Netanyahu y Hamás se refuerzan con el conflicto de Gaza
El primer ministro israelí gana opciones de conservar un cargo que estaba a punto de perder
BarcelonaTanto Israel como Hamás han aprovechado las primeras horas de tregua para proclamarse vencedores del conflicto que, durante los once días anteriores, dejó como mínimo 248 muertos en Gaza y 12 en Israel. "Hamás ya no se puede esconder más. La ofensiva ha sido un gran éxito para Israel", ha dicho este viernes el primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, que se ha vantado de haber "eliminado a más de 200 terroristas, incluidos 25 comandantes" de Hamás y de la Yihad Islámica. Por su parte, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, ha hablado de "victoria" y ha añadido que "lo que vendrá después de esta batalla no será lo que había antes". "Veréis muchos contactos [diplomáticos] y éxitos. Hemos visto cómo nuestra nación se despertaba para apoyar a Jerusalén, a Palestina y a la resistencia", ha asegurado desde Doha, donde vive.
Pero, en realidad, ¿quién ha ganado más, con este enfrentamiento? "No ha ganado nadie", responde Lurdes Vidal, directora del área de mundo árabe y mediterráneo del IEMed. "Los palestinos ven una victoria simplemente porque han sobrevivido, pero Gaza está destruida y ha habido más de 200 muertos. E Israel lo presenta como una misión cumplida porque han desmantelado la capacidad operativa de Hamás (o eso dicen), pero la situación de violencia sigue tanto en Jerusalén como en las ciudades israelíes donde viven judíos y palestinos", explica. En opinión de Antoni Segura, presidente del Cidob, el conflicto "ha sido un lose-lose", y señala todavía otro elemento negativo para el lado israelí: "Ha empeorado la imagen que el país proyecta a nivel internacional, que nunca ha sido excesivamente buena, y ha perdido la oportunidad de demostrar con hechos que es el único estado democrático del Próximo Oriente, tal como afirma a menudo el gobierno israelí". En este sentido, señala el bombardeo del edificio de Gaza donde estaba la redacción de medios como Al-Jazira o la agencia Associated Press, que considera que "tiene muy difícil justificación" y que "en los Estados Unidos no ha caído mucho bien".
Ahora bien, aunque a nivel colectivo nadie se pueda considerar vencedor, sí hay como mínimo dos actores que pueden haber sacado provecho de la escalada de violencia. Por un lado, Benjamin Netanyahu podría salir reforzado en un momento en el que parecía a punto de perder el liderazgo político de Israel. El primer ministro en funciones fue incapaz de formar un gobierno después de las cuartas elecciones generales en dos años en el país, y el encargo pasó entonces al jefe de la oposición, el moderado Yair Lapid. Esto pasaba el 5 de mayo, cinco días antes del estallido del conflicto en Gaza, que dinamitó los intentos de Lapid para formar una coalición alternativa que incluyera desde los ultraortodoxos judíos hasta partidos árabes. En este contexto, Netanyahu "ha jugado sus cartas" y ha "conseguido volver a ponerse en el tablero de juego y visibilizarse como un líder fuerte", dice Vidal, que cree que "es fácil que acabe ganando y borre todas las sombras del juicio que tenía encima".
"Netanyahu tenía una situación difícil y ha buscado salvarse mostrándose como un actor relevante", reflexiona Òscar Monterde, investigador del Centro de Estudios Históricos Internacionales de la UB y experto en la cuestión palestina. Según Segura, el mandatario "pretendía, como efecto colateral, unir a la sociedad israelí entorno a su figura", y la crisis "actual ha roto el frente anti-Netanyahu que se había creado incluso con partidos que estaban más a la derecha que él". El enfrentamiento con Hamás, dice el presidente del Cidob, "le habrá facilitado obtener una mayoría que no tenía".
El liderazgo de Palestina
El otro ganador es Hamás, que "se puede poner la medalla de haber resistido y haber hecho sentir miedo", según Vidal. "Para ellos esto es una manera de ganar, porque los hace tener más legitimidad interna en Gaza, pero también en Cisjordania", añade. "Hay un movimiento civil que hace tiempo que se mueve entre la población palestina, y tanto Fatah [el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas] como Hamás intentan ponerse al frente", explica Monterde. Vidal indica que la Autoridad Nacional Palestina, liderada por Abbas, "querría volver al antiguo camino de la negociación, pero el pueblo quiere una nueva vía". "Hamás podría capitalizar este movimiento, pero no controla a la gente de Jerusalén ni de Cisjordania. Por eso empezaron a lanzar cohetes, porque querían apropiarse de los réditos de una protesta que estalló al margen de los liderazgos tradicionales", concluye.
El futuro del alto el fuego
La otra gran duda que genera el alto el fuego sin condiciones, vigente desde este viernes de madrugada, es si el acuerdo será suficiente para perdurar en el tiempo. "Los altos el fuego [entre Israel y Hamás] nunca han sido sólidos", avisa Monterde, que recuerda que el ejército hebreo atacó a Gaza en 2008, 2012, 2014 y 2018. Segura opina que esta tregua puede ser duradera, pero no porque el pacto sea especialmente consistente, sino porque "de manera inmediata una nueva escalada no interesa ni a los unos ni a los otros". Por un lado, hay una "cierta debilidad" en la parte palestina por el hecho de que "los países árabes están relegando su causa al olvido", como lo demuestran gestos como el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel por partes de estados como Bahrain, los Emiratos Árabes y Marruecos. Por el otro, la fuerte implicación de los palestinos de Israel en las movilizaciones de los últimos días, un hecho inédito hasta ahora, "genera inestabilidad interna en el país" y representa "un toque de atención" al gobierno, que "lo tendrá que tener en cuenta de cara al futuro".
Vidal piensa que el alto el fuego puede alargarse también porque ha habido "una cierta presión internacional" a favor de la parada del conflicto, pero avisa de que el origen de esta escalada de violencia estuvo en Jerusalén, y que allá la situación sigue siendo "muy tensa". Este mismo viernes ha vuelto a haber enfrentamientos entre la policía israelí y grupos de palestinos en la Explanada de las Mezquitas, en una reedición de los hechos que el 10 de mayo desencadenaron los ataques aéreos cruzados entre Israel y Gaza. En este caso, sin embargo, el incidente no ha ido más allá.