Norteamérica

Iglesias quemadas en Canadá como respuesta por los niños indígenas muertos

Trudeau pide al Papa que se disculpe por las atrocidades cometidas en los antiguos internados para aborígenes

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Un grupo de mujeres al campo donde la semana pasada se encontraron 751 tumbas sin identificar, en los terrenos del antiguo internado católico para indígenas de Marieval, en el Canadá

BarcelonaCuatro iglesias católicas quemaron la semana pasada en la provincia canadiense de la Columbia Británica. La policía está convencida de que los fuegos han sido provocados y, a pesar de que la investigación todavía está abierta, se da por hecho que los incendios están relacionados con los recientes hallazgos de centenares de cuerpos y tumbas sin identificar que corresponderían a alumnos de las antiguas escuelas para niños indígenas, gestionadas por comunidades religiosas (mayoritariamente católicas) y en las cuales el maltrato a los niños estaba a la orden del día.

Los dos primeros fuegos se declararon el lunes de la semana pasada de madrugada, coincidiendo con la celebración en Canadá del Día Nacional de los Pueblos Aborígenes. Con poco rato de diferencia, la iglesia del Sagrado Corazón, situada en las afueras del pueblo de Penticton, y la de San Gregorio, cerca de la localidad de Oliver, se encendieron y quedaron destruidas. Los dos templos, separados el uno del otro por una cuarentena de kilómetros, estaban hechos mayoritariamente de madera y habían sido construidos hace más de cien años. Los dos se encontraban en territorio de dos reservas indias y a menos de 200 kilómetros de la ciudad de Kamloops, donde a finales de mayo se había localizado una fosa común con restos de 215 niños en los terrenos de un antiguo internado para indígenas que fue gestionado por la Iglesia católica de 1890 a 1969.

Tres días después de estos dos incendios, la comunidad indígena de Cowessess anunció un nuevo hallazgo, en este caso de 751 tumbas, en el entorno de la antigua escuela de Marieval, en la provincia de Saskatchewan, que también había estado en manos de la Iglesia, hasta 1997. Esto fue el jueves, y el sábado de madrugada se declararon los otros dos incendios, que afectaron a la iglesia de Santa Ana, en Hedley, y la de Chopaka: nuevamente dos iglesias de madera, separadas por unos 40 kilómetros y situadas dentro de reservas indias, en la misma zona que las primeras. Los edificios quedaron completamente destruidos.

"La investigación de los fuegos anteriores y de estos dos nuevos fuegos está en marcha, sin arrestos ni cargos", dijo el sábado el sargento de la Policía Montada Jason Bayda. Por su parte, Keith Crow, jefe de la reserva india de Lower Similkameen (donde estaba uno de los templos afectados), aseguró que estaba "enfadado". "No veo que de esto pueda salir nada positivo", dijo a la cadena CBC.

Peticióm al Papa

El descubrimiento, con pocas semanas de diferencia, de casi mil víctimas de la red de internados para indígenas, creada por el gobierno canadiense y que no se clausuró del todo hasta 1998, ha hecho resurgir uno de los episodios más oscuros de la historia del país. Hasta 150.000 niños indígenas fueron enviados a la fuerza a alguno de los 139 centros de esta red, que tenían la función de asimilarlos y de forzarlos a abandonar su lengua y su cultura. Un informe de 2015 concluyó que estas escuelas habían practicado un "genocidio cultural" y señaló que muchos de sus alumnos habían sufrido todo tipo de abusos físicos y sexuales, maltrato emocional, torturas, violaciones y trabajos forzados. También se documentaron 4.100 muertos (por enfermedades como la tuberculosis o la gripe, pero también por incendios, ahogamientos y suicidios), a pesar de que las víctimas encontradas durante el último mes eran desconocidas hasta ahora y, por lo tanto, no forman parte de este cómputo.

La Asamblea de las Primeras Naciones (que agrupa a las comunidades indígenas canadienses) cree que todavía hay muchas más tumbas no identificadas por descubrir y ha pedido al primer ministro, Justin Trudeau, que se abra una investigación para buscar a todas las víctimas todavía desconocidas. La semana pasada Trudeau explicó que había hablado con el papa Francisco y le había expresado "lo importante que sería no solo que pidiera perdón, sino que pidiera perdón a los indígenas canadienses desde territorio canadiense". Según el primer ministro, la cúpula de la Iglesia "está implicada muy activamente" en valorar "qué pasos se pueden dar". El gobierno canadiense ya pidió perdón a los pueblos indígenas en 2008 por los daños que les causó la red de internados.

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