Italia

La izquierda italiana se la juega en el último bastión rojo del país

Los resultados en Emilia-Romaña serán un buen termómetro electoral para ver si una gran coalición de izquierdas puede batir al gobierno conservador de Meloni

Carpa de campaña, instalada para Forza Italia en Bolonia, con banderas y pancartas
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RomaMás de tres millones y medio de electores están llamados a las urnas este domingo y lunes para elegir al nuevo presidente de la región de Emilia-Romaña, en el centro de Italia, tras la dimisión de Stefano Bonaccini –que estuvo una década al frente de la administración regional– después de ser elegido eurodiputado por el progresista Partido Democrático. También se vota en la región de Umbría, donde la actual gobernadora de centroderecha aspira a la reelección. Sin embargo, es en Emilia-Romaña donde están puestas todas las miradas, el último bastión rojo de Italia, donde la izquierda gobierna desde hace 50 años.

Los socialdemócratas aspiran a mantener el poder con la candidatura de Michele de Pascale, de 39 años, a quien todas las encuestas dan como favorito ante la candidata conservadora, Elena Ugolini, que encabeza una lista cívica con el apoyo de la coalición de centroderecha formada por Hermanos de Italia, la Liga y Fuerza Italia. Los sondeos son tan demoledores que la primera ministra, Giorgia Meloni, optó la semana pasada por cancelar su participación en el cierre de campaña en Bolonia. Aunque la victoria se da casi por supuesto, la incógnita es saber si los progresistas conseguirán movilizar a su electorado o si la abstención volverá a ser la protagonista.

A pesar de salir con ventaja, De Pascale se ha pasado en los últimos meses recorriendo la región de punta a punta para infundir un mensaje de discontinuidad con el pasado. Los ánimos no están, en cualquier caso, para celebraciones. En los últimos meses, Emilia-Romaña ha tenido que hacer frente a las consecuencias de dos devastadoras inundaciones debido a lluvias torrenciales –una en mayo del 2023 y otra en octubre del 2024–, en la destrucción de cientos de casas, empresas, campos de cultivo... y en los retrasos para recibir las ayudas prometidas.

“Las inundaciones de los últimos meses han añadido rabia a un contexto social ya de por sí difícil después de la pandemia”, reconoció De Pascale. El candidato progresista, alcalde de Ravenna desde 2016 y presidente de la provincia, uno de los territorios afectados por estas catástrofes, ha atacado duramente al gobierno de Meloni, al que acusa de haber abandonado la región y sus habitantes. Por su parte, la candidata conservadora, Elena Ugolini, denuncia que la responsabilidad última del desastre es de la administración de izquierdas anterior.

Termómetro electoral

De Pascale es la gran apuesta de la líder del PD Elly Schlein, que espera que un buen resultado en las urnas dé el empuje necesario al llamado “campo amplio”, el experimento progresista con el que los socialdemócratas aspiran a unir su formación con el Movimiento Cinco Estrellas y otros partidos de izquierdas para hacer frente a la coalición de centroderecha que gobierna el país desde hace dos años. Los resultados serán un buen termómetro electoral de cara a las próximas citas electorales.

Emilia-Romaña, donde el centroizquierda gobierna desde 1970, es la región italiana con menos paro y la segunda más rica del país después de la Lombardía. Sin embargo, esto no ha evitado que la derecha haya avanzado en los últimos años. De hecho, en las elecciones celebradas en el 2020, la Liga de Matteo Salvini fue su segundo partido con más del 40% de los votos.

Los ánimos están caldeados. Una semana antes de que se abrieran las urnas, una manifestación autorizada del partido neofascista Casa Pound frente a la estación de Bolonia, escenario del atentado terrorista más mortífero de la historia de Italia, y otra protesta organizada por grupos antifascistas acabó en una batalla campal con varios policías heridos.

Los altercados provocaron la indignación del alcalde, el progresista Matteo Lepore, que acusó al gobierno central de haber enviado a Bolonia “300 camisas negras” –como llaman a Italia los fascistas– en lugar de enviarlo existen los fondos prometidos para la reconstrucción después de las inundaciones. Una acusación a la que la primera ministra respondió solidarizándose con las fuerzas del orden y acusando a la izquierda de victimismo.

Meloni canceló la visita a Bolonia, prevista para el día siguiente, y se ha dejado ver poco por la región durante la campaña electoral. Sí lo hizo, en cambio, en Umbría, donde cerró la campaña con los líderes de los partidos que forman la coalición de derechas, Matteo Salvini y Antonio Tajani. En esta pequeña región en la que están llamados a las urnas unos 700.000 electores, los conservadores tienen más posibilidades de conseguir la reelección de Elena Tesei. La actual presidenta se enfrenta a Stefania Proietti, alcaldesa de la ciudad de Asís y presidenta de la provincia de Perugia, apoyada por el PD, el Movimiento Cinco Estrellas y el partido del ex primer ministro Matteo Renzi, Italia Viva .

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