Australia

Los laboristas retienen el poder en Australia tras ganar unas elecciones marcadas por Trump

Albanese será el primer líder en 21 años que logra dos victorias seguidas en las urnas y es la primera vez que un primer ministro amplía su mayoría

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, celebrando su victoria en las urnas.
Aleix Graell
03/05/2025
3 min

SydneyEn una entrevista de radio le piden al primer ministro que elija un superéxito de todos los tiempos. Anthony Albanese responde que "no hay otro himno que Am Y ever gonna see your face again? ("Volveré a ver tu cara?", en inglés) de The Angels". Nadie esperaba esta respuesta en el estudio. Albanese se ríe. "Seguro que casi todos los oyentes han entendido la broma –remata, confiado–, es obvio a quien va dedicada".

Peter Dutton. Liberal desde los 18 años—, ha perdido su escaño después de 21 años en los peores resultados para los liberales desde su creación en los años 40. En una campaña contaminada por la política estadounidense, Dutton ha intentado distanciarse de Trump después de intentar copiarle el estilo. darle la vuelta a unas encuestas que en febrero les colocaban como perdedores. Albanese será el primer líder en 21 años que logra dos victorias seguidas en las urnas y es la primera vez que un primer ministro amplía su mayoría después del primer mandato. "No debemos buscar la inspiración en el extranjero –aseguró durante su discurso de victoria–, lo tenemos aquí, en nuestros valores y nuestra gente". "Casi desde el principio parecía una carrera a tres bandas con Donald Trump –comenta Andrea Carson, profesora de comunicación política en la Universidad La Trobe–, lo que hemos visto es que se llevaba al menos un 15% de los titulares".

Australia, que ha recibido unos aranceles del 10% y con los que Estados Unidos tiene un superávit comercial, seguirá gobernada por los laboristas otros tres años con un programa de reformas graduales. "Algunas de las áreas más importantes de legislación se han descuidado o sólo se han dado muy pocos detalles sobre cómo Australia resolverá algunos de los problemas más complejos a los que se enfrenta", concluye Carson sobre la campaña.

Aunque las últimas cinco semanas se han centrado en el coste de la vida, ninguno de los dos grandes partidos se ha querido enfangar con grandes reformas en áreas como el NDIS (el plan nacional para la discapacidad), el cambio climático, la violencia contra las mujeres, los asuntos indígenas o la vivienda, en los que los dos grandes casi el 70% de sus familias son propietarias.

Voto tradicional

"La otra razón para votar a alguien es la tradición –señala Carson– y al mismo tiempo quienes sienten que es más competente o los protegerá". Una idea que el gobierno laborista ha sabido transmitir gracias a los presupuestos, la ampliación de servicios sociales o la mejora de las relaciones con China, el primer socio comercial del país. "La administración Trump ve las cosas desde la óptica de la competición económica; así, aliados clave como Japón o Corea no son sólo aliados estratégicos, sino competidores", apunta Bec Strating, directora de La Trobe Asia y profesora de Relaciones Internacionales: "No está nada claro lo que Trump quiere hacer ay con Asia".

Pero el apoyo para la alianza con Estados Unidos sigue contando con el aval de los dos principales partidos australianos. Precisamente, Richard Marles, como ministro de Defensa, autorizó el pasado febrero el primer pago del pacto defensivo AUKUS con Reino Unido y Washington, y destinó 800 millones de dólares australianos (450 millones de euros) a la administración estadounidense para los primeros submarinos nucleares Virginia.

Además, tanto la Coalition conservadora como los laboristas están de acuerdo en aumentar el gasto militar, como ha pedido el jefe del departamento de Defensa de EEUU, Elbridge Colby. Para Strating no depende de quien gobierne, pero admite que sería "preocupante" que Estados Unidos optase por el aislamiento, "en términos de ruptura de la alianza, sería probablemente por algo que hicieran EEUU y no Australia", concluye.

A su juicio, la alianza seguirá siendo la piedra angular de la política exterior australiana: "Estados Unidos está dejando agujeros, y otros países los llenarán –añade Strating–. Si Australia no quiere que esto ocurra, necesita hacer un esfuerzo".

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