Kamala Harris, cada vez más afianzada entre los demócratas

Nancy Pelosi, que al principio había pedido una convención abierta, también defiende la candidatura de la vicepresidenta

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Kamala Harris durante su primera comparecencia tras la renuncia de Biden

WashingtonLa maquinaria del Partido Demócrata se ha acelerado para catapultar a la vicepresidenta Kamala Harris como la nueva candidata a las elecciones del 5 de noviembre tras la renuncia del presidente Joe Biden. Atrás ha quedado, al parecer, la falta de popularidad de la vicepresidenta, que comprueba cómo cada vez más ves –algunas, de peso dentro del partido– apuestan por ella. En las últimas horas, los delegados de Carolina del Norte, Carolina del Sur, New Hampshire y Florida ya han comprometido su voto con Harris. Incluso la antigua speaker de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi ha hecho explícito su compromiso con Harris.

Este último gesto es especialmente significativo: Pelosi, que parece ser quien ha movido los hilos para precipitar la renuncia de Biden, era una firme defensora de elegir al candidato demócrata en una convención abierta. Ahora, sin embargo, ya apuesta exclusivamente por nombrar a Harris. "Es el primer día de nuestra campaña", tumbaba esta tarde la propia Kamala Harris que ya ha anunciado que irá a Delaware para encontrarse con el equipo de campaña.

Harris, que durante buena parte del mandato ha mantenido un perfil bajo, había empezado a ponerse bajo el foco a principios de año. Cuando Biden la eligió como vicepresidenta en el 2020, Harris había abandonado la carrera de las primarias con el apoyo del 3% de los votantes del partido. Su fichaje como tándem del presidente generó muchas expectativas que nunca terminó de cumplir. Se esperaba que tuviera mejor acogida entre el sector más progresista del partido, algo que no llegó a ocurrir. Aunque ahora la comparación con su predecesor - y los nefastos pronósticos en las encuestas si Biden encabezaba la candidatura- está haciendo que la popularidad de Harris remonte, tanto dentro del partido como entre los votantes. Un síntoma de que la operación Kamala está en marcha es que su equipo ya le ha programado un evento en Indianápolis para evitar salir a ninguna foto con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, según informa el Times of Israel. Esta semana Netanyahu hablará en el Congreso estadounidense.

Pese a que Biden le ha pasado el relevo y la ha señalado como sucesora, no puede obligar a los más de 3.800 delegados que logró durante las primarias a votar por ella. Los últimos recuentos sitúan en al menos 1015 a los delegados que han confirmado que votarán por ella en la convención demócrata, que se celebrará en Chicago el 19 de agosto, ya la que asistirán los 4.000 delegados del partido. Aunque no son suficientes para alcanzar los 1.976 mínimos, sí sirven para que Harris pueda inscribirse como candidata a la nominación. Según las reglas del partido, es necesaria la firma de al menos 300 delegados para que el nombre del candidato pueda aparecer en la papeleta electoral de la convención.

El gobernador de California, Gavin Newsom; el de Pensilvania, Josh Shapiro, y la de Michigan, Gretchen Whitmer, ya han comunicado públicamente que apoyarán su candidatura. Son tres nombres que estaban en la lista de posibles sucesores de Biden y que hasta ahora podían disputarle el puesto a Harris. Aparte de Michigan, los gobernadores de otros estados clave del Midwest, como el de Minnesota, Tim Walz, y el de Wisconsin, Tony Evers, también han mostrado su apoyo a Harris.

Los líderes de los distintos sectores del Partido Demócrata también han cerrado filas en torno a Harris. La congresista Alejandría Ocasio-Cortez, que había sido de las pocas personas que habían mantenido su apoyo a Biden durante la crisis de su candidatura, ha sido una de las primeras voces en apoyar a la vicepresidenta. Poco después de que Ocasio haya defendido a Harris, el caucus progresista del partido también ha hecho un comunicado anunciando su apoyo. Jim Clybunr, conocido entre los demócratas como king maker y líder del caucus negro del partido, también ha optado por Harris.

Ahora bien, si se deja de mirar los nombres y se miran los apoyos entre los congresistas y los senadores, la fotografía del cierre de filas se desdibuja ligeramente. Según un recuento del Washington Post, de los 263 senadores y legisladores demócratas y 23 gobernadores, un total de 179 han apoyado a Harris, frente a 107 que por ahora no lo han hecho. El apoyo de ambas cámaras también puede servir de indicador para analizar la confianza que el partido tiene en Harris. El pánico demócrata en torno a Biden no sólo se había desatado por la posibilidad de perder la Casa Blanca, sino también por la perspectiva de perder la mayoría en el Senado y perder aún más asientos en la Cámara de Representantes, donde los demócratas son minoría. En caso de que Trump ganara las elecciones, mantener al menos el control de la cámara alta sería clave para que los demócratas pudieran construir una trinchera desde la que contener al republicano.

Recaudación récord

Los donantes no han tardado en hacer notar su alegría ante la retirada de Biden y la entrada de Harris. En sólo las 7 horas posteriores a que Biden le señalara como su sucesora, el Partido Demócrata logró recaudar casi 47 millones de dólares en donaciones para la campaña presidencial, según recoge la plataforma ActBlue.

Incluso uno de los PAC que estaban detrás de la republicana Nikki Haley y que ya había cambiado de bando para apoyar a Biden ahora ha salido a decir que también apoyará la candidatura de Harris, según explica el diario estadounidense NewsWeek. Haley era la candidata que tenía más tirada entre el electorado independiente (de hecho, le disputaba más votos a Biden que el propio Trump) y el expresidente la llevó a hablar en la convención republicana con la intención de conseguir algún voto de ese grupo. Durante la campaña de primarias, Haley hizo un aviso de que ahora parece que vuelve a resonar: "El primer partido que retire a su candidato de 80 años será el que gane las elecciones".

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