Bosnia expulsa a los refugiados de un campo de la ONU y los deja a la intemperie

La policía ha desmantelado un centro de Krajina y ha enviado a la gente a otro que está saturado

Cristina Mas
2 min
Membres de una familia migrante  procedente de la Afganistán se acercan a la frontera de Croacia desde el lado bosnio en un intento de entrar en  pie a la Unión Europea

BarcelonaLa policía de Bosnia ha expulsado a miles de migrantes y refugiados que estaban en el campo de la ONU de Bira, en la región de Bihac (noroeste), y los ha trasladado 20 kilómetros, hasta otro campo en la ciudad de Lipa, también bajo gestión internacional, que ya está lleno y que tiene unas instalaciones que no están preparadas para pasar el invierno. Los refugiados han hecho una penosa caminata tapados con mantas y no tienen ningún sitio donde instalarse en el nuevo campo, según ha alertado el responsable de la Organización Internacional de las Migraciones, el organismo de la ONU que gestiona estos campos.

Bosnia es una de las puertas de acceso a los países de la Europa Occidental y decenas de miles de migrantes -hasta 30.000 según los cálculos del gobierno- están atrapados debido a las políticas de la UE de cierre de fronteras. La falta de espacios de acogida es crónica y miles de personas -la mayoría hombres jóvenes que viajan solos- malviven en bosques cercanos a los campamentos.

"Bosnia es el país más pobre de Europa y no podemos acoger a tantos refugiados... que precisamente nos llegan de la UE, porque no vienen de Siria, vienen de Grecia o de Croacia. Y esta gente no quiere ir a Bosnia, quiere ir a Alemania, Holanda o Suecia", constata en una conversación telefónica desde Sarajevo el economista Almir Kasumagić, que había sido refugiado en Catalunya durante la guerra que anorreó a su país a principios de los años noventa. "En Catalunya yo pude vivir y acabar mis estudios, pero aquí, por mucho que la sociedad civil hace todo lo que puede para ayudarlos, no les podemos ofrecer nada: tenemos un 50% de paro", lamenta. El impacto de la pandemia se suma a una crisis económica crónica y a la disfuncionalidad a la que sometió a las instituciones la división administrativa del país impuesta con los Acuerdos de Dayton.

El campo de Bira era el más grande de Bosnia y, según las autoridades, ya ha sido desmantelado. "Esta noche no ha quedado ni un migrante en el centro de recepción de Bira", ha dicho Nermin Kljajic, del ministerio de Una-Sana, la parte bosnia de Krajina, y ha asegurado que los migrantes se han podido reubicar sin problemas. El OIM, que gestiona el campo, ha alertado, sin embargo, de que en Lipa no hay espacio para todo el mundo. Según el portal Balkan in Sight, en estas instalaciones, que son temporales y tienen capacidad para 1.000 personas, había a finales de septiembre 1.178 migrantes, además de varios centenares en los bosques de los alrededores.

En los próximos días, las autoridades de Krajina quieren desalojar otro de los campos del OIM y no han dicho dónde piensan trasladar a la gente. Hace años que tanto los ayuntamientos como los gobiernos cantonales se quejan de que tienen que soportar la presión migratoria que la UE rechaza. En esta región fronteriza con Croacia se encuentran cinco de los siete campos del OIM, que acogen en total a unas cinco mil personas. Se calcula que 2.500 más malviven en los bosques y edificios abandonados de la zona, mientras que sigue llegando gente a través de las fronteras de Serbia y de Montenegro, de unos mil kilómetros de longitud.

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