La falta de oxígeno ahoga a decenas de sistemas sanitarios

La pandemia agrava los déficits estructurales de suministro y sitúa a 19 países a un paso del colapso

Mar Bermúdez i Jiménez
4 min
Una mujer enferma de coronavirus  espera ser atendida en un hospital del India.

BarcelonaDiecinueve países de todo del mundo, incluidos la India, Argentina, Irán, Nepal, las Filipinas, Malasia, Pakistán, Costa Rica, Ecuador y Suráfrica, corren el riesgo de ver cómo su sistema sanitario se hunde después de registrar un incremento enorme de la demanda de oxígeno, de un mínimo del 20% desde el mes de marzo, y la imposibilidad de satisfacerla. Mientras tanto, menos del 20% de sus poblaciones están vacunadas. El oxígeno es una de las herramientas básicas de apoyo a los enfermos más graves de covid y desde el estallido de la pandemia la demanda global se ha disparado exponencialmente.

Otros estados de Asia como por ejemplo Laos podrían estar también a punto de llegar al límite. El mismo hecho tiene lugar en el continente africano: Nigeria, Etiopía, Malawi y Zimbabue tienen sistemas de administración de oxígeno mucho más primarios que los de las sociedades occidentales. En estos casos, un pequeño aumento de la demanda podría generar problemas graves. Son las conclusiones a las que ha llegado una investigación del Bureau of Investigative Journalism, que se ha nutrido de datos aportados por la coalición Every Breath Counts, de la ONG Path y de Clinton Health Access Initiative.

Muchos de los estados mencionados ya experimentaban escasez de oxígeno antes del estallido de la pandemia. Y con la actual necesidad adicional, los sistemas de salud no podrán soportar mucho más tiempo tanta presión. Los expertos creen que la situación se debía de haber previsto teniendo en cuenta la experiencia de Brasil y Perú, que llegaron al límite hace meses. Brasil, en concreto, a finales de enero.

Pero quizás el caso más llamativo por dramático ha sido el de la India. Los hospitales informan de déficits importantes de oxígeno desde que el país lucha contra la segunda oleada de la pandemia, especialmente grave desde mediados de marzo y hasta mediados de este mes de mayo. A pesar de que los datos de contagios mejoran poco a poco, se calcula que la India requería 15,5 millones de metros cúbicos adicionales al día, solo para atender a los pacientes de covid-19. El volumen es catorce veces más de lo que necesitaba al principio de marzo, cuando todavía no se habían disparado de forma exponencial unos contagios que, en el pico, han llegado a superar los 400.000 diarios.

Para intentar paliar la crisis, la India ha prohibido las exportaciones de oxígeno líquido. Pero el impacto de la medida es equivalente a la caída de fichas de dominó. Los países vecinos (Pakistán, Nepal, Bangladesh, Sri Lanka y Birmania) dependen de la producción del gigante de la zona. "Si estos países empiezan a experimentar picos [de contagios] del mismo nivel que la India, la situación puede ser todavía peor. Porque necesitarán todo el suministro posible", ha declarado Zachary Katz, vicepresidenta de medicamentos esenciales de  Clinton Health Access Initiative. Y, hoy por hoy, la India no ha levantado la prohibición de las exportaciones.

Los datos también muestran que el Nepal necesita ahora más de cien veces el volumen de oxígeno que en el mes de marzo. La demanda en Sri Lanka se ha multiplicado por siete desde las mismas fechas. En Pakistán, que sufre ahora la tercera oleada, casi un 60% más de pacientes que durante el verano pasado requieren suministro de oxígeno, según fuentes gubernamentales, que advirtieron a finales de abril de que la presión estaba llegando a niveles peligrosos.

Un mercado muy valioso

La comunidad internacional ha exigido a las empresas que producen oxígeno líquido que desvíen los productos de sus clientes industriales hacia los hospitales. El uso médico representa solo el 1% de la producción mundial. Los hospitales también pueden obtener el gas de fábricas que extraen el oxígeno del aire y de máquinas portátiles de concentración. Sin embargo, los datos de Gasworld Business Intelligence, consultoría que analiza el mercado mundial de gases industriales, muestran que muchos de los países más necesitados seguirían teniendo escasez de oxígeno para los hospitales aunque se dedicara toda la producción local a ellos.

En Irak, por ejemplo, las compañías de gas pueden producir alrededor de 64.000 metros cúbicos de oxígeno líquido al día, un tercio de la cantidad que requieren los pacientes de covid-19 del país. En Colombia la industria solo proporciona 450.000 metros cúbicos al día, menos de dos terceras partes del que hace falta. En Perú, las empresas de gas solo cubren el 80% de la demanda si se desvía todo el oxígeno a la sanidad. La Organización Mundial de la Salud, Unicef, el Banco Mundial y organizaciones de ayuda humanitaria han enviado centenares de miles de concentradores de oxígeno al Sudeste Asiático para ayudar a cubrir las necesidades crecientes.

El Banco Mundial ha advertido, sin embargo, de que muchos países no han solicitado los préstamos de emergencia disponibles para mejorar los sistemas de suministro. El año pasado, la institución puso a disposición de los países 160.000 millones de dólares para prepararse para hacer frente al covid-19 y este mes ha añadido 12.000 millones más, un dinero que también se podrían utilizar para importar oxígeno y reforzar la producción.

Organizaciones como Unitaid y Wellcome han dado 20 millones de dólares en financiación de emergencia para los países con bajos ingresos. El Fondo Global por la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria también ha suministrado 3.700 millones de dólares en subvenciones para utilizarlos en los programas de respuesta contra el covid-19, incluidos la compra de concentradores de oxígeno y la construcción de plantas públicas de producción del gas. La pandemia ha espoleado una industria que, de acuerdo con analistas del mercado, en 2020 se valoraba globalmente en 40.000 millones de euros y que se espera que llegue a los 65.500 millones a finales de 2026.

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