El adiós de Scholz deja a Sánchez como el principal superviviente socialista de la UE
Los socialdemócratas tienen menos poder que nunca en el Consejo Europeo, en la Comisión Europea y en el Parlamento Europeo
BruselasLos partidos socialdemócratas han sido, junto con los democratacristianos, los creadores de la Unión Europea que conocemos hoy en día. Durante muchas décadas han estado en el hueso del poder europeo y las instituciones comunitarias, y han sido determinantes en todas las decisiones que se han tomado en el continente. y espacios de decisión en Bruselas. el adiós del canciller alemán Olaf Scholz, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se quedará como el único superviviente socialista que dirigirá una de las grandes economías de la UE.
Más allá de Alemania, Francia o Italia; el panorama para los socialdemócratas tampoco es demasiado halagador. El histórico Partido Socialista Europeo (PSE) sólo gobierna con mayoría absoluta en Malta, y lidera al ejecutivo en Eslovenia y Rumanía. Hasta hace poco también se podía sumar el ejecutivo liderado por el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, pero su deriva autoritaria y su acercamiento al régimen de Vladimir Putin ha provocado la ruptura entre los socialdemócratas europeos y la fuerza populista eslovaca.
En el Parlamento Europeo, pese a que el PSE se mantiene como la segunda fuerza, también ha perdido influencia. Por primera vez en la historia de la Eurocámara, los socialistas no son necesarios para que se tramite una iniciativa acordada con los conservadores, y el Partido Popular Europeo (PPE) suma ya mayoría simple con las formaciones de extrema derecha, que en los comicios del Parlamento Europeo del pasado junio sacaron sus mejores resultados en unas elecciones europeas. De hecho, los acuerdos parlamentarios entre los populares y la extrema derecha ya se han bautizado con el nombre de Coalición Venezuela, porque la primera vez que el PPE rompió el cordón sanitario y aprobó una resolución con los partidos de Giorgia Meloni, Viktor Orbán, Marine Le Pen y la AfD fue para defender a la oposición venezolana a principios de esta legislatura.
La situación es similar en la institución que ostenta más poder de la UE, la Comisión Europea. Nunca había habido un ejecutivo comunitario con tan pocas voces progresistas: los comisarios socialistas pueden contar con los dedos de una mano y la extrema derecha ostenta por primera vez una vicepresidencia. De hecho, en la Comisión Europea, el mayor contrapeso contra Ursula von der Leyen y el global de un ejecutivo muy derechizado también llega de la Moncloa: la exvicepresidenta española Teresa Ribera, que es la segunda mujer más poderosa de Bruselas y está al frente de carteras con tanto peso en la UE como Competitividad y Trans. Sin embargo, altas fuentes comunitarias admiten que su influencia por nadar constantemente a contracorriente es limitada, porque se encuentra en minoría absoluta y se ve obligada a ceder en gran parte de las iniciativas y políticas que impulsa el ejecutivo de Von der Leyen.
Las consecuencias de la derechización de la UE
La composición del Consejo de la Unión Europea —que es la institución que representa a los estados miembros—, la Comisión Europea y la Eurocámara ya empieza a notarse en las políticas que despliega el bloque comunitario, especialmente en materia migratoria. Bruselas y la gran mayoría de socios europeos han abrazado con gran entusiasmo el plan Meloni para crear campos de migrantes fuera de la UE para deportar a inmigrantes y para acelerar de manera general el retorno de recién llegados que viven en territorio comunitario de forma irregular, aunque sea en países donde investigaciones periodísticas han demostrado inmigrantes.
Ha ocurrido lo mismo con la lucha contra el cambio climático. Pese a que hasta hace pocos años sólo la extrema derecha pedía detener la agenda verde de la UE, cada vez son más los dirigentes y estados que presionan para ponerle freno o desguazarla. En este sentido, Von der Leyen, que había sido una de las principales impulsoras en su primera legislatura al frente de la Comisión Europea, está ahora proponiendo varios cambios normativos para flexibilizar o aplazar la entrada en vigor de muchas normativas ecologistas, como es la reducción de emisiones de los vehículos de combustión y, entre otras, a las exigencias.
Tanto en cuanto a inmigración como medio ambiente, Sánchez y Ribera se han quedado en más de una ocasión solo remando a contracorriente en el Consejo Europeo y la Comisión Europea, respectivamente. El gobierno español ha sido uno de los pocos líderes que se ha negado a apoyar el plan Meloni para deportar a inmigrantes, ya que incluso el ejecutivo socialdemócrata danés está completamente a favor, y el español es también el Estado miembro que insiste más en la voluntad de seguir avanzando en la transición verde y no abandonarla en pro del gran rear.