Automoción

Tesla quiere saber cómo te mueves y cómo utilizas la electricidad

La compañía vende menos coches en 2024 y reduce los beneficios

Un cibercamión Tesla con rótulos pro-Trump circulando en el exterior del Trump National Golf Club de Los Angeles, en Rancho Palos Verdes, California, EE.UU., 13 de septiembre de 2024.
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BarcelonaMarcas de coches históricas como Toyota, Volkswagen, Mercedes, BMW y Chrysler, entre otras muchas, han tardado un siglo en llegar a los puestos líderes del mercado. Tesla, fundada hace sólo 21 años, se ha convertido en el gran referente del sector que ahora transita hacia la electromovilidad, con fábricas en Estados Unidos, China y también Europa.

Elon Musk entró en el accionariado de Tesla en el 2008 y se convirtió en su máximo propietario y primer ejecutivo. Pero el gran fabricante de coches eléctricos va mucho más allá de sus competidores. La pregunta es "¿Tesla es una empresa manufacturera de la automoción o es en realidad una compañía tecnológica?". Bajo el paraguas de la descarbonización, Tesla ha desarrollado una tecnología para impulsar el coche autónomo y conectado. Este último aspecto genera dudas sobre el uso que puede hacer la compañía de los datos que generan sus coches. Y, con el uso de la inteligencia artificial combinada con la conducción autónoma, los temores crecen y surge la pregunta de si algunos vehículos podrían teledirigirse y qué uso se podría hacer, por ejemplo, de la pickup Cybertruck, de la que ya se ha testado la resistencia a las balas.

Pero la movilidad es sólo una parte. El dominio de la red de cargadores y la fabricación de baterías dan a la empresa de Elon Musk un control que va más allá de la movilidad. La empresa anunció el año pasado que abriría la red de cargadores a los competidores (ahora sólo pueden utilizarla los coches Tesla). Pero esto todavía no ha pasado y lo New York Times apunta a que Musk podría dudar, ya que abrir su red a terceros podría impulsar las ventas de otros fabricantes de coches eléctricos. Y mientras los demás fabricantes tienen en sus estaciones de carga un cuello de botella que frena su crecimiento, Tesla ha superado de largo este problema con la red propia. Y además de alimentar a los coches, las baterías de Tesla también tienen un importante mercado en las instalaciones de autoconsumo. Así, Elon Musk también gana presencia en los hogares de estos clientes.

Un mal año

Hasta 2024 el crecimiento de Tesla parecía imparable, pero han llegado los problemas. La valoración en la bolsa de la compañía cayó casi un 40% en el primer trimestre. Las ventas de coches, por primera vez desde 2020, fueron en descenso y descendieron un 4%. Los resultados no fueron los esperados y registraron una bajada del 55% respecto al mismo trimestre del año anterior. Los analistas de Deutsche Bank ponían en duda el liderazgo de Musk en la compañía, ya que le consideraban distraído con sus otros negocios. La respuesta del primer ejecutivo fue el anuncio del despido del 10% de la plantilla.

Y en el segundo trimestre la cosa no mejoró. El beneficio de Tesla se desplomó un 45%: ganó 1.478 millones de dólares (1.357 millones de euros) entre abril y junio, frente a los 2.703 millones de dólares del mismo trimestre de 2023. Los ingresos de la compañía van mejorar un 2%, hasta los 25.500 millones de dólares, pero gracias al impulso de la división de generación y almacenamiento de energía, debido a que la facturación por venta de coches cayó un 7%. Las ventas de vehículos también fueron a la baja, con 443.956 unidades, un 4,8% menos.

Musk atribuye estos descensos en las cuentas al aumento de los costes operativos ya la inversión en inteligencia artificial. Pero para encarar el nuevo curso la compañía rebajó el precio de sus coches, ya partir de septiembre las ventas remontaron, así como la acción, que rozó los 262 dólares, prácticamente en máximos de los últimos 12 meses. Pero, de repente, en octubre se desplomó por debajo de los 220 dólares el título. La causa es necesario buscarla en la decepción de su robotaxi (taxi de conducción autónoma), el Cybercab, que no ha gustado en los mercados.

Musk, que durante meses alimentó las expectativas calificando al Cybercab de vehículo revolucionario destinado a transformar para siempre el mundo del transporte ya catapultar la valoración bursátil de Tesla, no convenció con un evento que el propio Elon Musk tachó de "fiesta". Algunos analistas, como Colin Langan, de Wells Fargo, criticaron que la demostración que organizó Tesla en los estudios Warner Bros, en Los Ángeles, con 50 vehículos autónomos, entre ellos varias unidades del Cybercab, fue algo más que un montaje. Otros, como el analista Toni Sacconaghi, de Bernstein, consideraron que la presentación había sido "decepcionante" y vacía de detalles.

Para remontar la situación, Musk ya ha movido ficha. Ha nombrado a Omead Afshar supervisor de la estrategia de fabricación y ventas para Europa y Norteamérica de la automovilística. Afshar ha sido hasta ahora uno de los hombres de confianza del magnate sudafricano dentro del fabricante de vehículos eléctricos, según la información de Bloomberg y The Wall Street Journal.

El posicionamiento político de Musk tampoco ayuda. Las ventas de Tesla en California cayeron este verano por primera vez en su historia. Según apunta el portal Automotive News, las ventas descendieron un 12% entre enero y junio de 2024, pero el descenso ha sido especialmente sensible en el condado de Santa Clara (Silicon Valley), donde las ventas de la marca van caer un 21% a lo largo del mes de julio. Medios de Estados Unidos lo atribuyen al hecho que los clientes potenciales de esta región más progresista están dando la espalda a Musk por su apoyo a Donald Trump.

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