La policía rusa detiene un millar de personas en las protestas por la libertad de Navalni

Un fuerte despliegue policial bloquea el centro de Moscú y las otras grandes ciudades para impedir que se repitan las manifestaciones de la semana pasada

Cristina Mas
2 min
Policías rusos detienen una manifestante en San Petersburgo.

La policía de Moscú ha blindado el centro de la capital rusa ante las convocatorias de protestas, por segundo fin de semana consecutivo, para reclamar la libertad del opositor Alexei Navalni. Un millar de personas han sido detenidas, incluyendo su mujer, Iúlia Navalnia, informa Reuters, y se ha desplegado un fuerte dispositivo policial: unidades antidisturbios y de la guardia nacional han cerrado las principales estaciones de metro del centro y han bloqueado las avenidas para evitar que se repitieran las grandes protestas de la semana pasada. Desafiando las bajas temperaturas, los manifestantes se han reagrupado en los alrededores de la plaza Komsomolskaia, fuera de la zona perimetrada, donde se han producido las detenciones masivas, con un gran tránsito de furgonetas policiales. En San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, la policía también ha cerrado la principal arteria, la avenida de Nevsky Prospekt. La policía también ha impedido las protestas en Vladivostok.

Las protestas reclaman la libertad de Navalni, el crítico más destacado del presidente Vladímir Putin y el Kremlin, que fue detenido el 17 de enero al volver al país después de recuperarse en Alemania de un envenenamiento con un agente nervioso, del cual responsabiliza al régimen. En la ciudad siberiana de Tomsk, donde se cree que Navalni fue envenenado mientras organizaba la campaña de las elecciones municipales de septiembre, también ha habido una protesta.

Las últimas detenciones se suman a las de la semana pasada, cuando unas cuatro mil personas quedaron entre rejas por haber intentado manifestarse en solidaridad con el líder opositor. Navalni, de 44 años, acusa a Putin de haber ordenado su asesinato, lo que el Kremlin niega. Pero varias pruebas apuntan al estado ruso como el autor del envenenamiento, entre las cuales una llamada telefónica que hizo pública el mismo Navalni en la que supuestamente un espía del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) habría confesado que le rociaron el veneno en los calzoncillos.

El opositor está en prisión preventiva y se expone a una condena de tres años y medio por haber violado la libertad condicional al irse del país. La Unión Europea ha sancionado a Rusia por la detención del opositor y los Estados Unidos han pedido su liberación. Dentro de Rusia, la denuncia de Navalni en las redes sobre un supuesto lujoso palacio en el Mar Negro que sería propiedad de Putin han enrarecido todavía más el ambiente en un país con la economía en caída libre por una crisis agravada por la pandemia.

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