Europa

Dimite el canciller austríaco tras el fracaso de las negociaciones para formar gobierno

El nuevo escenario favorece a la extrema derecha del Partido de la Libertad, que podría acabar gobernando el país

El canciller de Austria, Karl Nehammer.
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BarcelonaEl canciller austríaco, Karl Nehammer, ha anunciado este sábado que dimitirá en los próximos días, después de que las conversaciones entre los dos partidos de centro más importantes de Austria para formar un gobierno de coalición sin la extrema derecha hayan fracasado. El anuncio llega después de que este viernes el tercer partido que formaba parte de las negociaciones, el liberal NEOS, se retirara de las conversaciones, culpando a las demás formaciones de no haber tenido suficiente ambición de país.

"Renunciaré como canciller y como líder del Partido Popular (ÖVP) en los próximos días y permitiré una transición ordenada", ha anunciado Nehammer a través de un comunicado en formato vídeo a X, una vez fracasado el último intento de negociación con los socialdemócratas (SPÖ) este sábado. Los dos grandes partidos históricos sumaban a un diputado por encima de la mayoría absoluta, con la que teóricamente habrían podido formar un gobierno, aunque con una estabilidad precaria. Pero, a ojos de buena cantidad de analistas, los profundos desacuerdos entre conservadores y socialdemócratas, que en el pasado habían gobernado Austria en varias legislaturas, han acabado debilitando a ambas formaciones.

Este intento de tripartito se puso en marcha después de que el Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, ganara las elecciones parlamentarias en septiembre con el 29% de los votos. El objetivo era evitar que gobernara. El presidente austríaco Alexander Van der Bellen, antiguo líder de Els Verds, encargó a Nehammer que formara gobierno. Ahora, con la renuncia de Nehammer, se abren dos escenarios: que se encargue al Partido de la Libertad la formación de un nuevo gobierno o que se convoquen elecciones anticipadas. Unas nuevas elecciones favorecerían aún más al Partido de la Libertad, que los sondeos del mes de diciembre sitúan en torno al 35-37% de los votos, diez puntos por encima del Partido Popular y del Partido Socialdemócrata.

El principal punto de desacuerdo entre populares y socialdemócratas ha sido el presupuesto de este país centroeuropeo, que está inmerso en una crisis económica y al mismo tiempo está obligado a imponer estrictas medidas de austeridad para cumplir con las demandas de estabilidad financiera de la UE. En este sentido, las demandas expansivas e impositivas del SPÖ han chocado con la voluntad de austeridad del ÖVP.

El presidente de la República, Van der Bellen, que durante la campaña electoral se había comprometido a no encargar el gobierno a Herbert Kickl, el candidato del Partido de la Libertad, pudo escudarse en que la extrema derecha no tenía el apoyo del resto de partidos para formar gobierno, y que sola no sumaba. Pero ahora ya no tiene esa opción. Por tanto, tal y como señala a este diario el analista Adam Casals, el escenario más plausible son unas nuevas elecciones.

El fracaso de las negociaciones también coincide con las especulaciones de la prensa sensacionalista austríaca, que elucubra que podría volver Sebastian Kurz, el que en su día fue el canciller federal más joven de la historia de Austria y propició un gobierno de coalición con el FPÖ. Según explica Casals, si se produjera un relevo en el liderazgo del ÖVP, con Kurz al frente, sería más plausible imaginar a un ejecutivo encabezado por la extrema derecha del Partido de la Libertad que recibiera el apoyo del conservador Partido Popular como socio minoritario. "Kurz tuvo que dimitir después de una serie de escándalos relacionados con la manipulación de encuestas y la financiación de determinados medios de comunicación", recuerda este experto en relaciones internacionales.

Pocas semanas antes de las elecciones federales en Alemania, esto supondría una "jarra de agua fría" para partidos como el SPD o la CDU alemanas, que quieren evitar sea cual sea que un escenario similar se produzca en su país . Además sería una muestra de la influencia que ideólogos de extrema derecha como Elon Musk –vinculado con Sebastian Kurz a través de Peter Thiel, y que ha manifestado abiertamente su apoyo a Alternativa para Alemania– ejercen en la primera línea política europea .

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