La OTAN rechaza la exigencia de Rusia de vetar la entrada de Ucrania en la alianza

Los aliados ofrecen a Moscú mantener el diálogo pero el Kremlin no se compromete por ahora

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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

BruselasLa primera reunión después desde el 2019 entre los aliados de la OTAN y Rusia no ha sido fácil, pero era más que necesaria. Así mismo lo ha descrito el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, después del encuentro mantenido este miércoles en Bruselas, que ha supuesto la recuperación del diálogo con Moscú que se había truncado ahora hace tres años. En el encuentro, los aliados han rechazado totalmente (y otra vez) la exigencia rusa de que la OTAN cierre la puerta a Ucrania, pero, por el contrario, se han ofrecido a pactar un calendario de diálogo para hablar tanto del control mutuo de armas como incluso de la limitación de misiles.

"Los aliados han apoyado la idea de acordar una serie de encuentros [...]. Rusia no estaba en posición de acordarlo, no han aceptado, pero han dicho que necesitan más tiempo para responder", ha explicado Stoltenberg después de una reunión que ha durado toda la mañana de este miércoles. El propio Stoltenberg ha confesado que las diferencias son "significativas" y que "no serán fáciles de superar", pero ha resaltado la unidad de los aliados en una cuestión que tradicionalmente ha sido divisiva.

El tono del secretario general de la OTAN seguía siendo contundente contra Putin: "Rusia ya ha usado la fuerza militar contra Ucrania antes, con la ocupación de Crimea en 2014. La idea de que Ucrania amenaza a Rusia es dar la vuelta a la tortilla. Rusia es el agresor".

A pesar de todo, la OTAN no prevé por ahora incrementar su presencia militar en Ucrania, pero sí lo hará si Moscú vuelve a agredir militarmente al país, ha avisado. "No cederemos en el principio de seguridad europea de que todos los países tienen el derecho de escoger su propio camino", ha dicho Stoltenberg, que también se ha referido a Finlandia o Suecia, que no forman parte de la OTAN pero defienden la posición de la alianza porque rechazan fijar un precedente que les pueda cerrar la puerta a la organización en un futuro. "Los países vecinos de Rusia entienden que es un camino muy peligroso", ha explicado el político noruego.

Al mismo tiempo, sin embargo, la OTAN insiste en que está más que dispuesta a sentarse y hablar del resto de puntos, es decir, del control mutuo de armas, de la limitación de misiles, de las políticas nucleares e incluso de la reapertura de las sedes respectivas en Moscú y Bruselas. Por ahora, sin embargo, Rusia no se compromete ni siquiera a mantener el diálogo más allá de esta semana. De momento, pues, la tensión no se reduce. Stoltenberg sigue pensando después del encuentro con Rusia que el riesgo de conflicto armado en Europa es real, y cree que llegar a este extremo dependerá de la voluntad de Rusia de desescalar y sentarse a hablar.

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