La UE tiene cada vez más relaciones comerciales con regímenes autoritarios y dictatoriales
Un informe del BCE alerta del peligro que supone incrementar los tratos comerciales con estados como China
BruselasUno de los valores fundacionales del proyecto europeo es contribuir a la democratización de países terceros a través de las relaciones comerciales. Es decir, aprovechar la atracción del mercado de la Unión Europea para forzar a economías extranjeras a mejorar en términos de democracia interna a cambio de abrir las fronteras comerciales del bloque europeo. Ahora bien, la realidad de las alianzas de la potencia europea cada vez se aleja más de lo que se propone sobre el papel y, en los últimos 25 años, la UE ha incrementado relaciones comerciales con regímenes autocráticos y dictatoriales, según apunta un informe del propio Banco Central Europeo (BCE).
Aunque no es el único factor, el organismo financiero constata que en gran parte se debe al incremento de las importaciones de China. La Unión Europea lleva años debatiéndose sobre qué tipo de relación debe tener con Pekín, también por cuestiones de seguridad y geopolíticas, pero no se acaba de decidir y las transacciones entre ambas potencias van creciendo de forma sustancial. Por ejemplo, de 2014 a 2024, las exportaciones del gigante asiático al club comunitario han crecido un 101% y ahora ya superan los 500.000 millones de euros anuales.
Más allá de China, el informe del BCE apunta a que existe una tendencia general dentro de la UE de incrementar las transacciones comerciales con todo tipo de estados autocráticos y dictatoriales. La institución financiera asegura que no se debe a una reducción de los índices democráticos actuales, ya que han mejorado de forma global, pero que sí ha contribuido al deterioro de las democracias de algunos de los socios más estrechos de la UE, y el estudio pone de ejemplo a Turquía.
Por el contrario, el organismo financiero apunta que entre 1985 y 1999 la tendencia sobre los índices democráticos de las relaciones comerciales que tenía la UE era positiva en gran parte gracias a la democratización general de América Latina, de Europa del Este o de algunos países de Asia Oriental. Además, el estudio sugiere que tanto Bruselas como los estados miembros cada vez se miran menos a la hora de cerrar acuerdos comerciales con países autocráticos o dictatoriales.
La nota histórica más alta de la UE en términos de relaciones comerciales con países democráticos fue en 1999 y el BCE le pone un 0,59 sobre 1. Desde entonces, esta nota, que valora lo democráticos que son la media de países con los que la UE tiene relaciones, no ha dejado de bajar hasta el inicio de la invasión. En 2022 alcanzó la cifra más baja, un 0,41, y en 2023 se incrementó ya ligeramente, aunque el informe no lo concreta.
Las sanciones de la Unión Europea contra Rusia han sido claves. En más de tres años de guerra, el bloque europeo ha aprobado ya 18 paquetes de restricciones contra Moscú y, entre otros, ha reducido sustancialmente la importación de combustibles fósiles de origen ruso. En este sentido, los autores del estudio, Claudia Marchini y Alexander Popov, constatan que la UE tiene la capacidad para mejorar la nota en materia de relaciones comerciales con países democráticos y lo achacan directamente a las sanciones comerciales del club europeo en Rusia.
Más condicionantes
A raíz de la invasión rusa contra Ucrania, la mentalidad de la Unión Europea en materia de relaciones comerciales ha cambiado por completo. Tal y como alerta el informe del BCE, es consciente del peligro que supone este tipo de alianzas según con qué países y sobre todo si existen dependencias, como era en el caso de Rusia y todavía lo es con China. "Claro que estas relaciones debilitan nuestras economías", apunta al ARA el investigador del think tank europeo Bruegel, Niclas Poitiers.
El experto también señala en una conversación con el ARA que Bruselas ya ha impulsado durante los últimos años diversas medidas que pretenden incrementar la autonomía del bloque europeo y diversificar a los aliados para dejar de estar a merced de regímenes como el ruso o el chino. En la misma línea, Poitiers recuerda que históricamente ha habido el consenso general –y ahora parece que vuelve a ganar fuerza– que es necesario poner condicionantes en los acuerdos comerciales, tanto por una cuestión de derechos humanos como por incrementar la seguridad en las cadenas de valor.
El investigador de Bruegel considera que los condicionantes en los acuerdos comerciales –es decir, obligar a aplicar medidas democráticas a cambio de poder exportar a la UE– son una buena forma de contribuir a democratizar países terceros y, a la vez, impulsar sus economías. De esta forma, Poitiers apunta que se puede evitar "reforzar" regímenes autocráticos o autoridades sin obligarlos a mejorar en términos democráticos y, además, "sacar a mucha gente de la pobreza".