Europa

Los metales raros: el arma con el que China podría apretar a la Unión Europea

Europa intenta ahora romper la dependencia respecto a unos materiales imprescindibles para la transición energética y las nuevas tecnologías

Minas de cobalto en la República Democrática del Congo.
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BarcelonaIgual que Rusia usa la llave del gas para presionar a los gobiernos europeos, China también podría en algún momento poner Europa contra las cuerdas con la amenaza de dejarla sin unas materias primas indispensables: los "metales raros" que se utilizan para hacer baterías de móvil (o de coche eléctrico), placas solares y molinos de viento. El gigante asiático tiene el monopolio de al menos 20 de las 30 "materias primas críticas" listadas por Bruselas por su importancia estratégica y por el riesgo de falta de suministro. Y es el principal proveedor de la Unión Europea para al menos 10 de ellas, sobre todo las llamadas tierras raras (REE, por sus siglas en inglés) que se usan para todos estos usos.

El 98% de las tierras raras de la UE vienen de China. Pero también el 93% del magnesio o el 69% del tungsteno, que se usan para hacer turbinas, conductos de rayos X o incluso munición. A su vez, Pekín controla también la mayor parte de la producción de cobalto en las minas de la República Democrática del Congo. Son minerales imprescindibles para la transición energética y para las tecnologías de la comunicación, entre otros sectores, y China tiene la sartén por el mango. Su control en el mercado de estas materias le ha permitido hasta ahora imponer sus precios y así convertir en inviables algunas minas que se habían abierto en otros países. Y es que la minería de estos metales raros, sobre todo si se quiere hacer sin impacto medioambiental, es muy costosa.

En el subsuelo europeo hay metales raros, pero hasta ahora ha salido siempre más a cuenta comprar en China. La nueva directiva, sin embargo, apuesta por abrir minas en territorio europeo, diversificar los importadores –ofreciendo ayuda a algunos países africanos que tendrían que acabar con prácticas de explotación infantil y contaminación– y también impulsar el reciclaje de estos materiales, que se extraerían de aparatos electrónicos.

Los países con porcentajes más altos de suministro a la UE de "primeres materias críticas", según el último informe de la UE.

El monopolio chino se ha construido, además, a un alto coste ambiental y energético, debido a los procesos de extracción implicados en este tipo de minería. Los metales y las tierras “raras” tienen propiedades extraordinarias, con campos magnéticos capaces de producir mucha energía, pero su presencia es escasa: para obtener un kilo de lutecio, por ejemplo, hay que depurar 200 toneladas de roca. Este proceso de extracción y refinamiento requiere grandes cantidades de agua y unos productos químicos muy tóxicos que, sin medidas de control estrictos, acaban contaminando los ríos cercanos.

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