Estados Unidos

Los demócratas muestran imágenes inéditas del asalto al Capitolio

Trump incitó el asalto de forma "deliberada, planificada y premeditada", dicen los fiscales del 'impeachment'

Jamie Raskin, líder  del equipo de 'managers' demócratas que actúan de fiscales al segundo 'impeachment' de Donald Trump.
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"Donald Trump no fue un testigo inocente" y tampoco fue cosa de "un tuit que se le fue de las manos" o de un disparate de un día: el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, incitó el asalto de un turba armada sobre el Capitolio de los Estados Unidos de una forma "deliberada, planificada y premeditada". Este es el argumento principal que han defendido este miércoles los fiscales demócratas que actúan como acusación contra Donald Trump en el impeachment que arrancó el martes en el Senado , el segundo que tiene que afrontar el republicano. Como evidencias, una retahíla inacabable de tuits y vídeos en los que el presidente Trump, discurso tras discurso, y mitin tras mitin, insistía en pedir a sus seguidores: "Luchad con uñas y dientes" (Fight like hell) para "parar el robo" de las elecciones, un robo y un "fraude electoral" que nunca existió, pero que Trump empezó a denunciar ya "seis meses antes de las elecciones" del 3 de noviembre.

Además, en el segundo día de impeachment en el Senado, los demócratas presentaron también nuevas imágenes del asalto al Capitolio, entre ellas grabaciones de las cámaras de seguridad que muestran cómo el vicepresidente Mike Pence tenía que ser escoltado hacia un refugio seguro mientras los asaltante entraban en el edificio.

Para argumentar la intencionalidad de Donald Trump, pasaron también imágenes de sus discursos, no solo el que hizo el mismo 6 de enero, cuando pidió a los miles de seguidores que se manifestaban en Washington que marcharan hacia el Capitolio, o el mensaje que emitió horas después, cuando la turba ya había entrado en el Congreso, en el cual les decía "Os queremos, sois muy especiales", sino también extractos de declaraciones, mítines y discursos en los que repetía una y otra vez que le habían robado las elecciones y que los "patriotas" no podían permitir que esto pasara. "Actuó como incitador jefe en lugar de como comandante jefe", resumió el congresista demócrata, Jamie Raskin, que lidera el grupo de managers que actúan como fiscales en el impeachment.

Uno tras otro, los nueve managers fueron presentando su caso contra Trump, con tuits de su cuenta ya cerrada e imágenes de sus seguidores, que repetían de pe a pa sus consignas ya desde julio del 2020, cuando el presidente empezó a hablar de fraude "electoral" y a insistir en la idea de que "solo podía perder las elecciones si estaban amañadas o había fraude electoral", para preparar el terreno para lo que vendría. De hecho, el propio Trump fue, según otro de los fiscales, Joe Naguse, quien marcó el día 6 de enero" como el día clave para "parar el robo", dado que ese día se tenía que certificar oficialmente en el Senado la victoria de Joe Biden, y congregó a sus seguidores ese día para lanzarlos sobre el Capitolio de forma "premeditada". "Ellos realmente creyeron que hacían esto por él, que era su deber patriótico, e incluso creyeron que él los protegería", ha dicho Neguse. "Y cuando vio la violencia que había creado, él era el único que tenía el poder para frenarlo, pero no lo hizo", ha añadido.

Nuevas imágenes del asalto

Los demócratas también presentaron grabaciones inéditas hasta ahora del asalto violento al Capitolio, como imágenes de las cámaras de seguridad que muestran el asalto desde el interior o que enseñan cómo trabajadores del Capitolio se refugian corriendo en una oficina, además de llamadas emotivas de los policías del Capitolio, sobrepasados, pidiendo refuerzos. También un vídeo en el que los asaltantes gritaban “¿Dónde estás, Nancy?” [Pelosi].

Muntatge del The Guardian amb les imatges presentades al Senat en el segon dia d''impeachment' contra Donald Trump.

También han reproducido tuits y declaraciones de Trump en los que acusaba directamente a legisladores republicanos y a su propio vicepresidente, Mike Pence, hecho que los convertía en "objetivos" de sus seguidores "enfurecidos", según los fiscales. También mostraron documentos de la investigación que lleva a cabo el FBI que son devastadoramente claros: "Habrían matado a Mike Pence si hubieran tenido la oportunidad", dice la investigación, mientras que uno de los detenidos confesaba: "Buscábamos a [la demócrata] Nancy Pelosi para meterle un disparo a su maldito cerebro, pero no la encontramos".

Però durante la mayor parte de la sesión, los senadores republicanos se dedicaron a leer papeles o mirar el móvil, cualquier cosa que les permitiera no prestar ningún tipo de atención a las imágenes que los fiscales demócratas proyectaban desde la tribuna. Quedaba más que claro que, a pesar de las evidencias y los argumentos elaborados, el nuevo juicio político a Donald Trump en el Senado seguiría el mismo destino que el anterior, quizás con algún voto republicano más que entonces, pero no los suficientes como para poder evitar que se vuelva a presentar nunca más a la presidencia.

Pero al impeachment se ha sumado este mismo miércoles una investigación criminal, abierta por una fiscal del estado de Georgia que quiere averiguar si "hubo intentos de influir" en los resultados electorales. "La investigación incluye, a pesar de que no está limitada a esto, potenciales violaciones de la ley electoral de Georgia, que prohíbe solicitar fraude electoral", dice la carta que la fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, ha enviado a las autoridades estatales. A pesar de que la carta no menciona directamente a Donald Trump, fuentes de la oficina de Willis, una fiscal demócrata que hace poco que ha asumido el cargo, confirmaron a varios medios norteamericanos que el objeto principal de la investigación es la llamada que hizo Trump al secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que le pedía que le "encontrara" exactamente los 11.780 votos que le hacían falta para ganar el estado.

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