La 'propaganda' rusa divide Italia

La televisión italiana ha dado espacio a voces próximas al Kremlin, pero la entrevista en 'prime time' a Lavrov tensa la cuerda

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El ministro de Defensa ruso, Serguei Lavrov.

RomaAl mismo tiempo que la Unión Europea estudia nuevas sanciones contra el petróleo ruso, en Italia, el ministro de Exteriores y brazo derecho de Vladimir Putin fue entrevistado en horario de máxima audiencia en una de las televisiones de Silvio Berlusconi. La intervención de Serguei Lavrov, en la que comparó al primer ministro de Ucrania con Hitler, ha abierto el debate en el país transalpino sobre la oportunidad de dar espacio en los medios de comunicación a personas afines al Kremlin.

A pesar del veto de la UE a medios como 'Russia Today' y 'Sputnik', ambas financiadas por el Kremlin, desde que Moscú atacó Kiev en febrero, en la televisión italiana han desfilado periodistas, politólogos y otras voces cercanas al régimen de Putin. La mayoría son de nacionalidad rusa, pero también hay tertulianos italianos que justifican la invasión. Algunas de las caras más recurrentes en la pequeña pantalla son las de Nadana Fridrikhson, periodista de 'Zvezda', una televisión controlada por el Ministerio de Defensa ruso, y la de su compañero Alexey Bobrovsky, quien defiende que las imágenes de la masacre de Bucha han sido manipuladas.

Los responsables de estos espacios informativos en Italia defienden la necesidad de dar voz a las dos partes en conflicto, pero este fin de semana, sin embargo, se cruzó lo que parecía ser la última línea roja. El programa 'Carta Bianca', en Rete4, una de las televisiones del grupo Mediaset, invitó a Serguei Lavrov. Lo que en principio fue anunciado como una entrevista, acabó convirtiéndose en un monólogo en el que el número dos del Kremlin defendió la invasión en Ucrania, negó la masacre de Bucha y comparó a Vladimir Zelenski con Hitler, quien “también tenía sangre judía”, llegó a afirmar, sin ser interrumpido por el presentador del espacio, Giuseppe Brindisi. Lavrov acusó al primer ministro ucraniano de haber llegado al poder a través de “un sanguinario golpe de estado inconstitucional”, así como de haber aprobado leyes que “apoyan la teoría y la práctica nazi”. Motivos que, según el ministro de Exteriores ruso, justifican la presunta “desnazificación” de Ucrania, uno de los múltiples pretextos defendidos por Moscú para invadir el país.

Draghi considera las palabras de Lavrov "aberrantes"

Las reacciones a la entrevista no tardaron en llegar. Israel llamó a consultas al embajador ruso y condenó las declaraciones “delirantes y peligrosas” de Lavrov. “El nivel más bajo de racismo contra los judíos es acusar a los propios judíos de antisemitismo”, denunció el ministro de Exteriores israelí, Yair Lapid. En Italia, más allá del contenido, las críticas se centraron sobre si en este momento era oportuno realizar una entrevista de 40 minutos en horario de máxima audiencia y solo sobre temas previamente acordados a un portavoz de Putin. “La pregunta que debemos hacernos es si debemos aceptar invitar a una persona que pide ser entrevistada sin ser interrumpida”, comentó el primer ministro, Mario Draghi, quien calificó las palabras de Lavrov como “aberrantes”.

Mientras la comisión de vigilancia de la RAI, el ente parlamentario que controla los medios públicos, estudia prohibir que periodistas rusos aparezcan en sus canales, el debate en el país transalpino continúa abierto entre quienes critican que los medios de comunicación den espacio a la propaganda rusa y quienes defienden una supuesta pluralidad informativa, entre ellos, los líderes de la Liga y Hermanos de Italia, Matteo Salvini y Giorgia Meloni, que han calificado de intento de censura cualquier medida dirigida a vetar las voces cercanas al Kremlin.

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