Guía para no perderse en el relevo de Biden: cómo será la elección del nuevo candidato demócrata

El partido debe decidir si 'corona' a la vicepresidenta o si hace frente a una convención abierta en caso de que haya más candidatos

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Harris y Biden durante una rueda de prensa

BarcelonaJoe Biden echó la toalla este domingo. Durante semanas ha luchado por hacer olvidar su intervención en el debate de finales de junio de la CNN, pero las encuestas y la presión de sus correligionarios y donantes han sido más fuertes que el experimentado político. Biden ha ungido a su vicepresidenta, Kamala Harris, pero la decisión de quien será el candidato demócrata para intentar derrotar a Donald Trump el 4 de noviembre no le corresponde a él. Menos de cuatro meses antes de las elecciones presidenciales, Estados Unidos se adentran en un territorio inexplorado –la última vez que un presidente se retiró de la carrera por la reelección fue Lyndon B. Johnson en 1968 en plena ola de protestas contra la Guerra de Vietnam–, marcado también por el intento de asesinato de Donald Trump y con un Partido Demócrata inmerso en un proceso complicado y políticamente volátil. ¿Qué debe ocurrir en las próximas semanas y meses? Vamos a palmos.

¿En qué punto estaban los demócratas antes del paso al lado?

Los partidos estadounidenses eligen a sus candidatos en un proceso de primarias. Las primarias demócratas ya habían terminado y Biden habría conseguido el apoyo de 3.896 delegados, más que suficiente para ser designado candidato. Pero el nombramiento formal no debía hacerse hasta la convención de que se celebrará en Chicago entre el 19 y el 22 de agosto. Los republicanos ya celebraron su convención en Milwaukee, donde Trump fue formalmente designado después del atentado. La dirección del Partido Demócrata tenía previsto nombrar a Biden virtualmente en una votación electrónica antes de la convención, pero ahora todo ha cambiado. No existe un procedimiento establecido.

Harris recibirá automáticamente el soporte que tenía Biden?

No necesariamente. Los delegados habían votado por la pareja Biden-Harris, pero hasta la reunión de Chicago tienen tiempo de decidir a quién eligen. El hecho de que Biden haya apoyado a su vicepresidenta y le haya entregado el dinero y el aparato de campaña la convierte en la favorita, pero también hay dudas de que su perfil antagónico de Trump sea el mejor para derrotarle. Algunos pesos pesados ​​dentro del partido, como el exportavoz de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, ya han apostado abiertamente por ella. El expresidente Barack Obama, en cambio, no se ha pronunciado claramente. Las próximas horas serán claves para comprobar si Kamala Harris es capaz de conseguir apoyos dentro del partido y donantes que garanticen la viabilidad de su campaña. Por el momento, en las primeras horas después del anuncio de Biden, se han recaudado casi 50 millones de dólares para la campaña.

Hasta ahora, más de 500 delegados demócratas –de un total de 4.700– han apoyado a la vicepresidenta Kamala Harris, según asegura la CNN. Una cifra que seguirá creciendo. Los 50 presidentes de los partidos estatales han dicho que apoyarán a la vicepresidenta. En un comunicado, el presidente de la Asociación de Comités Democráticos Estatales ha alabado su liderazgo en temas como "la libertad reproductiva, la prevención de la violencia armada, la lucha contra el cambio climático, la reforma de la justicia y la reconstrucción" de la economía".

Entre las otras caras visibles del partido que le han apoyado explícito se encuentran la excandidata demócrata Hillary Clinton y el expresidente estadounidense Bill Clinton, la congresista neoyorquina Alejandría Ocasio-Cortez y las senadoras Elizabeth Warren (Massachu Amy Klobuchar (Minnesota). Klobuchar se había presentado contra Biden para la nominación demócrata en 2020.

¿Qué es una convención abierta?

Si los demócratas no se ponen de acuerdo para apoyar a un solo candidato, el partido deberá realizar esta convención abierta. Hasta 1968 éste era el proceso habitual, pero fue precisamente el caos en la sucesión de Johnson lo que llevó al modelo actual, en el que la convención sirve sólo para ratificar al candidato previamente surgido de las primarias. Esto significa básicamente que los delegados podrán elegir entre distintos aspirantes y que no habrá un candidato hasta mediados de agosto, a menos de tres meses de las elecciones. Para concurrir a esta convención abierta, los aspirantes tendrán que presentar las firmas de 300 delegados (y no puede haber más de 50 del mismo estado).

¿Cómo se haría la nominación?

Para ser elegido candidato en primera votación los aspirantes deben conseguir la mayoría de los casi 4.000 delegados presentes en la convención, es decir 1.976 votos. Si esto no ocurre, se va a una segunda ronda, en la que los llamados "superdelegados", que son unos 700 miembros veteranos del partido o cargos electos, se incorporan también a la votación. Para obtener la designación serán necesarios unos 2.300 delegados. Si en segunda ronda tampoco existe un nombre con mayoría, se repiten las votaciones hasta que salga. Ante un candidato fuerte como Donald Trump, todo ello puede complicarse aún más para los demócratas.

¿Hay precedentes?

Las convenciones demócratas habían sido siempre abiertas, hasta 1968, cuando el presidente Lyndon B. Johnson (que fue elegido en 1964 después de haber sucedido al asesinato John Fitzgerald Kennedy) también decidió retirarse de la carrera a la reelección . No acaban aquí las coincidencias: esa famosa y caótica convención se celebró precisamente en Chicago, también. Y también estuvo marcada por la violencia política: el asesinato de Robert Kennedy dejó al vicepresidente de Johnson, Hubert Humphrey, como rival de Eugene McCarthy, el aspirante demócrata contrario a la Guerra de Vietnam. El proceso de sucesión causó un estallido de violencia en las calles de Chicago, llenas también de manifestantes contra la guerra. Por último, Humphrey ganó la nominación (aunque no se había presentado en las primarias), pero fue derrotado por Richard Nixon, el republicano que protagonizó el escándalo del Watergate.

¿Quién podría desafiar a Harris?

Hasta ahora, a Harris no le ha salido ningún competidor. Pero en las últimas semanas la campaña de presión para que Biden se retirara hizo emerger distintos nombres. Una de las claves de la agónica retirada de Biden fue precisamente que Harris, que era la sucesión natural, no aparecía como un nombre con opciones reales de ganar a Trump, por el papel secundario que ha tenido durante este mandato. Uno de los nombres que más ha sonado es el de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. El domingo, minutos después de que Biden anunciara su retirada en un comunicado en las redes sociales, afirmó que hará "todo lo que pueda para detener a Donald Trump", pero no ha hecho explícita su intención de concurrir a la carrera. Otros posibles candidatos ya se han alineado detrás de Harris: son el gobernador de California, Gavin Newsom, y el de Pensilvania, Josh Shapiro. Uno de los dos podría ser el número 2 de la candidatura demócrata si Harris, por último, es la escogida.

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