El 'premier' Rishi Sunak adelanta las elecciones generales al 4 de julio
Las encuestas sitúan a los laboristas 20 puntos por encima de los conservadores, que permanecen en el poder desde hace 14 años
LondresDespués de una mañana llena de especulaciones y todo tipo de rumores hirviendo en las redes sociales y en los pasillos del Palacio de Westminster, con cancelaciones de viajes al extranjero de al menos dos ministros, y una vez celebrada la preceptiva reunión del gobierno a primera hora de esta tarde del miércoles, el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, ha comunicado a los británicos el adelanto de las elecciones generales para el jueves 4 de julio. La noticia ha cogido por sorpresa no sólo a toda la oposición sino a muchos diputados conservadores, y esta noche un número considerable está mostrando su desacuerdo con la fecha elegida. En cualquier caso, ya es demasiado tarde para lamentaciones. El Parlamento se disolverá el 30 de mayo.
Respetando la tradición, el anuncio lo ha hecho el premier en el exterior de Downing Street, bajo una intensa lluvia, quizás un mal agüero para la campaña –el premier no sólo no controla el tiempo, tampoco, probablemente, el tempo político– al que debe hacer frente en las próximas seis semanas.
Además, sus palabras se han visto punteadas, de fondo, por una música atronadora que se ha podido escuchar desde el otro lado de la valla que protege el famoso callejón donde tiene la residencia oficial, a cargo del conocido activista anti-Brexit y antitory Steve Bray.
Sin inmutarse nada, ni por el agua ni por la música –en algún momento el himno europeo, el Canto de júbilo de la novena sinfonía de Beethoven; y también la música de campaña de los laboristas en 1997, Things Can Only Get Better (Las cosas sólo pueden mejorar).–, Sunak ha aprovechado los casi ocho minutos que ha durado su discurso para ponerse todo tipo de medallas y para empezar las descalificaciones del líder laborista, Keir Starmer: "El 5 de julio, Keir Starmer o yo seremos primeros ministros – ha dicho–. Ha demostrado una y otra vez que tomará la vía fácil y hará cualquier cosa para conseguir el poder. ¿cómo podéis saber que no haría exactamente lo mismo si llegara a ser primer ministro? plan, ¿cómo confiar en ti para liderar nuestro país, sobre todo en estos momentos más inciertos?"
En su discurso, Sunak ha hecho referencia a los momentos que ha vivido desde que fue nombrado ministro de Economía por Boris Johnson hasta que entró en el número 10 como premier, poniendo especial énfasis en el programa de subsidios que activó en el momento que estalló la pandemia. Y ha afirmado: "Las elecciones tendrán lugar en un momento en que el mundo es más peligroso de lo que ha sido nunca desde el fin de la Guerra Fría. La Rusia de Putin está llevando a cabo una guerra brutal en Ucrania y no se detendrá aquí si sale adelante. Esta guerra también ha dejado demasiado claros los riesgos para nuestra seguridad energética. En Oriente Medio, las fuerzas del extremismo islamista han amenazado la estabilidad regional y, finalmente, la global. Estas tensiones son explotadas por extremistas que buscan socavar nuestros valores y dividir a nuestra sociedad aquí. un plan claro y una acción audaz por trazar el camino hacia un futuro seguro".
Pero si las encuestas se confirman –44 % para los laboristas, 21% para los conservadores, de media–, el 5 de julio por la tarde, dos camiones de mudanzas estarán trabajando en la parte trasera de Downing Street. El primero, cargando las pertenencias de Sunak para despejar el apartamento que todavía ocupa en el número 11 con su familia. El segundo, por llevar al mismo lugar las del por ahora probable futuro primer ministro, el laborista Keir Starmer.
Sunak, pues, ha puesto esta tarde en marcha el tic-tac de lo que parece un más que inevitable relieve en el poder de Londres después de 14 años de gobiernos conservadores. Hasta ahora, incluso después del desastre de las elecciones locales del 2 de mayo, el premier se había limitado a decir que los comicios tendrían lugar en la segunda mitad del año. Y no ha mentido. Porque, técnicamente, el 4 de julio ya lo es. Incluso a una pregunta directa a los Comunes este mediodía ha respondido exactamente esto.
Razones para una fecha
Pero, ¿por qué ha elegido la fecha del 4 de julio cuando, hasta ahora, todas las especulaciones apuntaban a que las elecciones serían en octubre o noviembre? Esta mañana del miércoles se ha conocido que la inflación se había reducido al 2,3% –cuando Sunak alcanzó el poder estaba por encima del 11%– y éste era uno de sus compromisos clave.
Con todo, también se ha tenido noticia de que el agujero en las cuentas públicas ha sido en abril mucho más de lo previsto y ha obligado al Tesoro a emitir deuda por valor de 20.500 millones de libras. Se ha reducido así a cero la posibilidad de una esperada bajada de impuestos en septiembre, que habría sido un escenario más propicio para los tories para empezar la campaña.
Y, pese a la reducción de la inflación, los mercados no apuestan, de momento, por una bajada de los tipos de interés del Banco de Inglaterra. Por tanto, los bolsillos de los propietarios que todavía están sometidos a una hipoteca no notarán en los próximos meses ninguna mejora, ya los que se les cumplen los de plazo fijo verán cómo les suben las cuotas.
Por todo ello, esperar más a las urnas no parecía la mejor estrategia. Entre otras razones porque una apuesta clave de Rishi Sunak para la campaña es la política de los vuelos de deportación a Ruanda. Aún no han despegado, pero la ley ya se ha aprobado y el premier quiere hacer un tema central de la ya inminente batalla electoral. Así pretende establecer una clara diferencia con los laboristas, que han prometido eliminar el programa. Y si esperaba más, en verano, pese a la amenaza de deportación, era probable que llegaran más pateras a través del canal de la Manga.
Los laboristas han recibido con entusiasmo la convocatoria. Le esperan desde hace demasiado tiempo, a pesar de las incoherencias de Starmer y los cambios de políticas, especialmente en cuestiones como el cambio climático, y la falta de concreción en otras muchas áreas.
En un breve discurso hecho tras el anuncio de Sunak, el líder laborista ha repetido que es "el momento del cambio" para Reino Unido. "Después de 14 años de gobiernos tories, nada parece funcionar [...]. La respuesta no son otros cinco años de conservadores. Dales cinco años más y las cosas aún irán peor. El 4 de julio tenemos la opción, y juntos podemos detener el caos. Podemos pasar página, podemos empezar a reconstruir el Reino Unido y cambiar nuestro país". El reto ahora para Keir Starmer, sin embargo, es no decepcionar expectativas y explicar, realmente, cuál es su plan. Un plan, sea cual sea, que se enfrentará a serios problemas económicos: una deuda pública que roza el 100% del PIB, una productividad bajista y unos servicios públicos clave –sanidad y educación– muy deteriorados por la falta de inversiones.