Próximo Oriente

"Nunca los palestinos habíamos estado tan unidos como ahora"

La movilización de los palestinos que viven dentro de Israel marca una nueva fase

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Un grupo de palestinos durante la celebración de la recta final del Ramadán a la mezquita de a el-Aqsa, en Jerusalén.

BarcelonaLa última vez que un gobierno israelí había tenido que imponer el estado de emergencia a las comunidades árabes que viven en el país, como pasó martes en la ciudad de Lod (Lydd, en árabe), fue en 1966. Representan el 20% de la población y tienen ciudadanía israelí, pero siempre han sido tratados como ciudadanos de segunda, una discriminación que se ha acentuado en la década larga de gobiernos de Benjamin Netanyahu. El levantamiento de estos días, en solidaridad con los palestinos de Gaza y de Jerusalén, ha sido una sorpresa. Sin ir más lejos, en las últimas semanas un partido árabe de Israel de signo islamista se postulaba como socio de gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, dispuesto incluso a un acuerdo con grupos ultraortodoxos a cambio de mejoras para su comunidad. Pero todo ha cambiado esta semana, y la movilización de los llamados palestinos del 48, los descendentes de las familias que resistieron a la expulsión cuando se creó el Estado de Israel en 1948, en solidaridad con los de Gaza y Jerusalén, es un problema imprevisto muy difícil de gestionar para Tel Aviv, en plena escalada en Gaza.

Desde el lunes por la noche los palestinos ciudadanos de Israel se han manifestado masivamente en varias ciudades, enfrentándose a la policía y atacando propiedades judías, contra los ataques israelíes en Gaza y en Jerusalén, y haciendo aflorar un malestar acumulado durante décadas de discriminación. Los ciudadanos palestinos de Israel tienen más derechos que los que viven en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania (pueden votar, ejercer cargos públicos o recurrir a los tribunales civiles) pero las leyes que, en palabras del primer ministro Benjamin Netanyahu, "hacen de Israel el estado nación del pueblo judío, y solo del pueblo judío", los convierten en ciudadanos de segunda.

"Nunca antes los palestinos habíamos estado tan unidos como ahora", explica desde Haifa al ARA el activista e investigadora Riya Al Sanah. "Es un sentimiento de unidad, de palestinidad, de identidad nacional compartida, que no había visto nunca en la vida", añade. Se refiere a la sinergia entre los palestinos que viven en los territorios ocupados de Cisjordania bajo la Autoridad Palestina, a los de Gaza bajo control de Hamás y sometidos a un estricto asedio por Israel y Egipto, también a los de dentro de Israel, y a los de la diáspora, que durante esta semana han protagonizado manifestaciones en todo el mundo. Pero para los palestinos israelíes, la violencia es el resultado de décadas de discriminación: falta de inversiones públicas, un empobrecimiento generalizado, limitaciones en el acceso a la vivienda y a la tierra. En el desierto del Negev los beduinos nunca han podido llegar a tener permisos de construcción y cada año han visto cómo se demolían las humildes estructuras que erigían para vivir.

Los vecinos de Sheik Harrah

En estas comunidades la amenaza de expulsión de los vecinos de Sheik Harrah de sus casas de Jerusalem Este, en el marco de la política de colonización sistemática del sector de la ciudad que, según el derecho internacional, tendría que ser para los palestinos, se ha vivido en la propia piel. "El caso se ha vuelto muy simbólico para todos los palestinos. Y los palestinos del 48 estamos diciendo abiertamente que no estamos desconectados de los otros, que estamos todos unidos en la misma lucha. Y la encabezan jóvenes que están abandonados en los márgenes de la sociedad. Los que salen a la calle en Jerusalén son los mismos que salen en Lod o Jaffa", añade Al Sanah.

Ignacio Álvarez Ossorio, profesor de estudios árabes e islámicos de la Universidad Complutense, recuerda que en 2011, coincidiendo con la oleada de revoluciones árabes, ya hubo una movilización protagonizada por jóvenes palestinos en Israel que reclamaban igualdad de derechos contra medidas como la Ley Nacional de Netanyahu, que blindaba la nacionalidad israelí para los judíos. "Entonces fueron ilegalizados y ahora esperaban la oportunidad para reactivarse". El profesor cree que después de la luz verde de Joe Biden, que el miércoles dijo que Israel tiene derecho a defenderse, "será muy difícil parar la maquinaria bélica". Además, atribuye la violencia en los barrios palestinos al resultado de la "política de incitación al odio de Netanyahu y sus aliados de gobierno, lo cual lleva a grupos de judíos muy jóvenes, con la connivencia de las fuerzas de seguridad, a actuar con una violencia en los barrios palestinos que no se veía des la Segunda Intifada".

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