Batalla final en Mariupol: "el corazón de la guerra", según Zelenski

Ucrania se prepara para la intensificación de la ofensiva rusa contra el Donbás

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Residentes de la ciudad de Mariúpol cargan con sus pertenencias por las calles destruidas

LondresMariupol, probablemente la ciudad más duramente asediada por las tropas rusas y donde hace días que se combate en las calles del centro de la localidad, continúa siendo el dique de contención contra los invasores en el sur de Ucrania. Esta resistencia es la que, de momento, ha impedido establecer a los rusos un corredor entre los territorios conquistados en las provincias orientales del Donbás y la península de Crimea, anexionada ilegalmente en 2014. La importancia de la ciudad es clave. Y así lo recordaba, este lunes, el presidente Volodímir Zelenski en una entrevista con la agencia Associated Press. "Mariúpol es el corazón de la guerra", ha dicho el mandatario. "Está latiendo. Estamos luchando. Somos fuertes. Y si deja de latir, estaremos en una posición más débil". El presidente, que continúa pidiendo más apoyo armamentístico de Occidente para hacer frente a la decisiva ofensiva rusa contra el Donbás, también denunciaba la situación de la ciudad, y apuntaba, a partir de informaciones de la alcaldía, que más de 10.000 personas pueden haber perdido la vida como resultado de la guerra, que lleva ya casi cincuenta días.

Y es que, según todas las agencias de inteligencia occidental y las mismas afirmaciones de portavoces calificados del Kremlin, la invasión está a punto de entrar en una nueva fase, con el Donbás como mayor premio. Las fuerzas rusas se están reagrupando para lanzar un asalto final, que Moscú ha confiado, después de un reordenamiento de los responsables de las operaciones en enero, a Aleksandr Dvórnikov, de 60 años, conocido con el apodo de El Carnicero de Siria, por la brutalidad exhibida en la ciudad de Alepo, martirizada, también, por el ejército ruso.

Mientras tanto, varios informes ya empiezan a apuntar que el ejército ruso ha utilizado armas químicas contra la población civil de Mariupol, que habría presentado varios problemas respiratorios propios de estos tipos de ataques.

Inminencia del ataque

Oleksandr Motuzianik, ministro de Defensa ucraniano, ha asegurado que las fuerzas de su país están preparadas para hacerle frente. "No podemos predecir exactamente cuándo empezará [la ofensiva], pero tenemos información de fuentes occidentales según las cuales el ejército [ruso] prácticamente ha terminado los preparativos de la operación", ha dicho en la habitual conferencia de prensa diaria, que ofrece a través de la Ukraine Media Center.

Por otro lado, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha venido a reafirmar la inminencia del ataque en una entrevista en la televisión rusa. Según la agencia Ria Novosti, Lavrov ha asegurado que no habrá alto el fuego antes de la próxima ronda de conversacions y, en una ampliación de los objetivos iniciales expuestos por Vladímir Putin el 24 de febrero, al anunciar la invasión, también ha asegurado: "Nuestra operación militar especial está diseñada para poner fin a la expansión temeraria y el curso imprudente hacia el dominio completo de Estados Unidos y otros países occidentales en el ámbito internacional", en declaraciones al canal Rossiya 24.

Hasta ahora, los objetivos confesados eran la "desnazificación y desmilitarización" de Ucrania. Sean unos u otros, Mariupol está en el centro y "las dos o tres semanas próximas" serán fundamentales, como también ha dicho hoy el alto representante de la diplomacia y seguridad europea, Josep Borrell, antes de la reunión, este mediodía, en Luxemburgo, de los ministros de Exteriores de los Veintisiete. Borrell ha pedido "más armas" para Ucrania, y que se suministren más rápidamente –"Es cuestión de días"–, una petición que el jefe de la diplomacia rusa ha asegurado que marca un "giro de 180 grados muy grave" de la política de la Unión.

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