Relevo en Downing St.

Boris Johnson se despide con dos escándalos sexuales más

Dos mujeres acusan de abusos a figuras destacadas del gobierno mientras Downing Street ignoraba las alegaciones

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Protesta contra Johnson miércoles ante Downing Street.

LondresA setenta y dos horas de que se conozca, el lunes a mediodía, quienes sustituirá a Boris Johnson en Downing Street, un nuevo escándalo salpica sus últimos momentos como primer ministro. En este caso, no por fiestas durante los diferentes periodos del confinamiento, sino por hacer la vista gorda ante alegaciones de abusos sexuales, lo mismo que aceleró su caída a principios de julio, poniendo fin a una agonía que se alargaba desde que estalló el Partygate.

El diario The Guardian y Sky News revelan este viernes que dos destacadas figuras del Gobierno Johnson –un ministro del gobierno y uno de los asesores más relevantes de la sala de máquinas de Downing Street– continuaron en sus funciones a pesar de las denuncias que pesaban en su contra. Una de las mujeres asegura que sufrió un asalto sexual y la otra que fue manoseada. Los dos presuntos implicados ocupan, de acuerdo con la información de estos medios, cargos del actual ejecutivo.

En declaraciones al podcast de Sky News The open secret, una antigua auxiliar parlamentaria del partido conservador ha dicho: "Fui agredida sexualmente por alguien que ahora es ministro del gobierno. Tenia 20 años y no sabía cómo afrontarlo. Estaba borrachísima. Seguía dándome más vino y yo ya iba muy borracha. Después de un rato, dije: «¿Oye, te importa si me voy a la cama?» Así que me fui. Pero evidentemente no me dejó sola. Entonces me desperté al día siguiente por la mañana y me di cuenta de qué había pasado".

La víctima, que prefiere mantener el anonimato, denunció la situación a sus compañeros y al diputado para el cual trabajaba en el momento de los hechos, que la animaron a denunciarlo a la policía. Pero después de las primeras entrevistas con la policía, optó por no continuar y no presentó ninguna queja formal al Partido Conservador. "Tenía demasiado miedo de poner en marcha este proceso y arriesgarme a que se descontrolara".

Un portavoz del Partido Conservador ha comentado en relación con los hechos: "Tenemos un código de conducta establecido y un procedimiento de quejas donde la gente puede denunciarlas con confianza. Nos tomamos seriamente cualquier queja. Si se plantea una denuncia de delito criminal, siempre aconsejamos a la persona que se ponga en contacto con la policía".

La segunda acusación es de otra mujer que, presuntamente, fue manoseada por un ayudante principal de Downing Street antes de que él fuera nombrado para un trabajo de primer nivel. La supuesta víctima, empleada de la oficina del gobierno, presentó varias quejas sobre el nombramiento del hombre, pero el implicado se quedó en el cargo. El relato que hace es el siguiente: "Cuando escuché rumores de que encontraría trabajo en Downing Street planteé qué había pasado a una serie de personas. No pasó nada. Así que me quejé formalmente en la oficina del gobierno (Cabinet Office). Sentí la responsabilidad de hacerlo, en parte porque la oficina donde trabajará está llena de mujeres y pensé que lo volvería a hacer". También ha asegurado que, al conocer la denuncia, el jefe del hombre la desestimó, alegando que el acusado era "guapo y tenía un montón de mujeres que se le echaban encima".

La reacción del gobierno ha sido de manual: "Nos tomamos las denuncias de mala conducta muy seriamente y hay procedimientos sólidos para plantear preocupaciones. Todos los nombramientos ministeriales también siguen los procesos establecidos”. En cuanto a la segunda alegación, ha dicho: "Todos los futuros empleados del gobierno están sujetos a los controles y verificaciones necesarias. No hacemos comentarios sobre personas concretas”.

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