Internacional

La guerra de Israel contra los hospitales de Gaza

La magnitud de la devastación del sistema de salud de la Franja en la ofensiva del ejército israelí tiene graves implicaciones presentes y futuras, y podría constituir un crimen de guerra

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Un médico atiende a un menor en un hospital de Rafah, en Gaza, tras un ataque aéreo israelí

El CairoLa devastadora ofensiva militar lanzada por Israel en Gaza a principios de octubre ha dejado ya buena parte del territorio en escombros, y una de las principales víctimas ha sido su delicado sistema de salud. En las últimas semanas, además, las denuncias por uso de armas explosivas en los alrededores de hospitales están aumentando a medida que el ejército israelí amplía la invasión terrestre hacia el sur de la Franja, sobre todo en la sitiada ciudad de Khan Yunis .

Desde hace más de dos semanas, las hostilidades son especialmente intensas cerca de dos hospitales de Khan Yunis, incluido el principal de la ciudad, donde además de cientos de pacientes y miembros del personal médico hay miles de desplazados. En sus inmediaciones se registraron ataques aéreos, disparos con drones y bombardeos de artillería de las fuerzas israelíes. Incluso esporádicamente cae munición en el interior de lo más importante, según la Media Luna Roja Palestina y medios locales. También se ha denunciado la presencia de tanques, el acoso de ambulancias, el asalto a un tercer hospital y la detención de varios trabajadores sanitarios.

Pero no son los únicos. Desde el inicio de la ofensiva de Israel en Gaza, más de 90 instalaciones sanitarias se han visto impactadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y aunque la agencia no señala directamente a responsables, en la gran mayoría de ocasiones se trata de ataques de Israel, según medios locales, la Media Luna Roja y grupos de monitorización. La OMS también nota que los cortes del suministro eléctrico y la escasez de combustible pone contra las cuerdas la poca infraestructura que queda de pie. Y la agencia de la ONU por los refugiados palestinos, la UNRWA, afirma que el 84% de sus instalaciones sanitarias en la Franja se han visto afectadas por ataques y que sólo funcionan cuatro de las 22 que tiene.

En esa línea, la organización Insecurity Insight había documentado hasta el 19 de enero 536 incidentes violentos o de obstrucción de acceso a la atención sanitaria en Gaza. Y más de 400 trabajadores sanitarios han sido asesinados por Israel en los territorios ocupados palestinos, la mayoría de ellos en Gaza, desde el pasado 7 de octubre, de acuerdo con el recuento de la iniciativa de monitorización Healthcare Workers Watch. Equivalen a casi 4 muertes al día en promedio. "La magnitud de esta destrucción y devastación ha provocado el colapso total de un sistema sanitario que ya luchaba con graves limitaciones a causa de la ocupación israelí y de 17 años de bloqueo", dice Guy Shalev, director ejecutivo de Metges por los Derechos Humanos de Israel.

Las ymplicaciones de este nivel de destrucción son burdas. A principios de febrero, sólo funcionaban 13 de los 36 hospitales de Gaza, que tiene una población de más de dos millones de habitantes, según la OMS. Siete se encuentran en el norte de la Franja y los otros seis, en el sur. Además, todos trabajan de forma parcial, afrontando graves problemas de suministros y de espacio. Hussam Mahmoud, catedrático en el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Estatal de Colorado, explica que el funcionamiento de un hospital depende de tres elementos: el sistema físico, la infraestructura interdependiente –como el agua y la electricidad– y los profesionales . Y todos han estado impactados. "La infraestructura física e interdependiente ha sido destruida, los suministros no existen o están controlados, y los médicos están muy limitados", dice. En este contexto, la OMS alerta de que la atención sanitaria en Gaza es "extremadamente precaria". Y el ministerio de Salud de la Franja estima que las tasas de empleo en los departamentos de hospitalización alcanzan el 206% y en las unidades de cuidados intensivos, al 250%, en gran parte por las decenas de miles de heridos que está causando el fuego israelí.

Un portavoz del ejército de Israel ha asegurado a la ARA que Hamás utiliza hospitales como escudos para llevar a cabo sus actividades, con la implicación directa de personal médico. Sin embargo, el movimiento palestino y trabajadores de hospitales rechazaron las acusaciones. Y las pruebas compartidas con este diario –que incluyen confesiones de un detenido, imágenes, vídeos y transcripciones de llamadas– muestran la presencia de algún túnel cerca de algún complejo hospitalario, pero no evidencian actividad militar o son imposibles de verificar.

La capacidad de Israel para justificar sus operaciones es primordial, porque los hospitales y el personal médico están protegidos por el derecho internacional humanitario. El portavoz del ejército considera que, "bajo determinadas condiciones, un uso militar ilegal puede hacer que un hospital pierda su protección frente a ataques". Y afirma que "no están interesados ​​en el personal médico" en tanto que profesionales, sino "por su posible implicación terrorista".

Sin embargo, Cruz Roja nota que la parte atacante sigue obligada a regirse por el principio de proporcionalidad, a tomar precauciones ya hacer lo posible para evitar o minimizar daños. Y múltiples organizaciones médicas y de derechos humanos afirman que Israel no está cumpliendo. "El análisis de casos confirmados por una tercera parte neutral revela una importante disparidad entre las afirmaciones de Israel sobre la amenaza real o percibida para el ejército y su respuesta", apunta Shalev. “Estas cuestiones suscitan serias preocupaciones por daños desproporcionados, un asunto que debería investigarse como posible crimen de guerra”.

Mahmoud a su vez alerta de que la devastación del sistema de salud de Gaza tendrá grandes repercusiones futuras: “Destruir infraestructuras críticas provoca una gran inestabilidad a largo plazo. Ahora estamos viendo si los hospitales pueden tratar a los heridos y enfermos. Pero la destrucción deliberada de hospitales y escuelas no tiene por objetivo necesariamente destruirlos para que la gente no pueda recibir tratamiento ahora, sino para que acabe abandonando a la comunidad”.

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