BarcelonaIsrael ha recibido este jueves dos informes demoledores sobre su ofensiva en la Franja de Gaza. Por un lado, Human Rights Watch (HRW) denunció una "limpieza étnica" en la Franja y acusó a Israel de estar cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Y por otra, un comité especial de Naciones Unidas afirmó que los métodos de guerra de Israel en el enclave palestino "son coherentes con las características del genocidio" y reprochó a Tel Aviv "utilizar el hambre como arma de guerra e infligir castigos colectivos en la población palestina".
El informe de HRW, de 154 páginas, centra sus argumentos en los "desplazamientos masivos y deliberados" de población civil en el territorio palestino y asegura que no tienen "ninguna" justificación al amparo del derecho internacional humanitario. Por todo ello, la ONG con sede en Nueva York reclama a los gobiernos "sanciones y otras medidas" contra Tel-Aviv, empezando por detener la venta de armas a Israel, si no quieren ser "cómplices" de sus crímenes contra los palestinos .
El documento, basado en una cuarentena de entrevistas sobre el terreno, el análisis de casi 200 órdenes de evacuación israelíes y de imágenes por satélite y vídeos y fotografías de ataques a zonas designadas como "seguras" " en la Franja, destaca que los desplazamientos han afectado a "casi toda la población" de Gaza -1,9 millones de personas, el 90% del total- ya menudo "varias veces". "El desplazamiento forzado es generalizado, sistemático e intencional, forma parte de una política de estado y constituye un crimen contra la humanidad. Consideramos que estas acciones de las autoridades israelíes equivalen a una limpieza étnica", ha afirmado Nadia Hardman, investigadora de derechos de refugiados y migrantes en la organización.
HRW recuerda que "las leyes de conflicto armado aplicables al territorio ocupado permiten el desplazamiento de civiles sólo excepcionalmente, por razones militares imperativas o por la seguridad de la población, y requieren salvaguardias y un alojamiento adecuado para acoger a los civiles desplazados". "Los funcionarios israelíes afirman que, como los grupos armados palestinos luchan entre la población civil, el ejército ha evacuado legalmente a los civiles para atacarles y limitar los daños a los civiles. La investigación de Human Rights Watch muestra que esta afirmación está en gran parte falsa", añade.
Hardman remarca que "Israel no puede basarse simplemente en la presencia de miembros de grupos armados palestinos para justificar el desplazamiento de civiles", sino que "debería demostrar que el desplazamiento de civiles fue, en cada caso, su única opción". El informe, además, habla de órdenes de evacuación "inconsistentes, inexactas" ya menudo sin dar "tiempo suficiente" a los civiles para marcharse y añade que, en lugar de garantizar su seguridad, las fuerzas israelíes "han atacado repetidamente rutas de evacuación" y las zonas designadas como "seguras".
El informe del comité especial de la ONU para investigar las prácticas israelíes que dañan los derechos humanos del pueblo palestino y otros árabes en los territorios ocupados (organismo creado en 1968) también afirma que los bombardeos masivos "subrayan el desprecio de Israel a sus obligaciones de distinguir entre civiles y combatientes y demuestra que no toman las precauciones adecuadas para prevenir las muertes de civiles”.
El documento hecho público hoy es un anticipo del informe, que se entregará a la Asamblea General de la ONU el próximo lunes, y contiene numerosas acusaciones contra la forma en que Israel está llevando a cabo la guerra. Denuncia "la obstrucción de la ayuda humanitaria y los ataques intencionados a civiles y trabajadores humanitarios" y considera que Israel "está causando de forma intencionada muerte, hambre y heridas graves, y está utilizando el apetito como método de guerra". Además, aporta detalles como que a principios de 2024 el ejército israelí había arrojado sobre Gaza 25.000 toneladas de explosivos, "equivalentes a dos bombas nucleares" que, además de las numerosas pérdidas humanas, han destruido el sistema de agua y alcantarillado, han devastado la agricultura y han contaminado el medio ambiente. "Una mezcla letal de crisis que van a infligir un enorme daño a las generaciones futuras", concluye.
Objetivo: negar el derecho al retorno
Human Rights Watch denuncia que, en paralelo a los desplazamientos, el ejército israelí ha "demolido intencionadamente" o "dañado gravemente" la infraestructura civil, incluidas casas, para crear zonas "inhabitables" en la Franja. El objetivo es que "el retorno no sólo sea difícil" después de la guerra sino "imposible para muchos palestinos", cuyo 80% ya son refugiados fruto de la Nakba, la expulsión de la población árabe con la creación de el Estado de Israel (1948). "Las autoridades israelíes planean que el desplazamiento violento y organizado de los palestinos en Gaza, que son miembros de un grupo étnico, sea permanente en las zonas de amortiguación y en los corredores de seguridad. Estas acciones de las autoridades israelíes equivalen a una limpieza étnica ", concluye Hardman.
Aparte de exigir una mayor presión de los gobiernos en Israel a detener la guerra en Gaza, que ya ha matado a más de 43.000 palestinos, HRW reclama también un embargo de armas al estado judío, especialmente por parte de los Estados Unidos y Alemania, principales proveedores del ejército israelí. Asimismo, también insta al fiscal del Tribunal Penal Internacional a investigar el desplazamiento forzado de la población como crimen contra la humanidad, en paralelo al proceso ya abierto al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya después de que Sudáfrica denunciara a Israel por genocidio. Todo, mientras continúan las masacres, especialmente en el norte, y cuando la ayuda humanitaria en la Franja ha caído en el nivel más bajo desde el inicio de la guerra.
Israel investigará 16 ataques para evitar demandas por crímenes de guerra
El ejército israelí investigará al menos 16 ataques perpetrados por sus tropas en el norte de Gaza, donde las masacres desde hace más de 40 días son constantes. El objetivo, según revela el diario Haaretz , es evitar futuras demandas de la comunidad internacional por posibles crímenes de guerra. Se trata de ataques cometidos desde finales de octubre y que, según el rotativo, mataron a 285 palestinos, incluidas varias criaturas.
Precisamente hoy trascendió que los ataques aéreos de Israel habrían matado al menos a 20 cooperantes en Gaza en el último mes, según un informe de organizaciones humanitarias recogido por Al Jazeera. Entre las víctimas se encuentran trabajadores que fueron asesinados "pese a la coordinación previa con las autoridades israelíes" y aunque su vehículo estaba "claramente marcado". El informe cifra en más de 300 a los trabajadores humanitarios que han muerto en Gaza desde el inicio de la guerra.