El certificado covid entra en vigor en toda Europa a pesar de la variante Delta y el miedo del sector aéreo

Ya son más de una veintena los países que reconocen o emiten estos documentos digitales o en papel

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Una pantalla anuncia vuelos al aeropuerto del Prat, en una imagen de antes del estallido de la covid -19.

BruselasEste jueves entra en vigor oficialmente en toda Europa la legislación sobre el uso del certificado covid de la Unión Europea. A pesar de que son más de una veintena los países miembros de la UE y otros como Noruega, Islandia y Liechtenstein que ya lo usan, la fecha oficial para que la ley entre en vigor es el 1 de julio. La fecha explicita la voluntad de este mecanismo de salvar el verano, tanto desde el punto de vista económico como desde la vertiente más social, después de un año de restricciones estrictas a la movilidad. Y finalmente el día ha llegado, pero no sin trabas a la vista. La expansión de la variante Delta del coronavirus está poniendo en alerta a las autoridades de toda Europa y del mundo y, por otro lado, aerolíneas y aeropuertos de todo el continente se quejan de que la implementación del certificado puede generar caos en temporada alta si no se hace correctamente.

El certificado covid de vacunación es un código QR digital o en papel que se tiene que poder leer en toda Europa para dar información armonizada sobre las vacunas administradas, PCR o tests de antígenos, o para comprobar que se ha superado la enfermedad. Las diferentes autoridades estatales (ya sean hospitales, centros de tests u otros organismos) han tenido casi dos meses para prepararse técnicamente para emitirlos. Según los datos de la Comisión Europea, Chipre, Rumanía, Irlanda, Hungría, los Países Bajos y Suecia todavía no lo han puesto en funcionamiento pero están técnicamente preparados. Solo Irlanda, según el comisario de Justicia, Didier Reynders, tiene problemas para activarlo a tiempo.

El aviso de aeropuertos y aerolíneas

Pero las asociaciones que agrupan a los principales aeropuertos y aerolíneas de Europa –que también fueron uno de los principales grupo de presión que reclamaban una herramienta como el certificado– mandaron una carta a los principales líderes de la Unión Europea avisando de que no todo estaba tan preparado como debería. El grupo de aeropuertos ACI (donde está el de El Prat, el de Barajas y también el de Girona-Costa Brava) y las asociaciones de aerolíneas A4E, IATA y ERA avisan de que hay una decena "de enfoques diferentes" en los países de la Unión a la hora de gestionar la validación del certificado, cosa que puede generar colas eternas y el caos en los aeropuertos. Lo que piden es que el proceso de verificación no se haga en el aeropuerto sino que sea previo. "Los tiempos de facturación han aumentando un 500%, a doce minutos por pasajero, y la situación actual amenaza el éxito de la recuperación de los viajes aéreos este verano", dice la carta: "La verificación del certificado se tiene que hacer mucho antes de la salida y antes de que los pasajeros lleguen al aeropuerto, junto con los formularios de localización del pasajero y sin duplicar controles". El comisario Reynders "está al corriente" de estas preocupaciones, ha dicho, pero ha recordado al sector aéreo que es mucho mejor tener un solo certificado que veintisiete.

Convertir el certificado en una realidad no fue sencillo. Países como Grecia, España e Italia empezaron a presionar ya a principios de año para crear lo que se definía como un pasaporte de vacunación con el claro objetivo de salvar el verano, una temporada del año que supone una porción significativa de sus economías altamente dependientes de turismo. No parecía sostenible un verano en el que cada país de entrada o de salida pudiera exigir PCR, antígenos, vacunas u otras pruebas de superación de la enfermedad con diferentes formatos y criterios. Pero ya desde el comienzo chocaron con reticencias de países como Alemania, que encarnan la prudencia, y que tenían miedo de que las vacunas no fueran lo suficientemente eficaces contra las nuevas variantes del coronavirus que han ido apareciendo. Aún así, la Comisión Europea, convencida de la necesidad de recuperar uno de los valores tangibles más preciados de la Unión, la libre circulación, apoyó a los países del sur y presentó una propuesta de certificado que finalmente consiguió el acuerdo de gobiernos y eurodiputados en mayo, justo a tiempo para terminar todos los detalles técnicos de cara a julio.

La variante Delta reactiva las alarmas

El certificado facilita la apertura de puertas, pero no las abre automáticamente. En plena crisis sanitaria que supone una pandemia, la competencia de la gestión de las fronteras es de cada país y por mucho que Bruselas se esfuerce por coordinar medidas, los gobiernos son muy celosos de sus poderes competenciales y por supuesto de sus capacidades para mantener a raya la situación epidemiológica. Por eso la legislación del certificado digital implica el compromiso de evitar al máximo imponer restricciones adicionales a las personas que disponen del documento y sobre todo a aquellas que están vacunadas, pero existe un freno de emergencia que se puede activar para volver a restringir la movilidad en caso de que empeore la situación epidemiológica. El impacto de la variante Delta podría ser un ejemplo.

El comisario Reynders ha recordado este miércoles que para reimplementar restricciones a la movilidad hay que notificarlas a la Comisión Europea previamente y justificarlas correctamente. Por ejemplo, Alemania ha decidido imponer restricciones a los viajeros de Portugal y según la legislación del certificado que entra en vigor jueves solo sería posible si se justifica a Bruselas de manera correcta.

Para tenerlo claro, el certificado de vacunación se tiene que utilizar siempre teniendo en cuenta el mapa de colores común de la Unión Europea, que fija los criterios de cuarentena o restricciones adicionales. También es recomendable consultar siempre la página web reopen.europa.eu para saber las normas de cada país (por ejemplo, puede ser que uno acepte antígenos pero el de al lado no) y las páginas web de cada ministerio o gobierno, tanto de origen como de destino.

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