¿Puede Boris Johnson dejar Downing Street esta misma noche?
¿Cuáles son las opciones del 'premier' y qué dicen la historia y los números a estas alturas?
LondresEntre las 20.15 h y las 20.30 h, hora local de Londres de este lunes, Boris Johnson conocerá la opinión de los diputados de su partido en relación a su liderazgo. Los conservadores, como todo el Reino Unido, se han despertado hoy sabiendo que al menos 54 miembros del grupo parlamentario (el 15%) no confían más en sus capacidades, número mínimo requerido para desatar el proceso que puede acabar con un liderazgo que hace menos de tres años obtuvo una mayoría de 80 diputados sobre el laborismo de Jeremy Corbyn. La votación es secreta y, por lo tanto, aunque se declare públicamente el apoyo al primer ministro, hasta el momento en que se conozca el resultado Johnson no podrá estar seguro que se ha salvado.
¿Cuántos votos hacen falta para acabar con Johnson?
El número es muy alto: 180, la mitad más uno de los actuales diputados conservadores. Teniendo en cuenta que entre 150 y 160 están en nómina del gobierno, entre ministros, secretarios de estado y secretarios parlamentarios de los cargos más relevantes del gobierno, la cantidad de diputados que solo se deben a los intereses de sus electores es alrededor de 200. Esta mañana, Johnson ha escrito a sus señorías –firmando cada una de las cartas de puño y letra– argumentando por qué es el hombre adecuado para continuar en Downing Street. Y esta tarde se reunirá con el grupo conservador para continuar la campaña a su favor un par de horas antes de que se abra la votación.
¿Cuál es el resultado más probable?
A estas alturas, los pronósticos parecen favorables a Johnson, pero a medida que las horas han ido pasando desde el anuncio de la moción, una sensación de incertidumbre ha ido creciendo sobre la importancia de la revuelta. Una primera prueba ha sido la dimisión a media mañana de John Penrose, conocido como el zar anticorrupción del gobierno, que ha anunciado que además votaría contra el premier. Sus razones son "los fracasos de liderazgo y juicio" que el informe de la funcionaria Sue Gray en relación con el Partygate habían puesto de manifiesto sobre la actuación del jefe de gobierno y la respuesta que la semana pasada Johnson dio a las objeciones de Penrose al respecto, asegurando que no se había producido ninguna infracción del código ministerial. Penrose cree que sí y por eso considera que la dimisión de Johnson es inevitable.
Otro dato muy relevante que tener en cuenta es que, de momento, y desde que se ha sabido que habría moción de confianza, solo 89 diputados –incluidos el 22 ministros y secretarios de estado del gobierno– han expresado su apoyo público al premier. Cuando en diciembre del 2018 se supo que se sometería a una moción de confianza la gestión de Theresa May, a primera hora de la tarde le habían apoyado en público 158 diputados.
¿Importa la diferencia de votos en caso de victoria?
Obviamente, sí. El ministro para las oportunidades del Brexit, Jacob Rees-Mogg, ha dicho este mediodía a la BBC que aunque gane por un voto de diferencia, Johnson tendrá todo el derecho a seguir delante del ejecutivo. El derecho, quizás sí, pero la legitimidad política no y, además, su autoridad ante el partido y la sociedad habrá quedado muy tocada. Mucho más de lo que ya lo está. Con todo, si no se logran los 180 votos contra Johnson y los rebeldes suman, por ejemplo, solo 179, el premier intentará bunquerizarse en Downing Street. Si acabara dejando el puesto, solo sería porque los miembros del gobierno lo forzarán a dimitir.
¿Cuál sería un buen resultado para Johnson?
Para responder a esta pregunta hay que echar un vistazo a la historia reciente del país.
Más de 121 votos en contra supondría un resultado peor que el de John Major cuando en 1995 decidió dimitir como líder del partido para intentar frenar los golpes al que lo sometían continuamente los euroescépticos. Se presentó a las primarias del partido y salió elegido, pero dos años después perdía las elecciones generales ante Tony Blair.
Si Johnson recoge 133 votos en contra o más será un resultado peor que el de la moción de confianza de Theresa May en diciembre de 2018. Seis meses después, sin embargo, May dimitía. La gran diferencia entre aquella situación y la de Johnson es que la entonces primera ministra gobernaba en minoría y con el apoyo de los unionistas norirlandeses. La mayoría de Johnson es muy holgada, de unos ochenta diputados.
Un mínimo de 147 votos en contra de Johnson sería un registro todavía peor que el de Margaret Thatcher ante Michael Heseltine. En aquella ocasión, aunque formalmente ganó, Thatcher acabó dimitiendo al cabo de un par de días. Los números son importantes pero la relevancia política de la magnitud de la victoria también.
Si gana Johnson, ¿qué pasa?
En teoría, todo continúa igual y, además, el premier podría salir beneficiado, pero siempre en función de los números, claro. Un buen resultado para Johnson sería que los rebeldes no superaran los 121, votos y un muy buen resultado que no se acercaran a los 100. Pero si la victoria es por la mínima –pongamos entre 10 y 20 votos–, y el 23 de junio el Partido Conservador obtiene dos catastróficas derrotas en las dos elecciones parciales previstas, las dudas sobre su liderazgo continuarán. Entonces, aunque las reglas del Comité 1922, el órgano del partido que vela por el proceso de relevo de líder, indican que no podrá haber una nueva cuestión de confianza hasta un año después de la última, el mismo comité podría cambiar las reglas para hacerla posible. Es lo que pasó en el caso de Theresa May. Ante la imposibilidad de sacar adelante el Brexit, Graham Brady, el presidente del Comité 1922, se entrevistó con la primera ministra y le puso encima de la mesa las dos únicas opciones que tenía: o dimitía, o cambiaban las reglas para poder convocar otra votación. May prefirió la dimisión a la humillación.
¿Puede marchar Johnson esta noche de Downing Street?
Si pierde por 180 votos o más, su suerte estará decidida y no habrá marcha atrás. Que marche o no esta noche de Downing Street, y del piso que ocupa en el número 11 con su mujer, Carrie Johnson, y los dos hijos que tienen, solo será dictado por su orgullo. Las opciones serían dos: o bien continúa como primer ministro en funciones hasta que el Partido Conservador escoja a otro –un proceso que se puede alargar 8 semanas– o bien dimite inmediatamente y queda en funciones quien en la práctica es el número 2 del gobierno, Dominic Raab, ministro de Justicia.