuelve conflictos globales y que la caída de Kabul en manos de los talibanes implica "un cambio en la orden mundial" que tiene que hacer reflexionar de manera profunda a una UE que ha ido a remolque de la decisión tomada por Washington. Por eso, Borrell insiste que la retirada norteamericana no tiene que suponer la exclusión automática de Europa del país asiático, sino que la obligación de la Unión es "ayudar al pueblo afgano" por motivos humanitarios. Para hacerlo, ha admitido que el diálogo con los talibanes es inevitable.

"Se les tiene que ayudar a pasar el infierno, se tiene que ayudar a las poblaciones desplazadas y no creo que tengamos que esperar a un gran movimiento migratorio a Europa", ha dicho Borrell, que ha anunciado que la Unión Europea intentará "poner un pie en Kabul" a través de dos personas enviadas a Qatar. "La prioridad es no quedar excluidos", ha reiterado el jefe de la diplomacia comunitaria, que defiende que la UE tiene que tener una "antena" en Afganistán para seguir de cerca los acontecimientos en el país y poder abrir vías de distribución de ayuda humanitaria.

Una fuerza militar europea

Las palabras de Borrell contrastan con el posicionamiento de la UE respecto a la necesidad de endurecer los controles en sus fronteras e intentar que el movimiento de refugiados afganos quede circunscrito a los países vecinos de la zona para evitar que lleguen a las puertas de Europa. Al mismo tiempo, las palabras del alto representante van más allá de una respuesta inmediata europea a la crisis afgana: Borrell presiona para reabrir un debate profundo, que apunta al corazón de la idea de la Unión en sí misma: la necesidad de una fuerza militar propia. "La solución de todo no es la guerra, pero esto no nos exime, a los europeos, de tener una capacidad de acción propia para poderla utilizar cuando sea necesario", ha dicho.

La voluntad de Borrell, que al fin y al cabo tiene pocas competencias prácticas, es ir más allá en el proyecto europeo, profundizar en la autonomía comunitaria después de Trump, la hostilidad con el Kremlin o las difíciles relaciones con China, pero es consciente de las dificultades políticas de sacar adelante una empresa como esta, a pesar de que la crisis de Afganistán sea una nueva oportunidad para ponerlo encima la mesa. "El debate tiene que continuar, no nos podemos quedar solo en 77 intervenciones de un minuto", ha avisado en referencia a la duración del debate de este martes en el Parlamento de Estrasburgo.

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