Desapariciones forzosas

"No quiero que mi padre sea una cifra, quiero que sus restos descansen en un lugar digno"

Recogen en Barcelona muestras de ADN de colombianos que huyeron de su país para que puedan localizar a sus familiares desaparecidos

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Adriana Quintero Usuga muestra la medalla con el retrato de su padre que trae colgada al cuello.

BarcelonaLleva una medalla colgada del cuello con un diminuto retrato de su padre, Ángel José Quintero Mesa, que trabajaba en una asociación de familiares de desaparecidos en Colombia, Asfaddes, hasta que él mismo desapareció: el 6 de octubre del año 2000 unos hombres lo interceptaron en la ciudad de Medellín, en el norte del país, lo esposaron y se lo llevaron. Desde entonces, ella, Adriana Quintero Usuga, de 42 años, no ha vuelto a saber nada de él.

En cambio, Juan Camilo Zuluaga Tordecilla, de 38 años, busca a su madre, Amparo del Carmen Tordecilla Trujillo. Ella también desapareció, pero en Bogotá el 25 de abril de 1989, cuando él era tan solo un niño de 5 años. Una mujer que fue testimonio de los hechos explicó que tres hombres vestidos de civil la detuvieron y la obligaron a subir a un coche después de un breve forcejeo. Juan Camilo sabe que su madre fue torturada y que está muerta. Cuatro militares lo confesaron y fueron condenados por ello. En cambio, desconoce qué pasó con el cuerpo y dónde están sus restos.

Adriana y Juan Camilo están estos días en Barcelona. Ella ha venido desde Suecia, y él, desde Italia. Otros colombianos se han desplazado desde Reino Unido, Suiza u otros puntos del estado español. Todos con la misma esperanza: encontrar a sus seres queridos. La Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD) de Colombia está recogiendo por primera vez muestras de ADN fuera del país y el lugar que ha escogido para hacerlo es Barcelona y, en concreto, las dependencias de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, por la larga vinculación de este organismo de la Generalitat con Colombia.

Personal de la UBPD tomando la muestra de ADN a Juan Camilo Zuluaga Tordecilla en una sala de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo.

En una sala se ha montado una especie de minidispensario donde personal de la UBPD recoge las muestras. Se trata de un pequeño pinchazo en un dedo y de responder a unas cuantas preguntas. Un proceso relativamente rápido, pero que puede cambiar la vida a los que participan en él. Todos son colombianos que tuvieron que huir de su país y ahora viven en el exilio.

Se calcula que en Colombia hay más de 100.000 desaparecidos. Algunos fueron detenidos por grupos paramilitares vinculados al gobierno. Otros fueron secuestrados o reclutados por la guerrilla. La Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas fue creada en 2018 a raíz de la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC casi dos años antes. Es una institución estatal.

Adriana Quintero Usuga se ha desplazado a Barcelona desde Suecia para que le tomen la muestra de ADN.

Adriana tuvo que huir con su familia a Suecia en 2005. Según dice, fueron a este país porque la embajada sueca fue la primera que dio respuesta a su súplica de auxilio. Su padre desapareció después de denunciar a la Fiscalía colombiana la desaparición de ocho familiares más. Así que ella, su madre y sus cuatro hermanos corrían el riesgo de acabar del mismo modo: que los capturaran y que tampoco quedara ni rastro de ellos. Se ha trasladado a Barcelona entusiasmada y con “muchas expectativas”. Desde 2019 trabajaba en Europa con otros familiares de desaparecidos colombianos para que la UBPD los tuviera en cuenta y también recogiera sus muestras de ADN. Después de tres años y de una pandemia por el medio, lo han conseguido. "No quiero que mi padre sea una cifra, quiero que sus restos descansen en un lugar digno", afirma.

Momento en el que pinchan en un dedo a Juan Camilo Zuluaga Tordecilla para tomarle una muestra de ADN.

Juan Camilo también reconoce que ha llegado a Barcelona con los nervios a flor de piel y “cargado de emociones”. En 1994 huyó de Colombia con su padre, Bernardo Gutiérrez Zuluaga Botero, y sus hermanos. Primero fueron a Holanda y después a Italia. A pesar de esto, su padre siguió buscando a su madre hasta que murió, en 2008. Él le ha tomado ahora el relevo y asegura que ya le habían tomado muestras de ADN en Colombia en cuatro ocasiones: tres veces en la Fiscalía y otra en la medicina legal, pero, según dice, estas muestras nunca sirvieron para nada porque no se hizo nunca ninguna investigación. Ahora, en cambio, por primera vez confía en que la UBPD sí busque los restos de su madre.

“Lo hacemos con un enfoque humanitario. No nos concentramos en las responsabilidades de los que provocaron las desapariciones”, explica la directora general de la UBPD, Luz Marina Monzón, que también se ha desplazado a la capital catalana. Según dice, hacerlo así les abre puertas para obtener información y hacer la búsqueda. La UBPD ya ha recuperado los cuerpos de 611 desaparecidos y ha localizado a once personas vivas. En Barcelona tiene previsto recoger muestras de ADN a una treintena de colombianos. Su objetivo es hacer lo mismo en países de América Latina, como Argentina, Chile o Ecuador.

La directora general de Cooperación al Desarrollo de la Generalitat, Yoya Alcoceba, destaca que el Govern está ofreciendo apoyo económico y técnico a la UBPD, pero que también están aprendiendo del proceso en Colombia para quizás ponerlo en práctica aquí, en Catalunya, algún día.

 

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