Los conservadores británicos, en caída libre, se hunden aún más en las elecciones locales
El primer ministro, Rishi Sunak, toma una dura derrota pero logra controlar cualquier intento de golpe contra su liderazgo
LondresLos conservadores británicos siguen en caída libre en su camino de salida de Downing Street después de 14 años de gobierno. Este viernes por la tarde ha empezado a emerger una uniforme tendencia a la baja con los resultados, todavía provisionales, de las elecciones celebradas el jueves en Inglaterra, tanto para los consejos municipales como en algunas alcaldías simbólicamente claves: entre otros, Londres, Manchester, Liverpool o Birmingham-West Midlands.
Los datos que ya se conocen confirman lo que las encuestas apuntan sistemáticamente desde hace más de un año: que el primer ministro, Rishi Sunak, se encuentra en graves dificultades para revalidar su cargo en las elecciones generales, que tendrán lugar, muy probablemente, después del verano. En una proyección nacional de los resultados hecha por la BBC, la diferencia de voto trasladado a las legislativas entre laboristas y conservadores es de nueve puntos: más que suficiente para que el líder del centroizquierda, Keir Starmer, logre la mayoría absoluta. Esto supondría el triunfo del laborismo en Downing Street por primera vez desde mayo del 2010.
Sin embargo, tanto los pesos pesados del partido como el premier todavía intentan agarrarse a alguna oportuna mesa de salvación, como es la victoria en la región municipal de Tees Valley, en el noreste del país. Pero que el alcalde Ben Houchen haya revalidado por tercera vez su mandato dice más de su gran popularidad y de cómo ha escondido durante la campaña la marca tory que de las esperanzas que este resultado concreto hace vislumbrar a Sunak. No es por casualidad que en ninguno de los carteles de propaganda de Houchen aparecía en ninguna parte el logo de los conservadores y se ponía el énfasis en la promesa a los electores de vuelos a Málaga y Tenerife desde el aeropuerto de la zona, una especificidad muy en clave local.
A última hora de este viernes, la exasperante lentitud del recuento de papeletas continúa, y se alargará aún hasta el sábado, cuando se sabrán los simbólicos resultados de las ya citadas ciudades de Londres, Manchester, Liverpool y Birmingham-West Midlans, donde los conservadores esperan conseguir también un segundo motivo para confiar en el milagro de continuar en el poder en Westminster.
Primera sacudida
El primer indicio de lo que algunos comentaristas conservadores calificaron de "catastrófica jornada" para Sunak tuvo lugar durante la madrugada del viernes, cuando se declaró el resultado de la única elección parcial en la Cámara de los Comunes por el distrito de Blackpool South , en el noroeste de Inglaterra, que se ha celebrado coincidiendo con los comicios municipales.
Los tories han perdido un 32% del porcentaje de voto en relación con las elecciones de 2019, cuando la circunscripción, una de las pertenecientes al llamado muro rojo, cayó en manos de Boris Johnson. La oscilación de los sufragios entre ambos partidos ha sido del 26%, la tercera mayor que se ha producido en una elección parcial desde la Segunda Guerra Mundial. Y se trata de la sexta elección parcial en este último año que supera el 20% de variación de voto de los conservadores hacia los laboristas, en un patrón electoral que debe preocupar enormemente a la bancada del gobierno. Con estos datos y los que se han ido sabiendo a lo largo de hoy, Starmer ha recordado a Sunak que "es el momento de convocar elecciones generales".
Otro dato muy significativo es que el Reform Party –antes el Brexit Party de Nigel Farage– ha quedado en tercera posición en el distrito, pero sólo a 117 votos de los conservadores.
Y pese al voluntarismo de Sunak y los conservadores, y algunas buenas noticias que podrían llegar el sábado, nada hace pensar en la remontada para las generales. La alcaldía de las East Midlands, de nueva creación, ha sido para la causa laborista. Y, aún más significativo, también las de York y North Yorkshire, zona que incluye la circunscripción por la que es diputado el primer ministro. En otras palabras, con la tendencia actual, ni Sunak ni algunos de sus ministros tendrían garantizada su reelección.
No todo son flores y violas para la izquierda
No todo han sido flores y violas para la izquierda, sin embargo. Porque Starmer ha perdido el control del consejo municipal de Oldham, en el Gran Manchester, zona con un gran número de población musulmana. La derrota, de hecho, ha sido provocada por el triunfo de un grupo de independientes que se ha presentado en una plataforma de apoyo a Gaza, como protesta por la tibieza laborista contra los más de siete meses de guerra devastadora de Israel contra la Franja.
Los resultados, en todo caso, deben tomarse con alguna precaución. Por ejemplo, la participación, muy baja, que ha rozado o que ha superado de muy poco el 30%, un dato impensable en unas generales, si bien no se ha superado el 70% desde 1997, cuando ganó Tony Blair.
A falta del recuento total, y salvo una sorpresa, lo que es seguro es que, de momento, Rishi Sunak ha salvado la cabeza. Los rumores de golpe contra el líder si los resultados eran muy malos se han diluido a medida que se ha revelado que la magnitud de la tragedia ha sido la prevista y que un nuevo regicidio haría aún más daño a un partido que ya ha cometido tres en siete años: contra Theresa May, Boris Johnson y Liz Truss. Muy catastrófico debería ser el resultado de Birmingham-West Midlands para que hubiera una revuelta. Y en estos momentos, también parece descartado que haya elecciones a finales de junio.