Rusia lanza una nueva ola de ataques sobre Ucrania

Zelenski confirma por primera vez que la fuerza aérea ucraniana ha utilizado a los F-16 occidentales para defenderse de la agresión rusa

ARA
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Restos del ataque ruso de esta mañana en Zaporijia

BarcelonaRusia ha vuelto a lanzar la madrugada de este martes una nueva ola de misiles y drones sobre territorio ucraniano. Al menos dos personas han muerto y otras cinco han resultado heridas en un bombardeo en un hotel en Kriví Rih, en el centro del país. Otras dos personas murieron en la ciudad de Zaporíjia, donde el ataque dejó también a cuatro heridos. Y aún una más en una de las localidades atacadas. Las fuerzas aéreas ucranianas aseguraron que Rusia lanzó 10 misiles, de los que cinco pudieron ser interceptados, y 81 drones, de los que 60 fueron abatidos por las defensas antiaéreas y también por la participación de los F-16 cedidos por Occidente. Es la primera vez que Kiiv ha confirmado que los ha utilizado en respuesta a la agresión rusa.

La nueva ola ha llegado cuando Ucrania aún no se había recuperado de la del lunes, una de las más graves de los últimos meses, con dos pares de cientos de drones y misiles lanzados contra 15 regiones del país, que dejaron siete muertos e impactó sobre todo en la infraestructura eléctrica. Como ocurrió en otoño, Moscú prepara la llegada del invierno ucraniano menguando la red local. El ministerio de Defensa ruso confirmó que éste era el objetivo, y alegó que la infraestructura energética sirve al "complejo de producción militar" ucraniano.

Mientras los servicios de emergencia del país aún atendían los distintos escenarios de los impactos rusos, en una conferencia que Volodímir Zelenski ha mantenido este martes con la prensa internacional en Kiiv, con motivo del Día de la Independencia de Ucrania, que se celebró el pasado sábado, el presidente aseguró que presentará en septiembre a los candidatos republicano y demócrata en la Casa Blanca –Donald Trump y Kamala Harris– un plan sobre cómo pretende poner fin a la guerra con Rusia. Sin que haya explicitado los puntos clave, ha dicho que el plan incluirá pasos en los frentes diplomático y económico. Fue durante el encuentro que confirmó la participación de los aviones de combate.

Zelenski ha insinuado también que lo sorprendente ataque relámpago de las últimas tres semanas sobre la región rusa de Kursk forma parte de una estrategia para conseguir que Moscú inicie conversaciones de paz. Unas conversaciones a las que Moscú no tiene intención de comparecer. Sobre la ofensiva en concreto, el máximo comandante militar de Kiiv ha asegurado este martes que las tropas ucranianas controlan ya 1.294 kilómetros cuadrados de territorio y unos 100 asentamientos, un área mayor que la que Rusia ha conquistado de terreno ucraniano a lo largo de año. Si bien el avance se ha ralentizado, desde que empezaron las operaciones Kiiv ha realizado 594 prisioneros.

Un conflicto más allá del continente

A raíz de los ataques del lunes y el martes, Zelenski volvió a pedir a los aliados occidentales que permitan utilizar el armamento que le facilitan directamente contra territorio ruso. Una petición que ha tenido respuesta desde Moscú este mediodía.

En un encuentro con periodistas del que informa la agencia Reuters, el ministro de Exteriores de Vladimir Putin, Sergei Lavrov, ha dicho desde Moscú que las demandas de Ucrania para que Occidente le permita atacar a Rusia con armas occidentales son peligrosas . "Occidente –ha dicho en un tono nada diplomático– está buscando problemas, juega con fuego. [...] Los estadounidenses asocian inequívocamente la Tercera Guerra Mundial con algo que, Dios no lo quiera, si ocurre, afectaría exclusivamente a Europa ". Pero Rusia, ha añadido Lavrov, "está clarificando su política nuclear".

Quien también ha vuelto a ser claro sobre el carácter de la ayuda a Zelenski ha sido Londres. El primer ministro Keir Starmer ha afirmado esta mañana, en la conferencia de prensa que ha realizado después de un discurso sobre política interior, que "la posición del Reino Unido no ha cambiado". En otros términos, que Kiiv no puede utilizar armas de largo alcance para atacar objetivos muy adentro de territorio ruso.

Zelenski querría poder lanzar los misiles de crucero Storm Shadow / Scalp, de fabricación anglofrancesa, contra las bases rusas cercanas a la frontera desde las que Moscú machaca su ciudadanía y sus infraestructuras, como en las dos noches anteriores. La reticencia occidental, que no todos los aliados de Ucrania comparten, proviene del miedo a la escalada. Un miedo a que las palabras de Lavrov atienden.

Los ataques ordenados por el Kremlin llegan en plena incursión ucraniana sobre la región rusa de Kursk, que ha levantado la moral ucraniana después de más de un año de estancamiento de los frentes. Con la incursión en Kursk, Ucrania pretendía obligar al Kremlin a desviar tropas del frente de Donetsk, donde el ejército ruso avanza hacia la ciudad de Pokrovsk, que ha empezado a ser evacuada. Pero el embate ruso en las regiones del este de Ucrania no se ha frenado, y no está claro si Rusia será capaz de rentabilizar a su favor el movimiento.

Algunas fuentes rusas han apuntado a un intento ucraniano de ampliar la ofensiva en la región fronteriza de Bélgorod, escenario anterior de acciones de rusos pro Kiiv durante la pasada primavera. El gobernador de la región aseguró a Telegram que los ucranianos están intentando avanzar desde la frontera, pero que "la situación está bajo control".

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