Rusia

Los niños que no hablen ruso no podrán ser escolarizados en Rusia

El gobierno ruso sigue endureciendo la política migratoria, ahora con los hijos de inmigrantes en el punto de mira

Una escuela de secundaria de Rusia.
Adrià Riera López
22/11/2024
3 min

BarcelonaSólo los niños que hablen ruso podrán escolarizarse en Rusia, después de que la Duma, la cámara baja legislativa, haya aprobado por unanimidad este proyecto de ley que imposibilitará a los hijos de inmigrantes sin conocimientos suficientes de lengua rusa matricularse en el escuela. La ley aún debe ser aprobada por el Senado y por el presidente Vladimir Putin, pero se da por sentado que se aprobará, ya que el partido del presidente, Rusia Unida, tiene mayoría absoluta en ambas cámaras.

Las autoridades rusas han justificado esta medida como una protección de las criaturas que ya saben ruso, porque consideran que se ralentizan sus progresos porque los docentes deben dedicar más tiempo a los hijos de inmigrantes para enseñarles el idioma . "Los profesores no conocen las lenguas nativas de todos los inmigrantes", esgrimía la vicepresidenta de la Duma, Irina Iarovaia, quien también asegura que la falta de conocimiento del idioma hace que los hijos de inmigrantes tampoco puedan seguir el ritmo lectivo de los sus compañeros.

Así pues, la nueva regulación establece que los niños extranjeros tengan que superar un examen lingüístico previo a centros especializados para poder ser admitidos en el sistema escolar ruso. "Solo después de superar las pruebas de conocimiento de la lengua rusa se puede permitir estudiar a los menores de edad", dijo Viacheslav Volodin, presidente de la Duma y miembro de Rusia Unida, quien también aseguraba que la decisión “cuenta con el apoyo total del gobierno”.

Ahora bien, lo que no han explicado los impulsores de la ley es cuál será la alternativa para los niños que no superen este requisito: si podrán acceder a otro tipo de centro o bien quedarán fuera de la escolarización fundamental por a cualquier menor de edad. “Si no conocen el idioma, que lo aprendan; deben venir con el conocimiento del idioma”, advirtió Volodin.

El ideólogo de esta ley es Valeri Fadeiev, asesor de Putin y presidente del Consejo Presidencial para el Desarrollo de la Sociedad Civil y los Derechos Humanos, que desde hace más de un año propone modificar esta ley para “cumplir con la Constitución y que los niños puedan estudiar de forma normal en una escuela”. Fadeyev se ha mostrado como uno de los actores más activos en la élite política rusa sobre la necesidad de impedir que puedan vivir en el país extranjeros que no acepten, aprendan e integren la lengua y la cultura rusa para cohesionar el espíritu nacionalista ruso; todavía más en un momento de guerra como el que se encuentra el Kremlin contra Ucrania.

Criminalización creciente hacia los inmigrantes

La Duma ya prohibió en octubre en varios centros privados realizar exámenes oficiales de lengua e historia rusas obligatorios en la registratsia, el proceso burocrático para regularizar a los migrantes. Sólo ciertas agencias con la aprobación estatal y en aulas supervisadas por funcionarios de los ministerios de Interior y de Educación podrán realizar unas pruebas donde las autoridades consideraban que se cometían irregularidades en favor de los migrantes. Además, se ha intensificado el cierre de portales web que ofrecen servicios "ilegales" para agilizar la registratsia, y se ha modificado la ley para que las infracciones cometidas por los migrantes en situación irregular sean castigadas con penas más altas.

Todo esto forma parte de una creciente política antiinmigratoria del gobierno ruso, sobre todo desde que cuatro migrantes de Tayikistán atentaron el 22 de marzo en el Crocus City Hall de Moscú, donde murieron 144 personas, ataque que fue reivindicado por el Estado Islámico.

Putin ha marcado los principios del plan migratorio en “respetar las tradiciones, el idioma, la cultura y la historia para vivir y trabajar en Rusia”. En este sentido, los funcionarios rusos han admitido haber deportado a más de 30.000 migrantes irregulares este año, el doble que el año pasado, y haber impedido la entrada de más de 100.000. Los musulmanes provenientes de los países centroasiáticos son la principal comunidad en el punto de mira. Aunque no existe un censo oficial respecto a la inmigración, según la administración habría unos 10 millones de extranjeros viviendo en Rusia, y muchos de ellos forman comunidades numerosas en ciertas partes del territorio, donde ahora un gran número de niños de sus escuelas podrían estar obligados a abandonarlas.

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