Nuevo escándalo en el Downing Street de Johnson: fiesta de Navidad en pleno confinamiento

La filtración de una grabación de la exjefa de prensa del 'premier' pone al descubierto las falsedades difundidas por el gobierno

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Boris Johnson

LondresAntes se coge a un mentiroso que un cojo. Y, esta vez, el mentiroso se llama Boris Johnson. El primer ministro del Reino Unido está este miércoles bajo una intensa presión, no solo de la oposición, sino también de destacados miembros de su partido, a raíz de la filtración de una grabación de su exjefa de prensa, Allegra Stratton, en la que hacía referencia a la celebración de una fiesta de Navidad en Downing Street el 18 de diciembre del año pasado, cuando Londres estaba en pleno confinamiento y se habían prohibido todo tipo de reuniones sociales excepto entre las personas que formaban una burbuja de convivencia.

La policía ha anunciado una investigación para esclarecer si se rompieron las medidas de confinamiento. Hace solo unos minutos, a primera hora de esta tarde de miércoles, Allegra Stratton ha dimitido de su cargo como jefa de prensa de la COP26, posición que ocupó después de dejar Downing Street.

La primera noticia de la fiesta ilegal se conoció hace una semana, pero durante siete días, tanto el primer ministro desde la tribuna del Parlamento, como el portavoz de Downing Street en reiteradas ocasiones, han negado que la celebración tuviera lugar. Incluso esta mañana, cuando las pruebas ya eran irrefutables, el gobierno continuaba manteniendo que no hubo reunión y que no se violó ninguna regla del confinamiento.

Pero durante la sesión semanal del control de este miércoles al mediodía, Boris Johnson se ha disculpado "sin reservas" por el vídeo, a pesar de que ha insistido que, según " mi conocimiento", no hubo ninguna fiesta y "no se habían incumplido las reglas". "Puedo entender –ha añadido– hasta qué punto haría enfadar a todo el mundo que la gente que ha establecido las reglas no las cumpla. Yo también estoy furioso después de ver este vídeo". Especialmente significativa ha sido la admisión que, si hubo alguna fiesta, no fue con su "conocimiento". Johnson, pues, ha preferido pasar por un jefe de gobierno que no controla qué pasa a su alrededor que no por un mentiroso.

En principio, habrá una investigación interna sobre el escándalo. Muy probablemente, sin embargo, acabará como todas, con Johnson exculpado, como si no fuera el máximo responsable y como si el patrón de comportamiento que se repite en Downing Street no tuviera nada que ver con él.

Inmediatamente después de que Johnson hiciera el anuncio de la investigación, su ex asesor, Dominic Cummings, se ha preguntado desde Twitter: ¿"también se pedirá [al secretario del gobierno] que investigue la fiesta del piso [de Johnson] del viernes 13 de noviembre, las otras fiestas en los pisos [oficiales de los miembros del gobierno] y la política de "burbuja" de los pisos?". Ponía así, negro sobre blanco, lo que empieza a ser un insistente rumor en Westminster: que también se celebró al menos una fiesta privada en el piso privado del primer ministro cuando las reglas del confinamiento no lo permitían.

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Una vez más, como en el caso del dimitido ministro de Sanidad Matt Hancock o del asesor de Johnson Dominic Cummings el gobierno conservador de Boris Johnson demuestra que las reglas que impone a toda la ciudadanía no son válidas ni para sus miembros ni para el personal que trabaja directamente en Downing Street. Algunos diputados conservadores han calificado la situación de "catastrófica" para el premier y potencialmente peligrosa en caso de que la situación sanitaria aconseje nuevas restricciones, porque ha quedado claro que Downing Street no predica con el ejemplo.

El escándalo, uno más de los que ya hace meses que afectan Johnson, estalló en las páginas del Daily Mirror. El pasado miércoles, el diario informó de la celebración de la mencionada fiesta de Navidad en Downing Street el 18 de diciembre de 2020, justo un día antes de que el gobierno decretara el tercer confinamiento debido a la pandemia. En Londres, sin embargo, la prohibición ya estaba vigente desde hacía 48 horas. La fiesta, pues, era ilegal. La capital británica se veía inmersa en una nueva ola de la variante delta: se cerraron restaurantes y espectáculos, y se prohibieron todo tipo de reuniones sociales. Oficialmente, las fiestas de Navidad se habían cancelado. Excepto en Downing Street. Una fiesta inicialmente con más de treinta personas, a las cuales se añadieron más, con bebida, comida y juegos , y sin distanciamiento social.

Regalos de Secret Santa

Este martes por la noche, la cadena de televisión ITV News ha emitido una grabación de un ensayo de la conferencia de prensa diaria que la entonces responsable de comunicación del gobierno, Allegra Stratton, simuló con un grupo de colegas del staff de Downing Street. La grabación, hecha el 22 de diciembre, cuatro días después de la fiesta, la han visto ya millones de personas y sin lugar a dudas: hacen broma sobre la celebración.

Ed Oldfield, asesor de medios de comunicación del primer ministro, pregunta a Stratton: "Acabo de ver rumores en Twitter que hubo una fiesta de Navidad en Downing Street el viernes por la noche; ¿admitís [la veracidad] de estos rumores?" Stratton sonríe y hace una pausa antes de decir: "Yo me fui a casa". Todas las informaciones periodísticas, sin embargo, sostienen que sí que participó.

Entonces Oldfield vuelve a preguntar: "¿El primer ministro aceptaría hacer una fiesta de Navidad?" Stratton se ríe y contesta: "¿Cuál es la respuesta?" El personal intenta ayudarla a formular una. "No era una fiesta, era un encuentro de negocios con queso y vino", dice uno de los presentes. "¿El queso y el vino están bien?", pregunta Stratton. El miembro del personal que hizo el comentario parece decir: "No...". Entonces Stratton añade: “Esto se está grabando”. Y aún dice: "Aquesta fiesta ficticia fue un encuentro de negocios. Y no había distanciamiento social".

Trabajar desde casa

Este miércoles, además, el Daily Mirror también informa de otra fiesta en el ministerio de Educación. Por una vez, en vez de negarlo, un responsable de comunicación ha admitido el encuentro y ha matizado que, dadas las circunstancias, quizás fue un error celebrarla. Por otro lado, The Times reveló ayer que la celebración del 18 de diciembre del 2020 se organizó a través de un grupo de Whatsapp , y se pidió al personal que trajera regalos de Secret Santa para obsequiar a los presentes con una pequeña sorpresa.

El martes por la noche, después de la emisión del vídeo en ITV, un grupo de diputados conservadores reaccionaron de forma airada ante la noticia. Charles Walker afirmó a la BBC: "La fiesta en el Número 10 implica que cualquier confinamiento futuro será optativo, diga lo que diga la ley. Aunque la ley obligue a no encontrarse con amigos y familiares, la gente dirá: "Mirad, pasó el año pasado en el número 10 de Downing Street y este año pasará en el número 10 de la avenida X".

En paralelo, el Financial Times informa este miércoles de que esta misma tarde el gobierno podría anunciar que todos los trabajadores que lo puedan hacer trabajen desde casa a partir de jueves o viernes. Desde la oposición se acusa al gobierno de levantar una cortina de humo para intentar desviar la atención sobre el nuevo escándalo que salpica a Boris Johnson y lo deja a él y a todo su equipo de comunicación como unos mentirosos.

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