Sunak, a las puertas de Downing Street después de la renuncia de Boris Johnson
El exministro de Economía puede ser designado primer ministro este lunes
LondresBoris Johnson no competirá para volver a Downing Street y, de momento, las pasadas 48 horas, en las que parecía posible lo imposible, se quedan en nada. El ex primer ministro ha llegado a la conclusión este domingo al atardecer de que aunque ganara la votación popular no cuenta hoy por hoy con el apoyo mayoritario del partido para volver al número 10.
En un comunicado, ha asegurado que cree que está "en una posición única para conseguir una victoria de los conservadores en 2024" y que esta noche podría confirmar que ha superado "el elevado obstáculo de las 102 nominaciones". Pero dice que ha llegado a la conclusión de que "no se puede gobernar con eficacia si no se tiene un partido unido en el Parlamento".
Y es que su figura es, a estas alturas, muy tóxica, y un buen grupo de diputados habían anunciado que abandonarían la disciplina de los tories si Johnson conseguía volver a Downing Street. El carismático y polémico ex premier acaba admitiendo también que, a pesar de que cree que tiene " mucho que ofrecer", "este no es el momento adecuado" para intentar un nuevo asalto al gobierno. Johnson, sin embargo, no deja de recordar que si hubiera decidido forzar una votación de las bases tendría "muy buenas posibilidades de éxito en las primarias con los miembros del Partido Conservador, y que efectivamente podría volver a Downing Street el viernes".
Sunak, a un paso de ser primer ministro
No queda claro si Johnson se retira por las razones que expone o simplemente porque no ha obtenido los cien avales, la versión que han defendido sus detractores dentro del partido durante todo el fin de semana. Rishi Sunak, que fue su ministro de Economía, cuenta, a estas alturas, con unos 150 avales y ya está a las puertas de Downing Street. El otro candidato en la carrera por el liderazgo, Penny Mordaunt, todavía no tiene ni 25. Si este lunes a las dos del mediodía, hora de Londres, no ha llegado al centenar, Sunak, el hombre del establishment y de los mercados, el derrotado por la dimisionaria Liz Truss, el mismo que predijo la catástrofe de la política económica de la premier, será coronado nuevo primer ministro del Reino Unido.
El comunicado de Johnson se ha hecho público a las nueve del anochecer, hora de Londres, justo al mismo tiempo que el Daily Telegraph publicaba un artículo de Nadim Zahawi, exministro de Economía y de Educación, a favor de Johnson. Todo ello da idea de la volatilidad de la situación y del esperpento generado. A la vez, de la personalidad del ex premier, que no ha tenido escrúpulos a la hora de comprometer a sus aliados a pesar de que, desde el primer momento, sabía que los obstáculos para volver a Downing Street eran muy y muy difíciles de superar.
Escisiones 'tories'
Los problemas a los que hará frente el nuevo premier, con toda probabilidad Sunak, son enormes. Tanto de gestión del país como de gestión interna del propio Partido Conservador, escindido en al menos tres grandes grupos. Uno de estos, de extrema derecha, quiere llevar a cabo políticas que chocan con la realidad económica del Reino Unido.
El apoyo que Sunak ha recibido este domingo de Suella Braverman, la exministra del Interior de Liz Truss, que dimitió el pasado miércoles, o de Steve Baker, secretario de Estado para Irlanda del Norte, voces muy potentes en este sector, encorsetará mucho su margen de maniobra. Los dos, y por extensión los entre 60 y 70 diputados que se arriman a su alrededor, quieren deshacerse del Protocolo Norirlandés del Brexit, pieza clave del tratado de divorcio con la Unión Europea. Pero romperlo unilateralmente supondría la guerra comercial con la Unión Europea, lo último que necesita ahora el Reino Unido. Además, el ministro del Tesoro, Jeremy Hunt, quiere aflojar las normas en materia de inmigración por el ahogo del mercado laboral, estrangulado desde el Brexit y la pandemia, y esta es una línea roja para los brexiters más extremistas, como Braverman. El Reino Unido ya tiene, prácticamente, un nuevo premier, pero todavía no ha conseguido la estabilidad post-Brexit.