El apoyo de Orbán a Putin da alas a la reforma de la UE que quieren Scholz y Macron
La unanimidad necesaria entre los Veintisiete para sacar adelante algunas iniciativas permite a los euroescépticos entorpecer el funcionamiento del bloque europeo
BruselasHungría es la decimoséptima economía de la Unión Europea y el decimotercer país con más habitantes del bloque europeo. En circunstancias normales, por tanto, no sería un país especialmente influyente entre los Veintisiete y ni su primer ministro, Viktor Orbán, se convertiría cada dos por tres en el protagonista de los encuentros entre los jefes de estado y de gobierno de los estados miembros. El funcionamiento del blog, sin embargo, le otorga el poder de atascar la Unión Europea y hacer tropezar, por ejemplo y como se ha visto este viernes, las ayudas que el resto de socios europeos encuentran urgente entregar a Ucrania, sobre todo en un momento en que los apoyos occidentales en Kiiv comienzan a flaquear.
Así pues, ¿ ¿cómo puede que Orbán solo pueda poner en jaque a la Unión Europea y, de este modo, dar alas al régimen de Vladimir Putin? En algunos ámbitos, como los de ampliación (adhesión de Ucrania) o presupuestarias (ayudas a Kiiv), se requiere el visto bueno unánime de todos los estados miembros para que se pueda salir adelante. Y, por tanto, en estas grandes decisiones europeas, el líder húngaro se ve capaz de pedir grandes contrapartidas a cambio de su sí, como el desbloqueo de lluvias de millones por parte de la Comisión Europea.
Aunque Bruselas niega que haya ningún tipo de vinculación, Orbán cobra muy caro cada voto positivo por este tipo de iniciativas. Por ejemplo, este miércoles, en la víspera del Consejo Europeo en el que los Veintisiete acordaron iniciar las negociaciones de adhesión de Ucrania, la Comisión Europea desbloqueó 10.200 millones de euros de los fondos europeos destinados a Hungría que estaban bloqueados por falta de independencia judicial.
Por sorpresa, a la hora de la votación el dirigente húngaro abandonó la sala y, de facto, permitió que se decidiera por unanimidad empezar el diálogo con Kiiv para entrar en la UE. Ahora bien, para dejar de vetar los 50.000 millones de ayudas extras que la UE quiere destinar a Ucrania durante los próximos cuatro años ahora pide que Bruselas le desbloquee el resto de fondos congelados por no cumplir con los estándares comunitarios en materia de estado de derecho.
En este contexto, y más si la UE prevé aumentar la familia, Francia y Alemania, junto con otros países, hace tiempo que piden a la Comisión Europea impulsar una gran reforma estructural. Entre otros, apuestan por acabar con la unanimidad en algunos ámbitos y permitir que la gran parte de las iniciativas legislativas puedan salir adelante por mayoría cualificada. ¿El objetivo? Evitar que un solo país, como está haciendo Hungría, ha hecho Polonia en el pasado y puede hacer Eslovaquia con el nuevo gobierno en el futuro, pueda atascar el funcionamiento de toda la UE.
La unanimidad, el talón de Aquiles de la UE
El requisito de la unanimidad es en estos momentos uno de los puntos débiles del bloque europeo. El caso húngaro puede repetirse en otros estados miembros y la creación de un nuevo gobierno euroescéptico, pro-ruso o de extrema hace saltar las alarmas en la Unión Europea, que teme a otro Orbán encallando iniciativas que cuentan con un gran apoyo entre los Veintisiete. Ocurrió con el ejecutivo italiano de la ultraderechista de Giorgia Meloni; el nuevo primer ministro eslovaco, Robert Fico, cercano a Orbán, o con el potencial gobierno neerlandés liderado por el xenófobo Geert Wilders, partidario del llamado Nexit.
También, por supuesto, la UE celebra cambios de gobierno en países que durante años han sido euroescépticos y que vuelven hacia el europeísmo, como ha ocurrido en Polonia. El expresidente del Consejo Europeo y nuevo primer ministro polaco, el conservador Donald Tusk, ha sido recibido este viernes en Bruselas con todos los honores y la presidenta de la Comisión Europea, la también conservadora Ursula von der Leyen, ya ha avanzado que con los planes del nuevo gobierno polaco no tardará mucho en desbloquear los fondos congelados que corresponderían a Polonia. "Hemos vuelto a Europa", ha insistido Tusk desde la capital europea.
Incluso, el presidente español, Pedro Sánchez, pese a ser de la familia socialdemócrata, ha recibido a Tusk en la cumbre europea de esta semana en Bruselas con abrazos. Y en la rueda de prensa del Consejo Europeo de este viernes le ha erigido en uno de los grandes defensores del cordón sanitario contra la extrema derecha y ha emplazado al resto de la derecha tradicional a seguir su ejemplo. "Tal y como decía Tusk: «El problema de aliarse con la extrema derecha es que acabas pensando como ellos», ha dicho Sánchez.
Sin embargo, también hay países, especialmente los más pequeños, que temen que el fin de la unanimidad en algunos ámbitos les haga perder poder en beneficio de los Estados miembros más grandes, como Alemania o Francia, que tienen influencia y capacidad para crear mayorías en favor de sus intereses.
En todo caso, el circo de Orbán durante el Consejo Europeo de esta semana ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de una gran reforma de la UE y, después de que Von der Leyen haya evitado abrir esta caja de Pandora , se prevé que sea uno de los principales retos del próximo mandato europeo.